Documental de bolsillo

Antes del 22 de julio, la calle 20 de Enero, al igual que las arterias aledañas, presumía un flujo de personas casi interminable y una proliferación de actividades que abonaban a una versátil economía local.

Hoy, la zona ha cambiado radicalmente. Las calles se observan solitarias, la inseguridad vibra en el ambiente y los negocios han quedado en un estado de fragilidad que no son remotos los cierres y, con ello, más abandono.

La reubicación del Hospital General de León provocó una disminución significativa del movimiento de personas y, con ello, del comercio.

Los personas que se encontraban aquí, algunos desde hace décadas, otros con negocios recientes, gozaban de un ingreso que les permitía llevar una vida estable, a la vez que solucionaba requerimientos de los trabajadores y las familias de los pacientes.

Hoy, todo ello está quedando en el olvido. La repentina baja de las ventas ha originado una crisis económica para muchas familias. No se siente esperanza en el horizonte.

Hay otras consecuencias directas de la partida del hospital: la inseguridad tuvo un considerable incremento en la zona, por la disminución de la vigilancia policial.

La decisión de reubicar el hospital sin considerar sus consecuencias dejó múltiples heridas que deben atenderse a la brevedad, en uno de los barrios más antiguos y emblemáticos de León.