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12/14/2025
Realmente la literatura te da un punto en el que seguir: Gerardo Lima

Realmente la literatura te da un punto en el que seguir: Gerardo Lima

Los mitos siempre me han gustado, incluso la parte religiosa. Yo no soy tal cual una persona que pueda decir que sea católica practicante y no me gustaban tampoco los ritos católicos cuando era niño, pero con el tiempo me fue interesando la historia de la Iglesia, la primera vez que descubrí que, por ejemplo, Cristo tiene como una especie como de mito solar que se emparienta con muchos dioses, me emociona muchísimo

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    Entre las neblinas de las montañas mexicanas, donde lo sagrado y lo profano coexisten en un inquietante equilibrio, se ocultan secretos antiguos que desafían la fe y la razón. Ouroboros es una colección de cuentos que se adentra en lo más oscuro de las creencias humanas, entrelazando imágenes religiosas con horrores sacrílegos y sobrenaturales. Transita los mitos con una pasión geográfica y a la vez con un misterio inquietante y perturbador.

    Dice Gerardo Lima que ha empezado a escribir el terror sin darse cuenta demasiado y que al mismo tiempo se escapará hacia otros géneros para retar a su pluma inquieta.

    Mientras tanto regala este libro editado por Fondo Blanco, esencial para los amantes del horror psicológico y lo sobrenatural, una colección que desdibuja los límites entre lo sagrado y lo maldito, revelando que, a veces, el mayor enemigo de la fe es aquello que yace dentro de nosotros mismos.

    Gerardo Lima Molina es escritor, tallerista y dictaminador. Cuenta con obra publicada en antologías como Breve manual del libro fantástico (UAM, 2020), Proyecto Cthulhu (Raíces Latinas, 2020), Flores abiertas a la noche (La Tinta del Silencio, 2021), No entren al 1408 (Editorial El Conejo, 2021) o Ars Mortis (Fondo Blanco, 2023). Es autor de Ya no hay tokiotas (ITC, 2016), Cosmos Nocturno (FETA, 2018), Megaloceros. Libros del Ciervo (Paraíso Perdido, 2021) y Ya no es el Diablo (Lapicero Rojo, 2023), Microfilmes de terror (La Tinta del Silencio, 2023), Días de Muertos (InLimbo, 2023) y ¿De qué hablo cuando hablo de terror? (Secretaría de Cultura de Tlaxcala, 2024). Ha sido becario del PECDA y FONCA y ha recibido galardones como los Premios Estatales de Literatura de Tlaxcala (en cuento, ensayo y poesía), así como el Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri. Además, ha impartido talleres para ITC, Secretaría de Cultura e INBAL.

    –Gerardo Lima, no me animo todavía a memorizar tu nuevo libro, que es Ouroboros, ¿puede ser?

    – Sí, de hecho es una pronunciación que me gusta, tal cual, Ouroboros. Perfecto.

    ­–Acabas de sacarlo por la editorial Fondo Blanco y una de las cosas que más llama la atención es precisamente que vas a estudiar los mitos…

    –Los mitos siempre me han gustado, incluso la parte religiosa. Yo no soy tal cual una persona que pueda decir que sea católica practicante y no me gustaban tampoco los ritos católicos cuando era niño, pero con el tiempo me fue interesando la historia de la Iglesia, la primera vez que descubrí que, por ejemplo, Cristo tiene como una especie como de mito solar que se emparienta con muchos dioses, me emociona muchísimo. Siempre me ha apasionado como esta parte del mito, de la explicación que aparentemente es del mundo, aunque a veces ni siquiera es eso, es algo más profundo, como una forma quizá, una de las primeras formas de contarnos historias. Ahora, el mito establece que la realidad siempre está comandada por alguien que está fuera de la realidad

    –¿Cómo es el tema del mito?

    –Hace un tiempo estuve estudiando algunos textos mayas en una clase y Alfredo López Austin hablaba de un tema muy interesante, que es el caso de la brujería. Ahí fue cuando empecé a entender la diferencia entre religión y magia. Las brujas son como una cosa muy salvaje, porque ellas no le piden tal cual a un dios que haga algo, sino que ellas mueven ciertas cosas para que eso ocurra.

