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Hasta que el oxígeno alcance
Ciudadanía y personal de atención a urgencias buscan afrontar la crisis y paliar la necesidad; en la otra cara de la moneda, el lucro
Convertido en un artículo de primera necesidad, la escasez de oxígeno o su exacerbada demanda adquiere las dimensiones de un problema de salud pública. Así es visto por quienes lo padecen en Guanajuato, en medio del más alto nivel de contagio que ha alcanzado la pandemia de Covid-19 en el estado: “Ya nos rebasó, no hay oxígeno suficiente, estamos en una crisis grave”.
Porque además, el oxígeno no sólo es buscado para los pacientes contagiados del coronavirus. Lo necesitan ciudadanos con algunas otras enfermedades, o una ambulancia cualquiera en la que paramédicos y socorristas acuden a salvar vidas de pacientes que trasladan.
En ambos casos, la carencia ha cobrado vidas.
En las filas que hacen usuarios a las puertas del cuartel de Bomberos de Guanajuato capital -donde desde hace unas semanas se está donando oxígeno- “hay quienes dicen: te doy lo que quieras”, narra el comandante Daniel Barrera Vázquez.
“Es impactante estar en Bomberos atendiendo a la gente que viene desesperada llorando, casi casi te quieren dejar su patrimonio, es una crisis terrible. Los bomberos están estresados, muy mal, porque cada persona es una historia delicada porque su papá, su mamá, su hijo se está muriendo. Es muy triste, terrible”, explicó el comandante de Bomberos.
En este escenario han aparecido enfermos del coronavirus y familiares de éstos que buscan hacer la diferencia prestando un tanque de oxígeno medicinal, o difunden recomendaciones y datos sobre cómo realizar un contrato con empresas para asegurar el insumo.
En la otra cara de la moneda, hay personas que buscan lucrar con la necesidad, y otras muchas saliendo a las calles sin necesidad de hacerlo o sin tomar las medidas sanitarias como el uso del cubrebocas. “Es para hacer una campaña y mentarles la madre”, es la expresión de desahogo -o furia- de quienes hoy pasan por los efectos directos e implacables de la pandemia.

Oxígeno: entre la vida y la muerte
Juan Gerardo Vallejo, silaoense de 34 años, ha vivido de muy cerca como paramédico la evolución de la pandemia. Pero también ha sufrido las pérdidas propias de familiares y amigos fallecidos de Covid-19 e igualmente ha sido testigo directo de la crisis por la necesidad de oxígeno.
“Conozco cómo funcionan los servicios de emergencia: Marco al 911, tengo que dar reanimación al estar esperando la ambulancia, así nos capacitaron. Pero la sorpresa es cuando nos responden ‘tengo dos pacientes Covid antes que el tuyo’. Yo digo que el mío tiene un paro respiratorio y nada más ocupo un tanque de oxígeno. -Es que por los cinco pacientes Covid que hemos atendido ya no tenemos oxígeno’- es el diálogo.
Esa es la demanda y el desabasto que se está teniendo en este momento, expone.
Juan Gerardo recordó en la conversación con POPLab que entre julio, agosto y septiembre del 2020 comenzaron a presentarse los fallecimientos de amigos o familiares lejanos y los contagios de otros más que “alcanzaron a librarla”. Pero a partir de noviembre, cuando repuntaron los contagios, ha sufrido las pérdidas de personas más cercanas.
El paramédico perdió a su amigo Ramón durante la pandemia.
“Fue mi vecino, amigo de la infancia; él tuvo un problema de Insuficiencia Renal Crónica (ICR). En lo que buscaban la manera de que le donaran un riñón, que finalmente su mamá se lo donó, le estuvimos donando sangre. Superó todo, pudo formar una familia, pudo tener un hijo. Llega el Covid y se lo lleva. Él sí luchó por la vida”.
Vallejo también ha tenido que despedirse de compañeros paramédicos que resultaron contagiados al realizar su trabajo. A principios de enero falleció Rogelio, era paramédico del Sistema de Emergencias en el municipio de Celaya. “Trasladó a un paciente y fue contagiado por él. En Navidad y Año Nuevo estuvo en el hospital de Cuidados Críticos de Salamanca y falleció el segundo fin de semana de este año. Él acaba de ser papá, no pudo disfrutar a su bebé” que tenía menos de un mes de nacido cuando Rogelio perdió la vida.
En el Centro regulado de emergencias médicas del Sistema de Urgencias del Estado (SUEG), Juan Gerardo revisa las estadísticas de contagio. “Veo los números, nadie me los platica. No es de López-Gattel la información, es información real que mis compañeros de ambulancias me están pasando con nombres y apellidos. Cada día los números de contagios crecen”.
El Covid-19 deja frecuentemente daños en los pulmones de las personas contagiadas, y entonces el oxígeno se vuelve también necesario después de que aparentemente se superó la enfermedad.
“Se quedan con una especie de goma que no permitan que tengan oxigenación total; te deja una tos, aunque el virus ya no está en el cuerpo; he visto gente que cuatro meses después que se enfermaron tienen la necesidad del oxígeno porque se agitan, tienen problemas de respirar”, explica el paramédico Vallejo.
Así, mientras que en personas contagiadas los síntomas se agudizan en los primeros siete días, después resulta que es posible que se les envíe del hospital a su domicilio con un suministro de oxígeno recetado. “Les haces ver que, si continúan en área hospitalaria, el virus va tener menos manera de morir en el cuerpo. Y por eso viene la demanda de oxígeno, porque ya no hay estancia hospitalaria” y se necesita conseguir para estar en casa.
Escucha a Juan Gerardo

