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La vida está para gastar suelas como reportero: José Garza
“La vida está para gastar suelas como reportero hasta dar con el hallazgo que, vuelto narración en un relato, proporcione en los momentos de desaliento la certeza de la esperanza y la sabiduría de la empatía entre los seres humanos”, es el final de su introducción.
Pepe Garza tiene una fe tan honda en el periodismo que es contagiosa. Cuando ha estado al frente de la Universidad, como coordinador cultural, ha puesto al periodismo entre sus principales intereses y la Casa del Libro Universitaria, que él fundó, tiene a muchos libros relacionados con nuestro oficio. Hablaremos ahora de un libro apasionante. Y diré por qué. Las oponentes, talento y resistencia, editado por la Universidad Autónoma de Sinaloa, habla de Elena Poniatowska, de Oriana Fallaci, de Alma Guillermoprieto y de Arundathi Roy, cuatro profesionales impecables y de las que todos noshemos copiado.
De todas hemos aprendido, yo, por supuesto, de la más polémica y al mismo tiempo de la creadora de un periodismo sagaz e inteligente: de Oriana Fallaci. Cada vez que empiezo un curso de periodismo, me fijo si tengo el libro *Entrevista con la historia*, para hacérselo leer a los alumnos. No me fijo mucho en ese estilo que nos hacía ver a una mujer gigante (aunque medía1,56), porque a pesar de que el estilo era su manera de hacer periodismo, dejó algo más que la forma, dejó un sentido de vida, el dar la existencia por un oficio que siempre fue muy mal pagado, atacado y humillado.
Podría decir que su estilo era lo menos copiable de ella. Su valentía, su verbo, dejaron una herencia maravillosa y que constituye la esencia de nuestra profesión. A las otras las conozco y las admiro igual, pero fundamentalmente, este libro*, Las oponentes*, me ha atrapado no sólo por la vida y la obra de estas cuatro titanes del periodismo, sino por los análisis que hace José Garza. Este libro, que al decir de Élmer Mendoza, el prologuista, vale muchísimo la pena, trae una teoría en cada cosa que Garza expone, para tomarse un tiempito y saber todo lo que encierra un oficio que es a menudo vapuleado y muchas veces incomprendido.
El periodismo es pasar información y de eso se trata. Cada cosa que el periodismo esboza está motivado por hacer saber al otro algo. Incluso los ensayos periodísticos más avezados, los más complejos, siempre pasan información. Ahora bien, cuáles son los mecanismos, los grandes canales por donde transita esos mensajes. La verdad es que pocas veces lo analizamos. Estamos siempre dispuestos a una profesión que tiene más que ver con la ansiedad que con ese tiempo en donde tomamos mate y un café y nos ponemos a pensar en qué consiste nuestra tarea.
Siempre estoy en contra de que me llamen periodista cultural. Si me conocieran, se darían cuenta de que yo soy una periodista política. Paso información política teniendo a la cultura como mi base. No creo en esos periodistas a los que no les interesa la política. Bueno, digo yo, son cualquier cosa, menos periodistas. Vayamos al libro de Garza. Él dice: “Estoy convencido de que la principal aportación que puedo brindar como lector, en efecto, es compartir la experiencia de conocer esa antigua y vigente noción de la profesión periodística y una manera de aprenderlo, porque precisamente las obras estudiadas integran una materia: la cosmogonía del periodismo. Cuando publiqué De realidades, ficciones y otras noticias, busqué elaborar una teoría sobre el porvenir del periodismo tras la fusión de los géneros y la convergencia de medios y soportes electrónicos y convencionales. Y verifiqué que el concepto de periodismo está vinculado a su existencia como instrumento de solidaridad con la vida y con los seres humanos; esta noción implica asumir actitudes personales en el ejercicio profesional y desarrollar a sus máximas consecuencias las posibilidades narrativas de los géneros periodísticos”.
Me gustó mucho este concepto: la solidaridad. Pasar información, dar una justa verdad sobre un hecho, un personaje, una situación, está escrita en el destino de la humanidad, como un acto solidario.
Es triste pensaren la frase de Ryszard Kapuściński: todos los periodistas son buenas personas. No es cierto. He conocido a notables hijos de puta, con algunos he trabajado, que son solidarios con la información. Puede ser que no le compre un auto usado ni le crea cuando me dice que no puedo ser editora porque quién haría una entrevista a Alma Guillermoprieto, por ejemplo. Puede ser incluso que desee todos los días que San Judas, ese santo de lo imposible, lo aleje de mi vista, pero nunca dudaré de ese ejercicio notable que es pasar información con la gran responsabilidad de ser certero y dedicar casi toda la vida al periodismo. “La ubicación de los periodistas, en el caso concreto de nuestros autores, ocurre fuera de una dimensión temporal o geográfica. Ocurre en el espíritu de una noción del ejercicio periodístico al nivel que merece desarrollarse, consecuente con la exigencia de precisión y credibilidad”, es lo que dice José Garza.
“La vida está para gastar suelas como reportero hasta dar con el hallazgo que, vuelto narración en un relato, proporcione en los momentos de desaliento la certeza de la esperanza y la sabiduría de la empatía entre los seres humanos”, es el final de su introducción.
Desde la entrevista hasta un relato que tiene ciertas características ficcionales, Celso José Garza desmenuza el oficio periodístico a través de cuatro personas que son la entrevistadora, la cronista, la reportera y la persuasiva, que hacen de este oficio, ya lo dije, un enamoramiento contagioso.
“Yo soy periodista, así me asumo, desde hace casi 30 años. Mis primeros 10 años ejercí el diarismo, en los últimos 20 años me he concentrado en labores de gestor cultural y editor. Siempre me interesó estudiar la historia del periodismo y en ese sentido conocer a los clásicos, sus obras, cómo los sabios de la profesión construyen sus libros”, dice José Garza en entrevista.
“Leer el periodismo que quiero ejercer, un periodismo bien hecho, personal, que es además preciso. En ese sentido a finales del siglo pasado cursé mi doctorado en España, elaboré una tesis doctoral que estudia las relaciones entre el periodismo, la literatura y la historia. Hablé de Daniel Defoe, considerado el primer híbrido entre literatura y periodismo y terminé con Arundhati Roy, con el final de la imaginación”, expresa el profesor de la UANL.
“La universidad Autónoma de Sinaloa me pidió que sacara los cuatro ensayos de Elena Poniatowska, Alma Guillermoprieto, Arundhati Roy y Oriana Fallaci, sus cuatro libros que fueron fundamentales para mí. Hay otras figuras que habría que analizar y abordar, como Cristina Pacheco, Adriana Malvido, Angélica Abelleyra, Mónica Mateos, pero este libro es un signo de admiración para esas cuatro periodistas”, afirma.
El periodismo cultural ha hecho muchas aportaciones al oficio, dice José Garza. “Se nos exige mucho conocimiento y un periodista debe de estar capacitado para cubrir cualquier fuente. Ahora hay una crisis, porque hay muy poco espacio. Aquí tenemos El Norte, dirigido por ese gran periodista Daniel de la Fuente y no tenemos más”, agrega.
José Garza está en varios proyectos. Ahora trabaja para la Fundación Dr. Ildefonso Vázquez Santos, que tiene el acervo de Fernando Benítez, es profesor a tiempo completo de la UANL y hace festivales literarios y periodísticos.
Este texto se publicó originalmente en el sitio Maremoto, en este enlace.
18 de septiembre de 2023, 19:26
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