“Mientras la tribu digital se limita a ejercer la lógica binaria de dar like o sumarse a un linchamiento, Leonardo Da Jandra ejerce los placeres del pensamiento complejo y demuestra que un filósofo puede ser más convincente que cualquier algoritmo, El Estado planetario recupera el valor urgente que el pensamiento tuvo en la Grecia clásica: leer este libro es un acto de supervivencia.”, ha escritor Juan Villoro en la contraportada.

El nuevo libro de Leonardo Da Jandra, El estado planetario (Avispero) es una muestra más de sus convicciones para una sociedad, la mexicana, que considera presa del miedo y de la desconfianza.

“Sobre todo a partir de la fenomenología alemana con Edmund Husserl, hasta un poquito antes con Hegel, con Heidegger y luego Wittgenstein, la filosofía se hizo muy subsidiaria de lenguajes y dejó de lado la vida. Lo que creo que lo que Juan Villoro enfatiza en esas breves, pero yo creo que luminosas líneas, es que trato de recuperar el origen del pensamiento, recuperar la filosofía como una forma no sólo de pensar el mundo a través del lenguaje, sino de transformarlo a través de la narración”, dice Leonardo Da Jandra, en entrevista.

Los tiempos actuales son muy oscuros para el filósofo: “Sé que es difícil encontrar claridad en un tiempo como el actual. Señalo un camino, a diferencia de la mayoría de los pensadores actuales que aportan lo que se centra en lo pesimista, en el abismo, en la caída, enfatizo una posible salida de esa abismación en la que estamos inmersos”, agrega.

–¿Qué es el estado planetario para ti, Leonardo?

–Está la ciudad de Dios de San Agustín, que es un primer intento de establecer una unidad en base a la espiritualidad. Lo que planteo aquí es un futuro inevitable, a contracorriente de lo que padecemos hoy, donde las características de la decadencia son la caída y la dispersión; mi propuesta es la unidad, con convergencia de diversidades, una sola lengua, una sola jurisprudencia, una sola espiritualidad. Cuando superemos esta fase de seducción por los falsos ídolos de Hollywood, vamos a comenzar pues a considerarnos hermanos en el mismo planeta, tener los mismos ideales, porque si quieres ser respetado tienes que respetar.

–¿Qué va a pasar con las identidades?

–Las identidades son partes dentro de las totalidades y sería superfluo y peligroso hacer que sobrevivan identidades que no tienen esencia para sobrevivir. Van a sobrevivir las identidades que más aporten en la totalidad. Por eso la mexicanidad es tan importante, pues centra sus valores fundamentalmente en la familia.

–Lo que ocurre es que los jóvenes pareciera que no tienen miedo. Lo percibo con los chicos de mis foros y talleres, están obsesionados con la muerte y con el terror. La mayor parte de las apuestas literarias, cinematográficas, son de terror y ya bastante terror hay en la vida cotidiana como para aportarle más terror. Sucede que es una falsa imagen de la muerte que tienen, pero la revisten en Hollywood de tal banalidad, ves a los superhéroes que les disparan miles y miles de balas, ninguna les pega, pero ellos matan a todos con su armita, entonces los jóvenes ya no saben lo que es verosímil.

–¿El libre albedrío?

–Es fundamental la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. Lutero, Calvino, decían que el hombre es malo por naturaleza, pues no creo que el hombre sea malo por naturaleza, ni tampoco estoy de acuerdo con Rousseau, de que todos nacemos iguales. Todos nacemos desiguales, lo que nos iguala es el estado de derecho, somos iguales ante las leyes, pero cuando pretendes igualar, como sucede en estos modelos espurios, pseudo socialistas, de que tienes que consumir lo que te digan ellos, leer lo que te digan ellos, escuchar la música que te digan ellos, decir como digan ellos, pierdes totalmente tu libertad y no puede haber ningún imperativo categórico por encima de esa libertad. Debo ser libre para poder elegir lo que quiero, mientras no dañe a otro.

