
Autores:

El día en que un periódico mexicano puso de titular Ya bailó
Francisco Molina, Francisco Campuzano y Regina López, tres jóvenes chef mexicanos, nos han preparado un tartar de atún con chiles güeros que no pican, un taco de lengua con salsa de xoconostle y un caldo para acompañarlo y una espuma de frijol con pulpo y chorizo que muestra la mano femenina sobre alimentos de gran calidad y frescura.
Nos hemos matado de risa recordando aquellos tiempos del Universal, cuando había una sola persona para interpretar lo mucho que había sido la muerte de Michael Jackson. Bueno, no vamos a hablar de esa persona nefasta, pero ha sido una alegría reencontrarse con Gerardo León, “El esbelto”, el mismo día en que cumplía años Marisa Zannie, los dos periodistas de Estilo con una elegancia y una ironía que te la voglio dire.
El tema es que vinimos aquí, a un encuentro de gastronomía en Cancún, en el cómodo y a la vez sorprendente Hard Rock Hotel de esta zona maya y cordial. Digo la sorpresa porque para nosotros que ya vimos casi todos los asombros del mundo, de pronto te encuentras con Michael Jackson, vestido de rojo y te ríes de cuando Gerardo te contó -hace apenas unos minutos- que el título de La Crónica había sido: Ya bailó.
Todos esos esfuerzos por ser el mejor editor del planeta y estos con ese titular ya te pasaron por encima. Ufa. Así es el periodismo. En el baño, un oscuro y zen Sean Lennon, te recuerda que hace dos semanas Yoko Ono, en una silla de ruedas y ya anciana como para no separar ni a los cuatro vecinos de la cuadra, ya no vivía en el edificio Dakota, donde mataron a John.
Como esos pasillos de este hotel que te van recordando cosas de tu vida porque precisamente la existencia de los rockeros es un poco tuya o de Roberto Petinatto, porque si ve ese traje verde que aparece en la recepción y que perteneció al dios del Funky, James Brown, organiza alguna tarea para robarlo.
Digo eso y pienso en la guitarra de Molotov, que está a un costado de esa gran entrada, en esos artistas pop como Enrique Iglesias, como Jennifer López, Christina Aguilera, porque hubo algún momento (Keith Richards lo mira con cierta sorna a Mick Jagger y parece refrendar mi duda) que el rock se convirtió en pop o que ya no supimos mirar como veíamos antes: de banqueta en banqueta. Una calle fue angostándose y de pronto, como estábamos distraídos, entró el reggaetón. Y que Dios nos salve, si por acá anduviera Bud Bunny, yo ya no tendría el refrigerador enterito para mí. ¡Todas las aguas minerales del mundo me hacen rica esta noche, donde intento descifrar los muchos sabores con que me recibió Cancún!

Desde los tragos como la Mezcalina de Tamarindo de Uriel Álvarez, un hombre que se dedica a los bares desde hace 20 años y que pone el chile ancho porque pega con el sabor dulce de la fruta y el mezcal espadín que entró en mi boca con un estallido particular, como si yo nunca hubiera probado mezcal, hasta estos tres chefs que harán la fiesta gastronómica en el Hard Rock Hotel, mientras los gringos van y vienen por esa piscina ancha que nunca es más grande que el mar, con esas playas maravillosas (parece que no hay sargazos esta vez) que te marea y te da vuelta los ojos.

Francisco Molina, Francisco Campuzano y Regina López, tres jóvenes chef mexicanos, nos han preparado un tartar de atún con chiles güeros que no pican, un taco de lengua con salsa de xoconostle y un caldo para acompañarlo y una espuma de frijol con pulpo y chorizo que muestra la mano femenina sobre alimentos de gran calidad y frescura.
Mañana sigue el día y conoceremos el hotel, hablaremos con los chefs y seguro que de algo más nos reiremos. Porque después de todo, hay que ser cómico y no tener miedo de que venga Bud Bunny como un fantasma a robarte hasta la guitarra de Molotov.
Este texto se publicó originalmente en el sitio Maremoto, en este enlace.
15 de abril de 2023, 04:15
Explora más contenido de este autor
Descubre más artículos y perspectivas únicas