    –¿Qué significa Ouroboros?

    –Es una forma de llamarle a la serpiente que se muerde la cola, un mito muy viejo. Tiene mucho que ver con esto de que en el principio fue el agua. Fue el mar. No había nada, más que agüita. Esa agüita precisamente estaba habitada por un monstruo que representa el mar, que precisamente que rodea la tierra y también representa en cierta manera como la carne del monstruo en la cual se aposenta el mundo. Entonces eso me parece muy bello. Incluso por eso la portada me gustó tanto.

    –Eres dueño de una pluma privilegiada y te has especializado en el terror

    –¿Por qué elegí el terror? De hecho al principio me daba cierto miedo. Le pasó a Stephen King, cuando le preguntaron, oye, es que si publicas una tercera novela de terror todos te van a encasillar ahí. Y ya nunca vas a salir, ¿no? Y él dijo, bueno, no me importa. Cuando leí esa anécdota dije, ah, qué bello que me encasille nada más como escritor de terror, ¿no? Pasa el tiempo llegó un punto en el que me sentí como que ya no entendía lo que estaba yo haciendo. O en cierto punto incluso como bloqueándome, ¿no? Que les decía a algunos amigos, cuando empezaba una historia: al final aparece un monstruo cósmico, maravilloso, divino, que destruye todo. Y en el segundo cuento, ah, también aparece un monstruo cósmico, pero ahora con forma de árbol, me empecé a copiar. Recuerdo mucho una tutoría con Luis Jorge Boone. Y él decía que si en algún momento encontrábamos fórmulas en nuestra escritura, era el momento de sacudir todo, de escaparnos de ahí.

    –¿Para no sentirte prisionero del género?

    –Siempre pensé que no necesariamente tenía que ser así. Y algo que yo buscaba era precisamente entender el terror a partir de la prosa. Me gustaba mucho pensar en una estética. Que no solamente siguiera lo siniestro, sino que mantuviera esta idea como de lo luminoso. Es como una contradicción mística. Que es como la luz oscura. Iluminar la oscuridad, mostrar la belleza dentro de lo horrible. Y en algún punto fue cuando dije, bueno, también en algunos momentos he escrito otras cosas. Vamos a salirnos un poco y vamos a ver qué pasa, ¿no? Eso no significa que no vuelva a escribir algo de terror, seguramente sí.

    –El viernes vas a presentar tu libro de ensayo, ¿cómo escribir sobre el terror? En ese sentido también te da cierta autoridad para hablar del género…

    –No quise tener autoridad para hablar del terror. En el caso de este ensayo, aunque luego me han dicho que es un poquito tramposo, porque pareciera que es como una cuestión como de, les voy a explicar lo que es el horror y vamos a ver precisamente cómo… en realidad lo que les estoy hablando es un poco de mi vida y de cómo la literatura, pues de cierta manera parece muy simplona, pero la literatura te salva de cierta forma. Realmente la literatura te da un punto en el que seguir.

    –En Ouroboros tú haces cuentos. ¿Cómo es el libro?

    –Este es un libro de horror religioso y es un libro que explora de cierta manera el temor a lo divino y también la fascinación que provoca esa divinidad en nosotros, que pareciera algo muy lejano, pero que está presente en todo momento. Trata de entender como un universo en su dimensión completa, incluso abarcando la oscuridad. Y también podríamos decir que es un libro que juega con muchas cosas interesantes o que trata de hacer que el lector se interese por ciertos temas muy diversos, cosas de santos populares, mitos, libros que no existen, autores apócrifos, películas macabras. Espero que también leyendo esos cuentos uno se haga preguntas sobre la naturaleza de lo divino, no tal cual le exigiste Dios o no, sino incluso la relación que tenemos con eso, que pareciera que es como algo que hemos olvidado mucho, que no significa que tengamos que tener una visión teísta, pero sí me parece que es interesante porque nos lleva a las primeras historias, al mito también.

    Este texto se publicó originalmente en el sitio Maremoto, en este enlace.

    18 de marzo de 2025, 07:59

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