–Hay que ser muy conscientes, tener presente, que hay muy pocas propuestas de un futuro armonizador, inclusive en ciencia ficción, todo es apocalíptico, todo es distópico, los jóvenes asimilan eso y dicen, para qué carajo me esfuerzo, para qué lucho, para qué voy a tener una familia, en Estados Unidos los jóvenes dialogan con sus padres un promedio de 10 minutos al día, a partir de la adolescencia comienzan los conflictos, por las amistades que tienen, las relaciones en las que están y los padres no tienen tiempo para hablar con ellos. Los padres están inmersos en la misma dinámica, el número de divorcios es cada vez mayor en Europa, sobre todo Portugal, España, Francia, ya sobrepasan los 70% al año, de cada 170 parejas se divorcian en el primer año, ¿qué significa eso?, pues por un lado falta de conocimiento previo, pero por el otro la intolerancia. Los jóvenes desconfían, se protegen y se hacen intolerantes y ya no creen en ninguna forma de liderazgo y se recrean a través de las pantallas en la destrucción. Los jóvenes tienen temor a todo.

–Hay que ser muy conscientes, tener presente, que hay muy pocas propuestas de un futuro armonizador, inclusive en ciencia ficción, todo es apocalíptico, todo es distópico, los jóvenes asimilan eso y dicen, para qué carajo me esfuerzo, para qué lucho, para qué voy a tener una familia, en Estados Unidos los jóvenes dialogan con sus padres un promedio de 10 minutos al día, a partir de la adolescencia comienzan los conflictos, por las amistades que tienen, las relaciones en las que están y los padres no tienen tiempo para hablar con ellos. Los padres están inmersos en la misma dinámica, el número de divorcios es cada vez mayor en Europa, sobre todo Portugal, España, Francia, ya sobrepasan los 70% al año, de cada 170 parejas se divorcian en el primer año, ¿qué significa eso?, pues por un lado falta de conocimiento previo, pero por el otro la intolerancia. Los jóvenes desconfían, se protegen y se hacen intolerantes y ya no creen en ninguna forma de liderazgo y se recrean a través de las pantallas en la destrucción. Los jóvenes tienen temor a todo.

–Cuando era chica encontrábamos a muchos maestros en la realidad, por ahí la familia era un poco disfuncional, pero había gente que nos enseñaba ¿Dónde están los maestros?

–La familia es el dinamismo básico, pero no sólo los padres son los que forjan los nuevos caracteres de los chicos, ahí está la escuela, la educación, que es fundamental y está colapsando a nivel global. Los maestros son los segundos padres, pero si los maestros se someten a la rigidez de un sindicalismo obsoleto y están pensando en una conciencia grupal, es imposible, no hay ética. Hay en mi libro un capítulo dedicado a la ética, sin ella ninguna intención tiene posibilidad de fructificar. La educación ya no tiene ética y lo peor son los libros que manejan: repetición de sistemas y de métodos. Estoy convencido de que en 15, 25 años, va a venir una generación que mire para la actual con vergüenza y decir cómo es posible que fueran tan pendejos.

–¿Sería bueno que tu libro esté a disposición en las universidades, en las escuelas?

–Me he dado cuenta por los contactos que tengo en la red, que tengo buscadores, no seguidores y el que busca como cuando yo era joven, no depende tanto de su edad, sino de su deseo de conocer. Es muy importante enfatizar eso, porque estoy seguro que dentro de 50 años sí lo van a poder ver chicos de 17 y 18 años. La pregunta más precisa, querida, yo creo que debería ser, Leonardo, ¿tú crees que están preparados los jóvenes actuales para atender tu libro? y te diría definitivamente no y desafortunadamente no.

                                                                                                                   ❋ ❁ ❋

Este texto se publicó originalmente en el sitio Maremoto, en este enlace.