Estimados lectores solemos ver dentro de la literatura referente a la administración pública la exhortación para que las instituciones adopten y ejecuten lo que se ha dado por llamar: “buenas prácticas”, el concepto sin duda ha  evolucionado, pues nos habla desde la transparencia y acceso de la información, la rendición de cuentas, el manejo eficiente de los recursos, que los beneficios sean reales para el gobernado o bien para el entorno social o ambiental, al igual que dichas prácticas sean apegadas a lo dispuesto por el marco legal, sin olvidar la ética.

Sin embargo, esto da a entender que en oposición a la intención hay lo que puede denominarse: “malas prácticas” que es lo contrario a lo mencionado, asociado con corrupción, ausencia de transparencia, manejo discrecional de recursos, el uso de cargos, oficinas y presupuesto con fines electorales, asociado a la ausencia de perfiles de los titulares de dependencias tenemos erráticas decisiones, ausencia de políticas públicas claras, así como hacer muchas cosas pero ninguna encaminada a la mejora o cumplimiento de los anunciados objetivos.

He sido reiterativo con la práctica nociva del abuso de herramientas de la pueril mercadotecnia electoral, cuya utilidad únicamente es que una persona o grupo gane una elección, no para que gobierne bien y cumpla con lo dispuesto en el orden jurídico, pues recuerden el “principio de legalidad” establecido en nuestra Constitución determina: “la autoridad sólo puede hacer lo que la ley le permite”. Pero nos topamos con una práctica inútil que cuesta y que no genera resultados que valgan la pena, y aquí hacen aparición los “boletines gubernamentales” en el sector agua, esto es que administrar el recurso hídrico por boletines, sólo propicia que la brecha existente en todos los ámbitos del sector agua siga creciendo.

Cada entidad federativa en el país tiene sus casos, así como los propios municipios, en el caso Aguascalientes, es destable como se venden la falta de resultados, se venden anuncios, pero no resultados, menos aún que debería ser lo importante en un ámbito que debe tener visión de futuro, el ejercicio de considerar elementos futuros y prever riesgos y por supuesto el deterioro que se vive y es natural con el crecimiento poblacional y ocupación de espacios, destruyendo hábitats.

Se anuncia limpieza al río San Pedro, brigadas y presupuesto a bombo y platillo, pero lo he mencionado aquí limpiar el río no es la solución, claro es una parte pero no la más relevante, lo importante es no “ensuciarlo”, así con esa palabra simple, las acciones preventivas y de sanción no existen, las descargas clandestinas son lo común en el día a día, se sabe quien las hace, pero no se actúa, esto sucede por la colusión y corrupción imperante además de la impericia de quienes cobran como funcionarios de gobierno.

A lo anterior, se puede adicionar la ausencia de una política clara de manejo de residuos, sólo existen trabajos y propuestas hechas por consultores que eso se cobraron, pero no se aplican, y se amparan que la gente no hace caso, ni colabora, claro que no participa, porque no están bien diseñados los modelos, ni se han generado los acuerdos, la participación ciudadana sigue en vitrinas de contemplación como los inútiles observatorios de agua, sistemas estatales anticorrupción y sus comités, órganos superiores de fiscalización que como los gatos tapan las excretas del grupo político y diputados que los colocaron ahí, ah y por supuesto esos diputados pertenecen a un grupo liderado por los titulares del ejecutivo, en el caso Aguascalientes, la gobernadora.

Un distrito de riego que anuncian como la panacea, los boletines que son pagados, así lo describen como el “mundo maravilloso”, cualquier estudio serio ha demostrado desde hace un par de décadas que hasta el momento las acciones implementadas o proyectadas, no eliminarán la brecha, sólo podrán reducirla si se hacen bien, así lo concluyó el estudio de Mackenzie allá por finales de la primera década de este siglo tras analizar la célula Aguascalientes en su relación con la Cuenca hidrológica.

Los contextos y proyecciones basados en una planeación indicativa no resuelven sólo parten de escenarios que ya no existen, sobre el caso del Distrito de Riego 01, hay un par de estudios serios, pero no son considerados, los voceros y vendedores son los que tienen el control y hacen el negocio con sus panaceas, alimentando los contenidos de los “boletines” y egolatría de los titulares del ejecutivo con su séquito.

Hace escasas semanas también mencioné que las lluvias históricas que se vivieron en junio de este año y parte de julio, con imágenes virales sobre las presas y el vertimiento de aguas (no “desbordamiento” como erróneamente se dice) provocó campanas al vuelo pretendiendo olvidar el siniestro de los años pasados recientes, con pérdidas económicas que no se recuperarán. Sin embargo, se anuncia que en el caso de la presa Calles se tiene agua para los próximos tres ciclos, una presa que no llegó con este periodo de lluvias a llenar tan siquiera la tercera parte de su capacidad.

En el caso de la presa Calles principalmente y en el resto de cuerpos de agua superficial en el estado cuyo destino es el uso agrícola, se vive como lo pueden constatar en los “boletines” que eso si abundan, se percibe un “triunfalismo” que propicia el uso de agua por muy tecnificado el distrito de riesgo, pero fomenta una pérdida de visión y un uso irresponsable, de esa cantidad que se tecnificó, lo grave estriba amable lector, en que la mayor parte de cuerpos de agua superficial en el país, pero en Aguascalientes es con todos, que se omite que debe existir un plan o mínimo una política de “manejo”, esto propicia, que el agua se agote, se puede atender tres ciclos con esa agua, pero… si entramos a otro periodo de sequía volveremos a la etapa crítica.

Pero no todo es el distrito de riego, ¿Cuál es la política para el sector ganadero y agrícola que no está en dicho distrito? Así que la limpieza del río San Pedro, los planes de saneamiento y reutilización de aguas residuales, así como lo que debe ser una batería de plantas de tratamiento de aguas residuales Ptar´s, sensata, contando con verdadero sistema y política de tratamiento, con plantas que cumplan con las especificaciones requeridas, estamos lejos.

Finalmente, los boletines también generan una autocontemplación que distrae en el uso público urbano, un problema que impacta directa y diariamente en el ciudadano como usuario del servicio público de agua, con la deficiencia de los organismos operadores, en el caso del municipio de la capital de Aguascalientes con el organismo MIAA, las fugas, los tandeos numerosos y que sin avisar padecen los ciudadanos y con los errores de facturación, irónico el usuario paga un recibo sin recibir agua bajo los criterios que debe tener un buen servicio público como son: 1. permanente, 2.constante y 3. Regular con los anuncios desde hace un años que llegarían los “medidores inteligentes” que no han sido instalados, y un manejo financiero pertinente, analizar esos temas, se pierden entre lo que si es abundante que son los “boletines”, ya hemos visto las consecuencias de administrar el agua con boletines, ¿vamos a permitir que esto continue así?

Mis apreciables lectores, nos vemos la próxima semana, no olviden la importancia de emprender políticas y acciones que permitan que en México el agua nos alcance.

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