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12/14/2025
Discriminan IMSS y DIF León a padre de bebé; impiden que la registre tras muerte de la madre

Autores:

Martha Silva
Martha Silva

Discriminan IMSS y DIF León a padre de bebé; impiden que la registre tras muerte de la madre

El fallecimiento de Noemí en el parto, sin haber reconocido a Mario como su concubino y progenitor de su pequeña, nacida prematura, da origen a un caso inédito, cuya audiencia se realiza este miércoles, ya con una suspensión de la justicia federal

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    Aunque las leyes mexicanas reconocen los concubinatos como relaciones válidas, en Guanajuato, Mario Alberto ha sido castigado y discriminado por el IMSS y por el DIF León por no haberse casado con su pareja, Guadalupe Noemí, quien falleció por complicaciones en el embarazo; le han impedido registrar a la bebé producto de su relación con los apellidos paternos y la pequeña ha estado en riesgo constante de ser adoptada, mientras permanece hospitalizada por haber nacido prematura.

    El IMSS y el DIF Municipal reconocieron como responsable a Mario de los trámites sobre la vida y la muerte de la madre de su hija y del tratamiento de esta última. Incluso, él firmó los papeles para la donación de órganos de Noemí, pero luego no aceptaron su condición de padre biológico.

    Esto también lo perjudica desde el punto de vista económico, porque la deuda con el IMSS, de casi 5 millones de pesos, se incrementa por cada día que Julieta esté internada por la urgencia médica que se presentó, pero sin derechohabiencia.

    Un conocido despacho en León decidió apoyar “pro bono” al joven. El abogado Carlos Alvarado comentó a POPLab que en sus más de 30 años de experiencia no había tenido una situación similar ni han encontrado antecedentes ni en los criterios federales ni en los de la Suprema Corte, en cuanto a esos hechos específicos.

    Sin embargo, dijo que sí hay responsabilidades tanto de acción como por omisión tanto del DIF municipal como del IMSS en detrimento de los derechos humanos tanto de Mario, su cliente, como de su pequeña, por lo que están preparando una estrategia "para que esto no vuelva a suceder".

    A la audiencia de oralidad familiar programada para el miércoles 18, Mario y su equipo legal llegan fortalecidos luego de que el Juez Décimo Segundo de Distrito recién les concedió la suspensión, lo que significa que ni el DIF ni el IMSS pueden disponer de la guarda y custodia de la pequeña por el momento. Confían en que todo quede resuelto ahí.

    Previamente, el joven buscó resolverlo acudiendo a todas las instancias posibles, incluyendo la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato y la organización Cáritas, sin éxito, para poder llevar a casa a Julieta Noemí, que hoy tiene dos meses y medio y avanza cada día hacia su total salud.

    Ilustración: Pinche Einnar.
    Ilustración: Pinche Einnar.

    Historia de una familia

    Mario, contador público de profesión en León, conoció a Noemí en Morelia a través de una amiga en común. Iniciaron una relación y en 2016, decidieron vivir juntos. En 2021 y viviendo ya en León, la estabilidad económica y de pareja los llevó a buscar un hijo.

    Cuando Noemí resultó embarazada en agosto, ella buscó tomar las debidas precauciones, puesto que en su familia materna había antecedentes graves de preeclampsia. Su abuela y su propia madre habían muerto de complicaciones en el parto.

    Noemí renunció a su trabajo para llevar tranquila la gestación y tenía citas constantes con su ginecólogo, todo transcurrió normal, "no tuvo siquiera vómitos, ni mareos, o muy leves, fue un embarazo muy bonito”, explica Mario.

    Hasta el 9 de febrero, en la semana 33. "Nosotros habíamos visto a su doctor una semana antes, y todo iba bien", pero esa noche, cerca de la 1 de la madrugada, Mario se quedó trabajando en su oficina, pero al terminar y llegar a la habitación, vio a su pareja convulsionando, inconsciente.

    Ante la emergencia, la llevó a la clínica 48 del IMSS, por ser la más cercana y que además se especializa en obstetricia.

    Noemí llegó con una presión arterial altísima. Según el IMSS, era un caso de cada 100,000 mujeres, en los que no presenta ningún síntoma y de repente se le dispara la presión arterial.

    A esas alturas, la bebé también comenzaba a presentar riesgos graves.

    Mario cuenta que tuvo que firmar papeles donde el hospital se deslinda de responsabilidades si alguna de las dos no sobrevivía porque ambas habían llegado en situación crítica. Y él no tenía otro camino que confiar en los doctores.