“Te doy lo que quieras”
El cuerpo de Bomberos de Guanajuato capital comenzó a partir del 5 de diciembre a ayudar a salvar vidas de una manera distinta a la que es de su naturaleza (apagar incendios): suministra oxígeno de forma gratuita a quien lo necesita.
El desabasto ocasionó un problema de salud pública, según este panorama. “Ya nos rebasó, desde el momento que no hay oxígeno suficiente para comercializarse estamos en una crisis grave. Ya no es falta de dinero, es falta de oxígeno; es una situación delicada que la gente no ve, sigue en su mundo, en la calle. Ojalá tomaran conciencia, esto es grave; mucha gente se está muriendo y no debería de morirse. Los hospitales están rebasados, aunque vayas a un hospital no hay oxígeno porque la saturación fue demasiada”, describe Barrera.
Asumiendo el costo, inicialmente en un día distribuían tanques para beneficiar a unas 40 personas. Pero la demanda creció, y después donaron el oxígeno de dos de sus tanques de 9.5 metros cúbicos. Hoy cuentan con tres tanques -el último fue prestado por un particular- y están apoyando hasta a 120 personas, aunque “hay otras tantas que se quedan sin oxígeno. La demanda es muchísima”, explicó el comandante.
Así, cada día elementos de Bomberos de la capital se trasladan a la empresa Infra del municipio de León para canjear los tanques vacíos por otros llenos. El costo unitario es de 850 pesos, más los 500 pesos de gasolina, así que por día destinan 3 mil 50 pesos, aunado esto a las 4 o a veces más horas que pasan formados en la fila.
Para el 15 de enero, los Bomberos capitalinos habían gastado 60 mil pesos en el suministro, y como ya no podían más, hicieron un llamado a la sociedad en general para colaborar. La respuesta llegó en forma de donativos de diversos montos por parte de particulares y el gobierno municipal asumió otra parte.

