Hay que hablar, debatir e informarse sobre feminismo. Fundamentalmente ahora que se encara contra el poder de turno y decir feminista no significa solamente defender los derechos de las mujeres, sino al mismo tiempo ser subversiva y querer cambiar el estado de las cosas.

Este libro, Lo personal es político (Lumen), escrito por Marta Lamas y Ana Sofía Rodríguez Everaert, constituye un edificio vertical, donde las prédicas del feminismo vienen desde tiempo atrás y su legado, su recuperación, equivalen a hacer más fuerte el movimiento.

“Este libro reúne textos de esa época escritos por autoras vinculadas a uno de los grupos más importantes y longevos del feminismo mexicano. Inspiradas por las protestas del año de 1970 en Estados Unidos, poco más de una veintena de mujeres de la Ciudad de México formaron Mujeres en Acción Solidaria (mas)”, cuenta Ana Sofía.

“Su primer acto público fue una acción de protesta alrededor de la maternidad como destino manifiesto de las mujeres, en mayo de 1971. A principios de 1974, el grupo se escindió y la mayor parte de sus integrantes formaron el Movimiento de Liberación de la Mujer(mlm) con la intención explícita de identificarse con la corriente internacional que pugnaba por la liberación de la mujer”, agrega.

“¡Liberación! Sí, eso anhelábamos, igual que las miles de jóvenes que hoy inundan las calles refrendando ese deseo al cantar Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina.”, dice Marta Lamas, en un contexto donde la lucha está contaminada por varias de otras luchas y donde la derecha en muchos países ha elegido al feminismo como el gran enemigo.

“Al dar clases me di cuenta que mis estudiantes de la UNAM y del ITAM, desconocían muchos textos fundamentales y preciosos. El de Rosario Castellanos, el de Carlos Monsiváis, el de Alaíde Foppa y el año pasado hablando con Andrés Ramírez les dije que deberían hacer una antología de estos cuentos y me dijo: Hazlo”, cuenta Marta Lamas.

Los textos fueron difíciles de elegir y la mancuerna con Ana Sofía Rodríguez dio como resultado este libro que fue para ambas “puro disfrute”.

“Ojalá que las feministas en otros Estados de la República busquen esos textos que vayan construyendo el legado del feminismo en nuestro país”, dice Marta.

Para Ana Sofía Rodríguez era vital un libro como este, que faltaba, sobre todo para verlo desde el punto de vista histórico con el que ella lo vio. En el tema del feminismo mexicano desconocíamos a las feministas de la segunda ola. “Es una historia muy importante y muy necesario que se conozca para recuperar arsenal político”, afirma.

“Desde mi perspectiva veo a muchos más feminismos que los que había en los 70. Veo a un feminismo espontáneo, se sienten feministas sin necesidad de tener una agenda o de sentir una necesidad de participar organizadamente en algún grupo. Eso cambia mucho. Había una voluntad de agruparnos para discutir que tuvimos mucho en los 70 y para hacer cosas y para transformar. Ahora no están interesados tanto en eso. Dicen los partidos no, los hombres no, nada más entre nosotras. Hay un tema más de resistencia, que de activismo”, afirma Marta Lamas.

“Hay una cosa más autocontenida de protección, que salir a agarrarse a golpes con el de afuera”, agrega.

“Necesitamos a los hombres para dar ciertas batallas que nos oprimen como mujeres, pero que también nos oprimen como sociedad”, dice Ana Sofía Rodríguez.

“El feminismo es muy popular ahora, pero se ha vuelto una identidad, es muy fácil ser feminista sin educarse, sin leer, pero lo que nos enseña este libro es una agenda para pensar, para buscar aliados y las feministas de los 70 buscaron aliados”, agrega.

“Un cuerpo de mujer no garantiza un pensamiento feminista”, afirma Marta Lamas, en una especie de refrán ideal para leer este libro sustancial, *Lo personal es político*.