La administración estatal panista de nuevo cuño en Aguascalientes extravía origen y destino. Seis meses le han bastado para desmoronarse. La debacle se pinta de azul y blanco. El piso se tiñe de rojo sangre. Los sicarios invaden la tierra de los Hidrosayos del Necaxa. Las masacres forman parte de la dantesca escenografía cotidiana. Los muertos descansan en paz. Y los vivos los anotan en la fría estadística.

La gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel se desdibuja. Pierde sensibilidad. El ritmo de gobernar en nada se parece a los tres tiempos del toreo para aguantar, templar y mandar. La inexperiencia le cobra facturas. Mantiene el control absoluto de la Presidencia Municipal de Aguascalientes, hoy convertida en otra dependencia de El Gigante de México. El liviano proceder hace mella en las políticas públicas a resolverse de manera inmediata, seria, rigurosa y puntual, como es el caso de la seguridad pública.

La mentira y el engaño son especies marinas en el inmenso océano de la irresponsabilidad. El marketing político —otrora aliado de la mexiquense en la Presidencia Municipal de la capital—, es incapaz de tapar el sol con un dedo. Los aguascalentenses se han dado cuenta que no solo con propaganda gubernamental se resuelven los problemas de la comunidad.

Revisemos:

El lunes 7 del mes reciente, en el fraccionamiento La Ribera, del municipio de San Francisco de los Romo, Jiménez Esquivel anunció ruidosamente que “con el programa ‘Comité Vecino Vigilante 4x4’, cambiaremos las vidas”, empezando por la seguridad pública, “con acciones inmediatas a corto, mediano y largo plazo, que permitirán disminuir la incidencia delictiva en beneficio de las familias de Aguascalientes”.

Días después, el viernes 24, los cárteles de la droga le responden ferozmente al registrarse la primera masacre en mero corazón del fallido programa “4x4”, donde los hechos obligaron a cambiarle el nombre al programa por el de “5x1”, al ser asesinadas cinco personas en un día.

24 horas más tarde, Jiménez Esquivel anuncia, por segunda ocasión, el “toque de queda”, de las 12 de la noche a las 6 de la mañana, para La Ribera.

La doctora en Derecho Constitucional, Penal y Amparo, por la Universidad Autónoma de Durango, violenta el artículo 29 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que faculta exclusivamente al Presidente de la República, con la aprobación del Congreso de la Unión, o de la Comisión Permanente cuando aquel no estuviere reunido, a “restringir o suspender en todo el país, o en lugar determinado, el ejercicio de los derechos y las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente” a los casos de “perturbación grave a la paz pública”.

Pero además, la Gobernadora deja en evidencia su desubicado estado de ánimo:"Desde que era alcaldesa (?), cuando llegamos a La Ribera, dimos toque de queda porque había jóvenes a las tres de la mañana que estaban todavía en las calles jugando, haciendo cosas y nosotros no podemos permitir eso, Aguascalientes tiene que permanecer en paz".

La hemeroteca del Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes no tiene registrada que la mexiquense haya desempeñado el encargo de alcaldesa en San Francisco de los Romo, Aguascalientes.

La Gobernadora, al presentar el lúdico Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027, presumió que Aguascalientes sería el estado más seguro de México, pero no es así, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que revelan que la entidad anota en su libreta negra datos históricos de incidencia delictiva durante el primer trimestre de este año: 10 mil 601 víctimas presentaron denuncias formales, lo que significa un descomunal incremento de más de mil delitos respecto al primer trimestre de 2022, período, por cierto, gobernado por el también panista Martín Orozco Sandoval. A la numeralia anterior debe sumarse la de las víctimas que no presentan denuncia, estimada por el INEGI, en alrededor del 90% de los casos.

María Teresa Jiménez Esquivel pasará a la historia por ser la primera Gobernador@ a la que se le anote en su cuenta las masacres. Los diez homicidios dolosos del viernes negro al lunes negro —24 a 27 de marzo—. El misterioso desplome del helicóptero donde viajaba el secretario estatal de Seguridad Pública Porfirio Sánchez Mendoza, el 17 de noviembre de 2022. La supremacía delictiva de Aguascalientes sobre Zacatecas durante enero y febrero de este año, de acuerdo a los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El asesinato —cuatro horas después de haber coronado a la reina de la Feria de San Marcos 2023—, de un muchacho en la “zona (in)segura” del perímetro ferial. Y el resguardo de la Casa de Gobierno, en el fraccionamiento Los Vergeles, por elementos del ejército mexicano, jamás vistos desde que se inauguró en 1981.

En Guanajuato la vida no vale nada. Tampoco en Aguascalientes.

Porque alguien tiene que escribirlo: De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel está reprobada al obtener 6.3 en el nivel de confianza.

En la Universidad Autónoma de Aguascalientes y el Tec de Monterrey para aprobar una materia se requiere obtener una calificación final igual o superior a setenta (siete).

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