Al cumplirse un año de la muerte de Leonardo Reyes, migrante guanajuatense abatido por las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, la familia recibió evasivas, deslinde y mentiras, al plantarse para exigir justicia frente al titular de la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional, Juan Hernández.

Familiares de Leo se presentaron en el evento convocado por el Gobierno de Guanajuato para conmemorar el Día del Migrante en Dolores Hidalgo. Con pancartas, la fotografía del joven migrante y su playera de futbol, pedían ser escuchados por las autoridades locales, que a un año del asesinato siguen en la lucha por limpiar el nombre de un joven que ha sido criminalizado por el gobierno estatal.

Desde que comenzó el evento, al que canceló asistencia el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, las pancartas para exigir justicia se hicieron presentes, sin que la manifestación pacífica mereciera la atención de Juan Hernández, quien subió en tres ocasiones al pódium para hablar de un compromiso con la comunidad migrante, sin voltear a ver a quienes, en silencio, exigían una investigación objetiva y transparente.

Hace una semana se cumplió el primer aniversario luctuoso de Leo, su madre, Guadalupe Cayente, regresó a Corralejo de Abajo en San Miguel de Allende para la misa en memoria del hijo que fue asesinado por los elementos estatales.

“Los migrantes merecemos justicia”, “Celebremos el Día del Migrante haciendo justicia para Leo”, se podía leer en las cartulinas que portaban amigos y familiares del joven de 23 años.

En tanto, Guadalupe Cayente, mostraba a todos los asistentes, incluidos representantes en México de otros países, la fotografía de su hijo, abajo del cuadro extendía la playera de futbol con la que jugó su último partido el 12 de diciembre de 2018.

Al frente, en el escenario, Juan Hernández seguía con el discurso motivacional para que los guanajuatenses dejen de ir en busca del “sueño americano”, ante los riesgos que corren al pasar la frontera, pero nunca habló de los riesgos de los migrantes que retornan a su lugar de origen para convivir en familia.

Durante todo el acto de protocolo los manifestantes fueron ignorados por el secretario del Migrante y los pocos invitados que se dieron cita en el jardín principal de Dolores Hidalgo.

Evasivas

Mientras los mariachis tocaban en señal de festejo, a unos metros una familia esperaba la atención del primer secretario del Migrante que ha tenido Guanajuato.

Juan Hernández se tomaba fotografías en medio del ambiente festivo, no solo evadió e ignoró los reclamos de la familia y amigos de Leo durante el evento, también pretendía hacerlo al término.

En el “chacaleo” (entrevista con medios de comunicación) fue inevitable seguir ignorando la manifestación que tuvo frente a sus ojos durante más de una hora.

Cuestionado sobre la razón por la que no había mencionado a Leo o a su familia durante el discurso, Juan Hernández aseveró que no se había dado cuenta de su presencia, tampoco le habían informado.

Al insistir sobre la información que el personal de la Secretaría le había dado sobre la manifestación, remató con un “es irrelevante”.

“A mí no me avisaron, no entendí cuando llegué, a lo mejor debí haberla saludado, haber hecho un comentario, posiblemente sí”, dijo después de que reporteros insistieran en tener una respuesta del por qué optó por ignorar a los manifestantes.

Insistió en que durante la celebración del Día del Migrante “no estaba seguro” de la presencia de la familia, aunque ésta ocupaba prácticamente una tercera parte de los lugares en el acto.

Deslinde

Ante los medios de comunicación, Juan Hernández mencionó que las exigencias de la familia no corresponden a la Secretaría del Migrante, pues se trata de investigaciones que debe llevar la Fiscalía General del Estado.

Para el funcionario estatal, la única competencia de la dependencia a su cargo es la “ayuda humanitaria”, como el apoyo económico para el funeral de Leo.

“No es mi área la investigación”, declaró, para luego señalar que desde la Secretaría solo se puede brindar apoyo humanitario.

Juan Hernández aprovechó el espacio para insistir en que, desde la Secretaría del Migrante, hace un año, apoyaron a la familia con los gastos funerarios.

