Estimados lectores continuamos con las reflexiones respecto a lo que una ciudad no debió ser, la cual cuenta con mercadotecnia superlativa que la ofrece como un buen lugar, sin embargo, tiene problemas severos y otros latentes, consecuencia de una cadena de omisiones. Pretenden las autoridades justificar que es el clima el causante de todos los males, pero no es así, por favor no se confundan pensando que niego la existencia del cambio climático y sus correspondientes anomalías, dado que si existe y también el incremento de los efectos del cambio climático obedece a las omisiones y las prácticas regularizadas en los centros urbanos y las que desarrollan las personas. Así como un marco legal sobreregulado pero ineficiente e irreal.

Como ejemplo tenemos las últimas lluvias que en lo ancho y largo del país se han presentado, pero en el caso de Aguascalientes, en un mes se han tenido lluvias intensas que podían clasificarse como inéditas, aunque en la historia local ya se han presentado, eso consta en evidencias históricas. Esas lluvias se dicen han “provocado daños” y caos, aunque pudiéramos decir, más bien que esas lluvias desnudan la ineficacia, corrupción y pésimo concepto del desarrollo no de la ciudad, sino del “hábitat”. Una planeación pertinente y seria, así como un marco legal pertinente hubiera construido una ciudad y su entorno resiliente, lo que permitiría que las lluvias no fueran un caos. Cabe señalar que eso no es culpa sólo de las “administraciones pasadas”, sino de las recientes que incrementan el riesgo con su voracidad por obtener ganancias.

En otras entregas he cuestionado el antropocentrismo y el concepto del denominado “desarrollo urbano” por ser unilateral, se piensa en la ciudad no en el entorno y de ahí tenemos el crecimiento desmedido, mal planeado, manipulado grotescamente por múltiples racimos de intereses desde gobernantes locales o estatales, y de los propios alcaldes coludidos con los que oficialmente se les denomina “desarrolladores urbanos o inmobiliarios”, pero que son simplemente “corsarios” tienen patente de corso, de lo contrario serían piratas, eso se los dejan a líderes de movimientos que encabezan los denominados “asentamientos irregulares”, pero los que encabezan “asentamientos regulares” también causan daño, se pasa de largo por que ellos tienen permisos, algunos sin duda son bien elaborados pero la mayor parte obedece a un enjambre de corrupción, y al oportunismo que abusa de las lagunas legales.

En vez de hablar de “desarrollo urbano”, podemos poner sobre la mesa el concepto de “desarrollo del hábitat”, que es una forma de buscar un equilibrio en el diseño de las ciudades y el entorno, que, aunque lo mencioné el desarrollo urbano, por ser unilateral, termina por atropellar el “hábitat”. Según la Real Academia Española (RAE) “un hábitat es un lugar que cuenta con las condiciones apropiadas para que viva un organismo, especie o comunidad animal o vegetal. También puede referirse al conjunto de dichas condiciones”. 

Veamos algunos aspectos que debemos reparar respecto a lo que es la ciudad y el estado, Aguascalientes con su crecimiento que agota los recursos naturales y es un depredador hídrico. Se ha repetido y lo muestran las estadísticas que el país ha vivido un incremento brutal de su población y ocupación de su territorio desde 1900 al 2025, es decir en 125 años, se ha presentado un incremento de Población en 1900 se contaba con 13.6 millones de habitantes, la población en 2025 se estima 132 a 135 millones de personas.

Respecto a la población tenemos que Aguascalientes como estado contaba a principios del siglo XX con 102 mil habitantes, la entidad federativa a finales de 2024, se estimó tiene 1,539,652 habitantes. 

Sobre el territorio urbanizado no hay cifras muy claras ni al alcance que deberían serlo para medir la depredación de las urbes, contar con una cifra actualizada al 2025 para la superficie total de territorio urbanizado en México; sin embargo, se puede inferir que la tendencia de crecimiento urbano continúa, con un 79% de la población viviendo en zonas urbanas en 2020 y una proyección de 961 ciudades para 2030 donde se concentrará el 83.2% de la población nacional. Pero nos sería más útil ver la mancha voraz de la urbanización. De lo poco con que se cuenta sobre la mancha urbana de la ciudad capital del estado junto con su zona metropolitana, es lo siguiente: creció 7 veces, al pasar de 2,400 has en 1980 a 17,000 en el año 2010. En 2025 no hay datos específicos, que nos serían de utilidad.

Pero amables lectores pueden reflexionar que ese crecimiento tuvo altos costos como el desplazamiento y desaparición de espacios, así como una de las consecuencias de que en Aguascalientes el agua sea escasa, mismo efecto que puede percibirse en otras partes del país, con el fracasado modelo de ciudad dispersa al que apuestan muy convencidos la actual administración estatal de gobierno y las municipales. A su vez este crecimiento desnuda la ineficacia de la legislación, en otras palabras, que la legalidad es un espejismo.

Sin duda los principales efectos del acelerado proceso de urbanización y de la edificación de viviendas, no responden a políticas congruentes y vinculadas de desarrollo urbano, habitacional, ordenamiento del territorio y sustentabilidad, pero lo más irónico es que ni siquiera esos aspectos responden a las políticas deficientes y al marco legal deficiente, lo grave es que están por debajo de lo establecido.

Continuamos con algunos aspectos que realmente desnudan lo ineficaz:

·         Se tuvieron aproximadamente cinco millones de viviendas deshabitadas a nivel nacional, según el censo 2010, de un total de alrededor de 36 millones de casas, En 2022 se tuvo 6.1 millones de viviendas deshabitadas de un número total de viviendas particulares habitadas en México alcanzó las 36.97 millones, lo que representa un crecimiento de 4.9% respecto a 2020, de acuerdo con información del INEGI. 

·         En el Estado de Aguascalientes, de acuerdo con los datos del censo de 2020, se identificaron 60,327 viviendas en calidad de abandonadas. Este dato fue revelado por el INEGI en un informe posterior al censo, que también detalla que en esa fecha había un total de 463,746 casas particulares en el estado. 

·         Además, hay desorden urbano y dispersión de la expansión física de las ciudades

·         Tenemos microcasas que no representan viviendas dignas y adecuadas.

·         Colonias, barrios y fraccionamientos sin equipamiento, infraestructura y servicios básicos.

·         Especulación inmobiliaria.

·         Irregularidades en la tenencia de la tierra y asentamientos humanos en zonas de riesgo.

·         Agravamiento de cambio climático, la contaminación ambiental y el despilfarro de los recursos naturales ante todo del agua y la energía.

·         Devastación de áreas de preservación ecológica, deforestación y erosión de los suelos.

·         Marco legal y programas de planeación que son simulados y aun así se incumplen.

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Estimado lector podemos enumerar varios aspectos más, ahora podemos visualizar el porqué falta el agua potable, y además por qué los fenómenos hidrometeorológicos desnudan la ineficiencia, lluvias fuertes que causan desastre porque jamás se respetó el desarrollo no sólo el urbano sino el hábitat, el presunto desarrollo urbano como lo mencioné al principio, es unilateral y convierte a la ciudad en depredadora. Así que las ciudades en breve padecerán mas falta de agua, padecerán daños por excesos de lluvia, viviendas caras, malos servicios, los únicos ganadores son los especuladores y los funcionarios coludidos, todos ellos bajo la “patente de corso”.

Nos vemos la próxima semana, no olviden la importancia de emprender políticas y acciones que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.

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