Los donativos se reciben en la cuenta del Banco del Bajío 5515713, clave interbancaria 030210551571302012 a nombre de Heroico Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Gto. A.C., bajo el concepto “Donativo oxígeno”.
Pero al mismo tiempo, las solicitudes crecieron a tal grado que incluso ciudadanos de otros municipios (como Pénjamo, Valle de Santiago y Pueblo Nuevo) comenzaron a llegar. El 17 de enero, los Bomberos informaron en sus redes sociales que se brindaría solo el servicio a los habitantes de Guanajuato capital, y se condicionó el suministro a las personas que muestren su credencial de elector para comprobar su residencia.
En la cadena de suministro se enfrentan otros obstáculos. Infra, una de las empresas que comercializa el oxígeno medicinal, “tiene sobrecarga de trabajo y ya no tiene capacidad para darnos más oxígeno, está saturado” señaló Barrera.
Además, varios elementos de Bomberos se han contagiado del coronavirus, la mayoría no graves.
El comandante lamentó que, en la primera etapa de vacunación, los bomberos no estén contemplados. “Nosotros vamos a seguir trabajando ayudando a la gente hasta donde podamos cuidándonos, aunque muchos hemos sido ya infectados”.
Escucha a Daniel Barrera

En la crisis, la solidaridad
Dentro de la complicada situación y el hecho de que, como se ha denunciado públicamente en redes sociales, algunos ciudadanos se han aprovechado de los necesitados de esta crisis de salud pública, también existen ciudadanos dispuestos a ayudar a los demás.
Es el caso de la familia de Karla Yocelyn quienes, tras vivir la desesperación de buscar oxígeno para un familiar enfermo de Covid-19, decidieron donar un tanque a los elementos de bomberos, quienes sólo lo aceptaron como préstamo.
Debido a que cuentan con familiares adultos mayores en casa, se prepararon y adquirieron un tanque grande y uno pequeño pues no sabían qué tan grave se pondría la situación.
“El 24 de diciembre se enfermó mi suegra de Covid -contó Karla-. Vi la desesperación de mi esposo por buscar en oxígeno y ver que no había, que en bomberos había desabasto; (mi esposo) fue quien me comentó que sólo había dos tanques en bomberos y no podían abastecer a todos, era un caos”.
La familia no dudó y ofreció un tanque, con el cual los Bomberos pueden apoyar con suministro a un promedio de 40 solicitantes cada día.
Karla Yocelyn recuerda haber visto en redes sociales cómo algunas personas claramente querían lucrar con los tanques de oxígeno. “Duplicaban los precios y había fraudes. Una persona publicó que había comprado un tanque por internet, pero lo habían estafado y lo necesitaba para su mamá. Por eso aporté el tanque, algunos no pueden ir a otras ciudades a pagar”.
Escucha a Karla

En Irapuato está Raquel Vázquez Rivera, una activista que se define como ecofeminista, pero también una sobreviviente de Covid-19 junto a seis de sus familiares, entre ellos su padre, madre, hermana y esposo.
La familia vivió un fin de año 2020 y un comienzo del nuevo año muy difícil al cundir el contagio que inició en una visita a una clínica del IMSS por un percance de otra índole. Su experiencia y aprendizaje permite recomendar a la gente que necesita oxígeno médico que formalice un contrato con la empresa expendedora para asegurar el suministro.
Tras haber superado el Covid Raquel expuso su experiencia para obtener el oxígeno necesario para todas las personas que se contagiaron en su familia, en la que hicieron filas hasta por 12 horas.
“La gente duerme afuera” de las instalaciones de la empresa Infra en el municipio de Irapuato. Por ello, recomienda que se acuerde un contrato de servicio con las empresas que suministran el oxígeno para garantizar el abasto. Aunque par ese contrato se hace una fila, una vez que se formaliza, con la receta médica y a pesar de las filas, se contará con el abasto.
De otra forma, las personas deben pasar por conseguir el tanque, formarse y esperar horas y depender de una capacidad limitada por parte de la empresa, que ante la presencia de particulares que acudían a comprar y después lo revendían, optó por requerir la receta médica.
Durante el tiempo en que necesitó el oxígeno, la familia constató que la Infra mantuvo los precios. Pero también supieron de personas que “se volvieron chacales, pensando que se volverían ricos abusando de la desesperación… fue parte del agandalle, fue el pánico, como cuándo decían se va acabar la medicina y vas y surtes y provocas el desabasto. Pasó lo mismo”.
28 de enero de 2021, 16:18
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