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12/14/2025
Ser una mujer trans es una mujer que se ha podido hacer justicia a sí misma

Ser una mujer trans es una mujer que se ha podido hacer justicia a sí misma

Encontré a Frida Cartas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Estaba en el stand de Almadía. Primero le pregunté cómo debía llamarla, si estaba bien decir mujeres trans y ella, muy dulce, me respondió: “ser una mujer trans es una mujer que se ha podido hacer justicia a sí misma”.

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    Cómo convertirse en una mujer cuidadora, una ama de casa, ese es el desafío que vivió Frida Cartas, nacida en 1979, destinada a ser diferente en un medio para huir antes que vivir.

    La autora, crecida en el Norte, dedica *Transporte a la infancia* (Almadía) a su madre, con una voz llena de ternura que construye su identidad de género.

    “En medio de la hostilidad de quienes condenan la diferencia, esta historia es el testimonio de una niña que resistió a la violencia, acompañada por una madre que la ayudó a construir un mundo propio respetando y validando su identidad”, dice la editorial.

    Editó Almadía. Foto: Cortesía
    Editó Almadía. Foto: Cortesía

    Encontré a Frida Cartas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Estaba en el stand de Almadía. Primero le pregunté cómo debía llamarla, si estaba bien decir mujeres trans y ella, muy dulce, me respondió: “ser una mujer trans es una mujer que se ha podido hacer justicia a sí misma”.

    A partir de ahí comenzó una charla amena, en donde Frida explicó que “hay una serie de de marginaciones y de violencias y a muchas no les permiten ni siquiera nombrarse o no les permiten vivir o no les permiten ser un poco más libres, entonces esa definición me gusta mucho. Dentro del espectro LGBT somos un tema de identidad, no de orientación sexual, sino de identidad de género. “Me gusta decir que una mujer trans es una mujer que tuvo la posibilidad de irse formando con más libertad”, afirma.

    ¿Cómo hacer para definir un género de una persona?

    “La protagonista es una niña, en ese momento ni siquiera se nombraba trans y no tenía performatividad, eso sí tenía roles. Esta formación más que visual, más que performática, se desenvuelve en mi libro en cómo las personas trans se desarrollan en el medio que les tocó vivir, que le tocó crecer”, dice Frida.

    El Premio Sor Juana de Camila Sosa Villada qué representó para las chicas trans latinoamericanas. Ha sido importante como colectivo, saber que hay otras realidades, vemos que la afinidad también traspasa geografías, países. Él que pueda llegar a ese espacio fue muy importante, para no sentirnos solas”, afirma Cartas.

    Lo trans, lo homosexual siempre revela una revolución. En el caso de los gays, están mucho más asimilados y los trans son mucho más rebeldes.

    “La mayoría de mis amigas trans no tienen una gran educación. Esa es otra cosa por la que peleamos. Cuando ellas en un plan de aflicción dicen que somos como los últimos en la fila LGTB, yo siempre digo que hay una ventaja de ser las últimas. La normalidad lleva implícito el mal. Aprender de lo que está adelante y saber si es eso lo que queremos”, expresa.

    Frida Cartas siempre se pregunta incluir a qué. Cuando hablan de inclusión muchas veces se piensa en una vida maravillosa protagonizada por los heterosexuales y hacia eso hay que ir. “Creo en la justicia social, pero también creo en la rebeldía. La justicia social es factible para nosotras, claro, pero sin respetar el modelo, lo normal que nos han vendido. La vida no es así, somos personas más reales y no personajes de películas o de series”.

    “También se usa mucho el empoderamiento y yo tengo mucho conflicto con el “amor propio”. Siempre digo que si todo dependiera de un optimismo mental o de una aceptación como tal, entonces qué caso tendría la justicia social, la lucha por la disidencia sexual. Yo sí me quiero, pero no desde el discurso del amor propio, sino como desde el aceptarme con la parte buena, con la parte humana, con la parte monstruosa y con la parte amorosa”, es la voz de esta autora que también ha escrito Onceavo mandamiento (1992) y Cómo ser trans y morir asesinada en el intento (2017).

    “Creo que es bien importante entender que dentro de todas estas leyes que hay ahora de matrimonio igualitario y todas esas cosas, encontrar cuál es el nivel de fuga, porque ahí es donde está la posibilidad o la semilla de seguir creando rebeldía o disidencias”, dice.

    El libro nació en la pandemia “y fue con la idea nada más de dejar por escrito historias que yo ya platicaba con mi mamá conversadas de muchos años. Cuando vino a la pandemia y estuve en casa vino como ésta del lugar donde y lo puse por escrito”, afirma.

    “Lo que hice al principio fue autopublicarlo y lo regalé a la gente que quiero. Luego vino Almadía, que logró compaginar un texto que no está hecho desde la figura de la víctima”, agrega.

    Este texto se publicó originalmente en el sitio Maremoto, en este enlace.

    14 de diciembre de 2023, 04:06

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