    La bebé, también en riesgo

    Apenas diez minutos después de entrar Noemí a quirófano, le informaron a Mario que su bebé había nacido prematuramente, de 33 semanas, con sólo 1.290 kilos, y que pasó 10 minutos sin oxígeno y había absorbido líquido en sus pulmones.

    Tras la preocupación inicial, la bebé evolucionó favorablemente, al día siguiente ya había ganado 50 gramos y comía y respiraba bien, pero aún era muy pequeña para hacerle estudios sobre daño cerebral. Había qué esperar, no obstante, mostraba mejoría.

    En cuanto a Noemí, antes de las 8 a.m. le habían practicado seis cirugías, porque había presentado fallas en múltiples órganos, incluso sufrió un derrame cerebral, por lo que la pusieron en coma inducido.

    "Mi esposa ya no recuperó el conocimiento", explica Mario.

    Una semana después, el equipo de salud le explicó que la medicina era muy agresiva y había que cambiarla, pues aunque había cierta mejoría “si la dejamos conectada con el medicamento es 100 % probable que fallezca".

    Sin embargo, la mañana del 18 de febrero su salud empeoró y para las 4:50 de la tarde, Mario recibió la noticia: “su esposa presenta una muerte cerebral completa".

    Él confiesa que no lo podía creer: "Noemí respiraba, se veía normal porque tenía máquinas, pero realmente ella ya no iba a despertar... Me dieron la opción de que si yo quería mantenerla conectada" por un periodo de hasta 90 días.

    "Después de todo lo que me mostraron, estudios y demás, yo la verdad ya no la quise ver sufrir, decidí desconectarla" para todo lo cual tuvo que firmar muchos documentos, tanto de medicinas, como de cirugías y tratamientos, "tanto de mi esposa como de mi bebé".

    Noemí falleció oficialmente el 18 de febrero.

    Acto de generosidad

    Mario y Noemí habían hablado de la posibilidad de ser donadores al fallecer, así que fue él quien tomó la iniciativa, y preguntó cuál sería el procedimiento ahora que la madre de su bebé había partido.

    Como todos sus órganos habían vuelto a funcionar, inició una frenética carrera por aprovechar la mayor cantidad posible. Mario cuenta que recibieron contactos de clínicas desde Chihuahua hasta Puebla, aunque la mayoría de los órganos y tejidos quedó en Ciudad de México.

    A lo largo del domingo 20 de febrero se realizaron las cirugías y se monta todo un operativo con policía, Guardia Nacional, helicópteros, cierre del bulevar López Mateos. Al final, 63 personas fueron receptoras con éxito de algún órgano o tejido.

    Luego, él también firmó para recibir los restos de su pareja.

    Aunque Mario reconoce que recibió toda la explicación técnica del proceso de donación, no recibió otro tipo de acompañamiento, psicológico o de un tanatólogo. Y aún no comprende cómo es que las autoridades "me dejaron firmar todo, absolutamente todo lo que existe en el Seguro Social, de responsabilidades", para no reconocerlo luego en la paternidad de Julieta.

    El seguro médico y el registro de la bebé

    La cremación, velorio y sepelio de los restos de Noemí se realizó en Morelia sin más contratiempos.

    Es hasta el 22 de febrero que Mario recibe buenas noticias del IMSS sobre la evolución de su bebita, que aparentemente no presentaba mayores daños, por lo que le piden su número de Seguridad Social. Es cuando inicia otro calvario: las cuentas médicas.

    Mario tramitó su seguro en la modalidad de “trabajador independiente”, sin embargo, su pareja falleció antes de concretarse y por lo tanto, su bebé también quedó fuera de la cobertura que ya lo ampara a él.

    Su hija después de nacer y durante 45 días requirió el uso de incubadora, que diariamente cuesta de 40 mil a 50 mil pesos; aunque ahora ya está en cunero “normal” pero aún requiere cuidados especializados, que cuestan de 20 mil a 25 mil pesos por día. Esa deuda asciende hoy a unos 2 millones 700 mil pesos.

    Noemí estuvo 12 días en terapia intensiva en la T1, cada día su atención y medicamentos costaban entre 100 mil y 120 mil pesos, una deuda de un millón 800 mil pesos.

    En total, unos 4 millones y medio de pesos, y creciendo cada día.

    Al descubrir que no puede registrar a su bebé por carecer del acta de matrimonio es cuando el joven busca su primer contacto con la oficina municipal del DIF.

    Ahí le explican que cualquier familiar en línea directa con la madre puede recoger a la bebé, pero en este caso, Noemí no tenía mamá, abuela ni hermanas, por lo que Mario debe iniciar un proceso para poder reconocerla, que según consta de una prueba de paternidad y una demanda.