Durante la manifestación de febrero pasado en el consulado de Texas, cuando familiares exigieron al gobernador que se investigara el caso, Diego Sinhue Rodríguez nombró a Juan Hernández como enlace para atender a la familia Reyes Cayente.

Casi un año después, Hernández deslindó a la Secretaría a su cargo de las exigencias de una familia guanajuatense que radica en el estado de Texas, pero que en cada temporada decembrina regresan a su natal Corralejo de Abajo, comunidad de San Miguel de Allende.

Mentiras

Acompañada de líderes migrantes e indígenas, Guadalupe Cayente tuvo que buscar el encuentro con Juan Hernández, quien seguía tomándose fotografías en la plaza principal de Dolores Hidalgo.

Cuando la comitiva por fin pudo abrirse paso entre los asistentes para llegar frente a Juan Hernández, que momentos antes había declarado a los medios de comunicación que ha estado en constante comunicación con la familia, Jorge Navarrete, líder migrante de Texas, reclamó que para el funcionario estatal pasara desapercibida la muerte de un migrante.

La primera respuesta del titular de la Secretaría del Migrante fue dar el pésame a la señora Guadalupe, para después insistir en que la apoyaron económicamente con los gastos funerarios de Leo.

Firme, con la fotografía de su hijo por delante, Guadalupe escuchaba las palabras titubeantes de Juan Hernández.

La primera mentira al descubierto del funcionario fue la supuesta reunión que ya estaba pactada con la Fiscalía General del Estado, para que atendiera los reclamos de los seres queridos de Leo.

El siguiente comentario de Juan Hernández fue también desmentido por la señora Guadalupe.

Juan: Yo me he reunido con usted tres o cuatro veces

Guadalupe: Usted no ha ido a mi casa. Usted nunca ha ido a mi casa

Juan: Estamos con usted, señora

Aunque intentaba hablar de la muerte de su hijo menor, era interrumpida por Juan Hernández que señalaba. “Estamos con usted, eso es lo más importante… No tenemos palabras para poder ayudarla”.

Juan: Sé que hay otras Secretarías que están atendiendo esto, ayer o antier iba a tener una reunión.

Guadalupe: No, no hemos tenido

Luego vino el ofrecimiento de Hernández: “Yo le pasaré el mensaje a la Fiscalía”

Sinhue, Zamarripa, Derechos Humanos, hagan algo: Guadalupe

Frente al dolor de una madre que pedía limpiar el nombre de su hijo de los señalamientos de delincuente, Juan Hernández volteaba a los lados, a la espera de que le aconsejaran los enviados de la Secretaría de Gobierno.

Guadalupe: para mi este año es muy triste, yo me vine sola, cada año me venía con mi hijo. Ahora mi gente tiene miedo. Tenemos miedo porque en Guanajuato ya no hay seguridad.

Juan: Lo sentimos mucho

Ante interrupciones reiteradas que hacía Juan Hernández al relato de la madre, Jorge Navarrete intervino para pedir al funcionario que dejara a Guadalupe desahogarse.

Guadalupe: Lo que yo pido es justicia. Al gobernador le mando un mensaje: que por favor haga algo, Zamarripa que haga algo, Derechos Humanos y todos los que puedan apoyarnos, ya es tiempo de que hagan algo. Como tocó en mí, a lo mejor si les hubiera tocado a ustedes. Yo no le deseo a nadie esto, no tenían derecho de quitarle la vida, un joven trabajador con 23 años.

Juan: usted sabe que nos hemos reunido varias veces

Guadalupe: Conmigo usted no se ha reunido.

Juan: Nos hemos reunido varias veces. Espero que pronto tenga usted la información que le satisfaga.

Apenas mencionadas esas palabras, Juan Hernández se alejó del grupo de manifestantes y siguió con la celebración, los saludos, pidiendo a la prensa “unos segunditos” antes de hacer declaraciones.

La señora Guadalupe Cayente se quedó con el grupo de migrantes y un asesor de la Secretaría de Gobierno.