
Autores:

La gestión y administración del agua en México. Un “Puzzle hídrico”
Hablar de agua va más allá de las élites de ingenieros de “cuello blanco”, en quienes sobresalen sus trajes y camisas de alto costo, claro es fruto de su trabajo, pero un trabajo muchas veces obtenido por la inclinación de los favores en los procesos de licitación.
Estimados lectores las semanas anteriores abordé lo referente a lo que se espera para el sexenio 2024-2030, tanto para la administración del agua como para la propia Conagua, se trate o no de que exista otra autoridad como es el caso de una Secretaría de agua, que lo han dejado entrever, pero el problema definitivamente va más allá.
Las semanas anteriores comenté respecto a la estructura de Conagua y que a simple vista parece completa, puede haber críticas que les parece un complejo enorme burocrático, pero el sector agua dada su transversalidad es complejo. Sin embargo, la Conagua demanda un eje integrador que vuelva funcional la transversalidad, incluso si se trata de una Secretaría. Incluyendo las administraciones por Cuenca que son los organismos y consejos de cuenca, son útiles y pueden permitir la descentralización, digo pueden permitir por que así lo establece la Ley de Aguas Nacionales, pero en ocasiones los convierten en feudos.
También advertí que no todo es estructura organizacional, se demanda un marco jurídico por que es un bien nacional, así lo establece la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por que es un recurso estratégico y debe ser regulado por la federación, al ser un bien de la nación, es decir, de todos los mexicanos, aquí surgen las inquietudes, por que el agua no ha sido para todos, porque no existe justicia hídrica, no hay equidad hídrica, algunos disponen de más y no por su ubicación geográfica, sino por el poder político o económico que les ha permitido traficar con el agua, despojar a grupos vulnerables, o bien beneficiar con proyectos a las élites económicas, con desarrollos inmobiliarios que proyectan una imagen de país desarrollado, cuando lo que proyectan es un marco de desigualdad hídrica.
He titulado a esta entrega como el “puzzle hídrico”, la gestión y administración del agua, o mejor dicho todo lo que implica el sector agua podríamos compararlo con un “rompecabezas” de esos de gran complejidad, en donde las piezas parecen encajar pero no es así, por que posteriormente ya no se puede avanzar por que ya no hay posibilidad de encajar las otras piezas por que no corresponde la primera que se colocó, así el sector agua es complejo por que involucra diversas aristas, roles, competencias, etc. el reto es quien puede armar, o tiene la visión, hago la aclaración que mi postura puede parecer muy personalista, pero a veces no es de quién lo arma, sino quienes o cómo, o dónde.
Recuerden que he mencionado que el agua presenta una transversalidad, hablar de agua es salud, agricultura, ganadería, servicios públicos, energía, alimentos, industria, medio ambiente, porque la visión predominante es todo aquello que gira en torno al ser humano, pero la realidad es que el ser humano es tan sólo un beneficiario, hay miles de especies en flora y fauna, superiores a la población de humanos, el equilibrio del planeta depende de ello.
Pero al hablar de esos componentes que involucran la actividad antropocéntrica tenemos a la forma de administrar, sujeta a reglas, esto debido a que no existe una armonía en la forma de usar el agua, se violan las reglas, por corrupción o ineptitud, por negligencia de las administraciones gubernamentales.
La problemática del país cierto que hay un estrés hídrico, sequías, estas últimas en su mayoría son ajenas a la acción humana, son parte de los ciclos naturales, pero los efecto y daños si tienen un origen en la actividad o negligencia humana, en México sobresale la inactividad de las autoridades, es decir, lo que dejan de hacer, sea como lo mencioné por desconocimiento o por corrupción. La primera porque es lamentable que la función del servicio público queda en manos de decisiones procedentes de compromisos electorales o de grupos políticos, no por que sean personajes competentes o con probada experiencia y acumulación de buenos resultados.
La segunda es que si bien los personajes pueden tener experiencia, pero detrás de ellos viene una estela de actos irregulares al amparo de las lagunas legales o la complicidad de otras autoridades, de ahí la proliferación de descargas contaminantes, por que si se diera cumplimiento a la ley y a la inspección, no se tendrían esas descargas, las extracciones de agua ya sea de cuerpos superficiales o subterráneos, tampoco serían si las autoridades fueran rígidas, ni tampoco estarían a la orden del día, los tráficos de derechos de agua.
Hablar de agua va más allá de las élites de ingenieros de “cuello blanco”, en quienes sobresalen sus trajes y camisas de alto costo, claro es fruto de su trabajo, pero un trabajo muchas veces obtenido por la inclinación de los favores en los procesos de licitación. De la complicidad con industriales e inmobiliarios, con algunos agricultores, pero esos contados personajes causan daños y despojos.
La administración del agua es interdisciplinaria, y los usos así lo son. Aquí el reto vuelvo a repetirlo es el diseño de un marco legal ajeno a pasiones o fobias, sin fanatismos, con una fuerte dosis de confrontación fáctica, de lo contrario, generarían caos económico, pero no se debe caer en el chantaje de esos personajes privilegiados. Tampoco pensar que con proyectos de infraestructura se solucionarán los problemas.
Carl Sagan en su libro “Miles de millones”, ese texto testamentario, advierte de los riesgos en temas críticos que son como una tabla o un subibaja en el que las pendientes pierden equilibrio, ya sea por la carga o presión de los apasionados o por la de los grupos de poder, es difícil mantener el equilibrio en la tabla, pero eso debe lograr una ley, eso debe pretender una autoridad. La legislación y reglamentación hídrica, la administración y gestión debe ser incluyente para todos, ya que, en la mayor de las veces en aras de cumplir con la justicia, “decapitan en el cadalso a los aristócratas”, sin darse cuenta de los daños que genera la obsesión, repito debe ser incluyente y considerar los matices.
De lo contrario, podemos seguir perdiendo tiempo y en ese lapso, así como las fugas de agua, se vaciará el depósito o tinaco, sin haberle dado el uso pertinente al recurso, la inclusión no implica solamente a personas, sino a elementos y factores, a las áreas del conocimiento y a un involucramiento real de los usuarios, a una articulación de autoridades y la buena fe y esperanza que no se deben de perder.
Nos vemos la próxima semana, no olviden la importancia de emprender políticas y acciones que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.
Comentarios: saalflo@yahoo.com
11 de octubre de 2024, 06:33
Explora más contenido de este autor
Descubre más artículos y perspectivas únicas