    El problema, le explicaron, era que si Mario buscaba que el DIF le brindara atención gratuita con abogados de oficio y la prueba, tenía que llenar un formulario y hacer una cita, lo que llevaría unos meses, y al menos otros ocho meses para la demanda; “estamos hablando de que a mí me entregarían a mi niña en un año y medio a dos años aproximadamente”.

    También buscó otras opciones, como los servicios jurídicos de Cáritas, ahí le asignaron fecha del 8 de agosto, una espera de tres meses, solo para presentar su caso.

    Por otro lado, si decidía costear él mismo el proceso, tendría que contratar un abogado privado, algo que terminó haciendo: realizó un primer pago de unos 40 mil pesos; además debía pagar la prueba de ADN, con un costo de 30 mil pesos, los gastos del juicio otros 30 mil y un proceso que duraría de tres a seis meses de duración, algo “relativamente rápido”.

    Aunque tomó este camino, no ha quedado libre de inconvenientes, sólo hace unas semanas, la prueba de ADN que ya tenía programada en cuestión de días se retrasó, “no sé qué pasó, pero me echaron la demanda para atrás”.

    Al preguntar a su abogado, este “me daba largas, no me daba respuestas concretas, y me empezó a dar desconfianza, la verdad”.

    A principios de mayo decide buscar a la prensa para que se difunda su caso.

    Luego de esto, lo contactaron del despacho leonés Agora Juristas para ofrecerle representación gratuita (pro bono). Mario acepta su propuesta, pues a esas alturas ya estaba mal en lo económico.

    “No soy abogado, no conozco de leyes”, así que no le queda más que confiar.

    Estos abogados le explicaron, ya conociendo el caso, que el DIF cometió un error al registrar a su bebé el 22 de marzo puesto que el joven tiene forma de comprobar una convivencia con Noemí de seis años.

    “Aunque no estés casado es tu derecho como padre”, le dijeron, “cualquier bebé que nazca después de que -la pareja- se hayan dejado, hasta un año después, es por obligación tuyo, aunque no sea legalmente tuyo”. Por ley, protegen al niño o niña, por esa convivencia de años en la pareja. Y como en este caso, ella falleció, “con mayor razón”.

    Tras firmar con el despacho como su nuevo representante, se interpuso un amparo para solicitar la custodia de la bebé, lo que motivó un total cambio de actitud en el personal del DIF: le dijeron que a partir de ese momento, no podían darle más información, puesto que el caso lo había tomado otra instancia, la cual apenas conocerán formalmente en la audiencia del miércoles.

    Visita a Derechos Humanos

    El único acompañamiento que Mario Alberto recibió de alguna autoridad es el de la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato, donde tras explicar su caso y reconocer que tanto personal del DIF como del IMSS lo estaban apoyando en esos momentos, la conclusión de la Prodheg fue que nadie, ni funcionarios ni las instituciones, “realmente están violando tus derechos”.

    Sin embargo, Mario pensaba, “si yo soy el papá y yo firmé por todo esto, siento que sí se están violando mis derechos”, al no reconocerle su paternidad.

    Pero el joven no quiso hacer señalamientos directos. “Mi intención nunca ha sido joder ni al DIF ni al IMSS, no quiero dinero, yo quiero a mi bebé y que me dejen seguir con ella”, por lo que no se levantó ninguna queja.

    La Prodheg sólo le asignó varias sesiones de terapia psicológica, pero a la tercera recibió el alta, porque se le consideró "una persona muy resolutiva".

    Los preparativos

    Aunque la familia de su pareja lo apoya en todo, ha dejado en manos de Mario la total crianza de Julieta Noemí, que es su primera hija y la primera bebé en su familia López. Ahora solo esperan que se resuelva el amparo, la audiencia es este 18 de mayo en el juzgado de Oralidad familiar en León.

    Sobre la audiencia del miércoles, Carlos Álvarado comentó a POPLab que tienen confianza en el trabajo de Lorena Rábago Oliveros "a quien considero una de las mejores juezas de Oralidad familiar en León, por sus conocimientos, por su experiencia" y "con una visión de protección a los derechos humanos de las partes".

    Tras la resolución del juez federal, “parando cualquier intento de obstaculizar a Mario”, hay esperanza en que se pueda concluir todo en esa audiencia.

    Por su parte, el joven padre de familia da un consejo: “disfruten a sus parejas… no saben la dicha que tienen de que ella esté bien, todo, tu esposa, tu bebé, de que puedes vivir un día más con ella, es lo único que podría pedir”.

    Mario Alberto López y su pequeña Julieta reciben donativos en la cuenta 154 290 0378 de BBVA, CLABE 012 164 01542900378 5.

    17 de mayo de 2022, 13:36

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