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12/5/2025
#CovidWashing Se niegan al etiquetado por los costos, pero cambian empaques para sacar ventaja durante la pandemia

#CovidWashing Se niegan al etiquetado por los costos, pero cambian empaques para sacar ventaja durante la pandemia

Empresas de comida chatarra pedían tres años para cambiar sus empaques y calculaban costos millonarios, pero lo transforman durante el confinamiento para hacer “marketing solidario”

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    Organizaciones empresariales que han opuesto resistencia al nuevo etiquetado frontal justificando el alto costo que les implica el cambio, han aprovechado la pandemia por COVID-19 para modificar sus empaques y hacer un “marketing solidario”.

    Durante todo el proceso de discusión de la Norma Oficial Mexicana 051, que establece un etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas procesadas, más claro y que permitirá la toma de decisiones más saludables, organismos empresariales y sus afiliados han pretextado un sinnúmero de razones para no implementarlo. El Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) ha dicho que el cambio de empaque les podría costar más de 5 mil millones de pesos, más la inflación acumulada, y que requieren más tiempo del establecido en la NOM.

    Según sus cálculos, esto se basa considerando los sueldos promedios de los diseñadores de las 192 mil 525 empresas del país; también quieren esperar a que se agote el inventario de empaques impresos con la regulación anterior, lo cual podría durar hasta tres años, según Nestlé.

    Mientras que la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca) tenía calculados 6 mil millones de pesos para iniciar el proceso de cambio en la etiqueta en productos como galletas, refrescos y frituras.

    Las grandes empresas han dicho que se debe pensar en las Pymes, pues serían las responsables del 75% del gasto, POPLab conversó con algunos participantes en las mesas de discusión de la norma y aseguran que se propuso darles más tiempo a las pequeñas empresas, pero fueron las multinacionales las que se opusieron a esa extensión de tiempo.

    Jaime Zabludovsky, presidente de ConMéxico, declaró en una entrevista que el 80% de los productos de sus agremiados llevarían al menos un sello que alerta al consumidor de la presencia de un ingrediente crítico, lo que a la larga supondría una reducción en sus ventas.

    El Consejo de Exportación de Lácteos de Estados Unidos (U.S. Dairy Export Council o USDEC) advirtió que la medida impactaría en la competencia y el comercio exterior de México pues habría “un impacto significativo” al hacer cambios en las etiquetas y denominaciones de los productos que exportan a nuestro país.

    El consejo estaba preocupado pues el costo del rediseño de la etiqueta sería transferido a los compradores. Pero eso no ha sucedido con los empaques que dan “aliento” durante la pandemia de COVID-19.

    Bimbo cambió sus empaques para rendir homenaje a sus trabajadores y puso sus nombres con el hashtag #GraciasEquipo. También anunció que lanzará un programa dirigido a dueños de tiendas para que no cierren su negocio, como facilidades al Crédito Pesito, con el que aumentarán hasta el doble su límite de crédito, y de Qiubo, una plataforma que ofrece tecnología a los pequeños comercios para que puedan recibir pagos con tarjetas de crédito, débito y vales de despensa, vender tiempo aire y cobrar servicios.

    Coca- Cola puso un agradecimiento a los médicos, enfermeras, personal de limpieza, ejército y otras profesiones esenciales durante el confinamiento. “Nos unimos con las familias mexicanas y con todas las personas que están en la primera línea en la lucha contra el coronavirus, reconociendo su trabajo, valentía y sacrificios”. La refresquera dice que “con este cambio de diseño buscamos enviar mensajes de unidad y optimismo a todos los mexicanos y decirles ¡gracias!”.

    Mientras que Kellog's modificó los nombres de sus marcas con mensajes como ¡Fuerza!, ¡Ánimo!, ¡Vamos unidos!, etc., dentro de su campaña #HagamosFamilia para reconocer “a las familias que se han quedado en casa, para que pronto volvamos a estar juntos” dijo la empresa.

    La pandemia como pretexto

    Estos cambios en los empaques no son la única ocasión que las empresas han utilizado la pandemia como pretexto. Al inicio de la emergencia sanitaria el sector privado pidió al gobierno federal no implementar las regulaciones de la NOM-051 “pues este cambio implica inversiones millonarias a las empresas, cuando se enfrentan a un periodo de contingencia”.

    Según declaró la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), liderada por Enoch Castellanos, el etiquetado “implicaría un alto impacto en costos y recursos con los que no contamos en estos momentos”.

    Empresas como Grupo Bimbo, Herdez y Nestlé pidieron al Gobierno que para mantener activas las cadenas de valor en medio de la pandemia del coronavirus se elimine la retención del IVA, pues “eso quita capital de trabajo desde la pequeña hasta la grande empresa. En este sentido, necesitamos activar el dinero para que circule mejor en la economía para que podamos activar aún más la compras en el campo”, señaló Fausto Costa, representante de Nestlé. Empresas como FEMSA han reportado incrementos en sus ventas durante el primer trimestre del año.

    Pero la industria de alimentos ultra procesados no ha parado, pues es considerada industria esencial durante la pandemia a pesar de las afectaciones que producen como obesidad y diabetes que hace a las personas más vulnerables a la COVID-19. Según el despacho especialista en mercadeo, Kantar, los mexicanos siguen prefiriendo productos como Coca-Cola, Bimbo, los jugos Del Valle, entre otros, pese al poco valor nutricional.

    La tasa de letalidad por contagios de COVID-19 entre la población mexicana es de 10.7 por cada 100 mil habitantes, lo que coloca a México por encima del promedio de la tasa de letalidad mundial que asciende a 6.2 y como el país con más muertes por cada 100 mil habitantes en América Latina. El 74 por ciento de las muertes han tenido como comorbilidad la hipertensión, obesidad y/o diabetes entre otras.

    Las excusas

    Desde la presentación de la iniciativa para modificar la Ley General de salud y hasta la publicación de la norma se llegaron a plantear argumentos que parecían mostrar la seria desinformación del lado de los empresarios. Por ejemplo, los Guayaberos de la Soledad y Productores de Cítricos Estación Chapopote, proveedores de Grupo Jumex, se oponían a la medida porque consideraban que los néctares que vende la empresa disminuirían sus ventas y por lo tanto “llevaría a que realicen ajustes como una menor demanda de nuestra fruta fresca”, y significaría pérdida de empleos.

    La Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares (Aschoco) rechazó el etiquetado porque “no permite el desarrollo de las capacidades de razonamiento sobre la cantidad de nutrimentos a los que está siendo expuesto un consumidor”.

    Organizaciones como la Cámara Nacional del Maíz Industrializado, la Canainpa, el Consejo Mexicano de la Carne, Canilec, Canacintra, argumentaron en diversas ocasiones que “el 70 por ciento de lo que consumen los mexicanos está en la informalidad y se generarían nuevos riesgos como incremento en enfermedades gastrointestinales”.

    Los empresarios dijeron una y otra vez que no estaban siendo escuchados por el gobierno y pedían que se les tomara en cuenta, pese al intenso cabildeo que realizaron en el Congreso de la Unión, participaron en las mesas de discusión de los detalles técnicos de la NOM y dejaron miles de comentarios en la consulta pública.

    El #COVIDwashing vino a mostrar que no es tan complicado cambiar los empaques, las buenas ventas que las empresas de ultra procesados mostraron que no tendrán dificultades económicas para implementar el #EtiquetadoClaroYa.

    2 de junio de 2020, 09:10

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