Estimados lectores en esta cuarta entrega continuamos con las reflexiones respecto a esa ciudad que no debió haber sido, o mejor dicho lo que no debieron ser las ciudades, como ya lo había anticipado, se pretendió crear espacios que brindaran seguridad a las personas, pero a la larga, se convirtieron en un entorno que propicia problemas y depredación, no por el hecho de la propia vivienda o el equipamiento, sino que el marco jurídico, reglas y mecanismos se volvieron excluyentes, se tornaron en modelo de negación social, en esquemas que propician la destrucción de lo que está fuera de la ciudad, con otros dos graves problemas, también destruye en su interior más que ser espacio de desarrollo humano, se propicia daños en la calidad de vida no sólo en grupos vulnerables, sino con la afectación ambiental se destruyen entornos que afectan a personas y formas vivientes. Uno de los problemas adicionales es el agotamiento de agua y la poca que se tiene es resultado de servicios deficientes comprometiendo además la calidad del agua.

He mencionado que la visión urbana es lineal y unilateral, en el concepto se plantearon reformas urbanas que propiciaran ciudades, su desarrollo si bien decían que era armonizado, eso armonizado debió compararse o determinarse con qué se contrastaría para decir o definir lo “armónico”.

Se buscó como punto de partida conceptual que las ciudades crecieran con base a los siguientes criterios: a) ordenadas, b) sustentables, c) Competitivas, d) seguras, e) incluyentes, f) productivas, g) Inteligentes y ante todo con calidad de vida. A simple vista amable lector parecería que dicha panorámica es completa, Sin embargo, como he insistido es lineal y excluyente piensa en un modelo extensivo, pensándolo bien eso extensivo no sólo es lo horizontal, sino también en la verticalidad, lo cual puede provocar descompensación como resultado de una alta densidad poblacional y de construcción en poco espacio, lo cual también afecta entornos y recursos como el agua potable y el manejo de las redes de alcantarillado, así como la complejidad por implementar eficaces mecanismos de saneamiento de agua residual para su posterior reutilización.

De entrada, considero que se omite un factor de contención o equilibrio es decir el poder del concreto y crecimiento necesita un equilibrio en el hábitat, lo que hay afuera de la ciudad, y ese no existe, el modelo actual y al que pretenden las reformas urbanas es crecer y desplazar o devorar el hábitat.

Po lo anterior, es impostergable la necesidad de adecuar y compatibilizar a la mayor brevedad, la legislación, planeación, administración, gestión urbanística y habitacional en México, en los ámbitos federal, estatal y municipal. Pero conciliado con el hábitat y desarrollo no sólo económico sino de una calidad de vida, sin perder de vista que los derechos fundamentales en nuestro orden jurídico nos hablan de una conexión, entre derechos a la vivienda, trabajo, salud, medio ambiente sano y el derecho humano al agua.

Nuestras leyes no deben continuar la inercia de la revolución industrial, ni del XX, ni la del actual primer cuatro del siglo XXI, porque el presente se vuelve pasado, la legislación debe incorporar la visión para los siglos venideros. Pero una legislación que considere mecanismos de equidad entre la urbe y lo que está fuera de la ciudad.

Pareciera que se olvida el sentido de lo dispuesto en el artículo 4º. y 27 constitucional, porque, aunque se hable de incrementar viviendas y en el discurso se hable del aspecto social, en México la propiedad tiene un sentido social, la propiedad privada es reconocida con las limitantes y modalidades, pero pareciera que estas sólo son el trámite. Se olvidan los aspectos de dignidad humana, y veamos la cantidad de viviendas que adolecen entre otras cosas de servicios públicos de calidad, y no basta con decir que tienen tomas de agua, el asunto es que tengan agua, si somos estrictos el modelo de desarrollo urbano dista de cumplir con los principios de propersona y progresividad.

Las ciudades no pueden seguir basando su crecimiento de forma expansiva y sólo en asentamientos humanos formales e informales. Aquí también hay una trampa de que sólo lo informal es nocivo, lo formal mal planeado es letal también, sólo que legalizado, legalizar el daño, cada desarrollo implica costos, introducción de servicios, (si estos son deficientes el costo se incrementa, no sólo en la reparación de daño que deben realizar los habitantes al perder o ver afectado su patrimonio, sino en gastos continuos de la autoridad, reparación de baches, redes de agua y alcantarillado, equipamiento urbano, etc. Sin embargo, los desarrolladores inmobiliarios aparentemente no dañan, pero esa urbanización que se le llamaría formal, que se da golpes de pecho ante los asentamientos irregulares, exhiben su doble moral, tienen permisos, visto bueno de autoridades, pero sus desarrollos adolecen de calidad, tienen un historial de corrupción y son hostiles al hábitat.

Una buena gestión urbana con el binomio que propongo o trinomio, debe impactar sin duda en la reducción de la pobreza, al no haber ciudades extendidas, desplazamiento, porque no sólo hay pobreza en cuanto a los pocos ingresos, sino una pobreza del tiempo, si, en las horas que pierde un ciudadano en la espera del transporte público o las horas para desplazarse a su centro laboral, y contando las de regreso a su casa, pierde tiempo de su vida, sale de madrugada de su vivienda y regresa a ella sólo a dormir.

Un modelo de ciudad debe considerar: el democratizar las decisiones, ser inclusiva, claridad en objetivos y estrategias, considerar un bienestar integral, controlar la expansión de la mancha urbana, consolidar las ciudades reconociendo lo otro, lo que no es ciudad, las afueras de la urbe deben estar armonizadas a una reciprocidad, llamémosle la ciudad recíproca. Fortalecer la coordinación en áreas conurbadas y metropolitanas y promover la sustentabiidad social. Sin olvidar, otro componente que es olvidado y es la transparencia, por que no queda duda, que existe complicidad en diversos actores.

 Aprovechan la opacidad y falta de regulación para realizar el tráfico de componendas, factibilidades, derechos de agua, en contraparte se tienen autoridades que son cómplices y viven del soborno

Muchos especialistas y autoridades en sus exposiciones son lineales, defienden y pretenden depurar el modelo diseñado, no existen ni aportan visiones alternas, por eso el camino al ocaso de la habitabilidad planetaria es lineal, el deterioro en calidad de vida en la ciudad y las afueras de la urbe vive un detrimento.

Por ello he considerado, la visión sistémica si se continúa pensando en la movilidad aislada, está sufrirá afectaciones, vean simplemente las avenidas y calles inundadas, con daños no sólo en la vida e integridad de las personas, sino en el patrimonio de las personas, pero también la autoridad hace erogaciones gasta en hacer y gasta en reparar, más allá de lo que debe ser el mantenimiento que es parte de una infraestructura.

Deben considerarse un modelo más pertinente sobre los riesgos, pero no sólo enfocados en lo que pasaría en la ciudad, sino los riesgos en el fracaso de las políticas, que hacer si el plan, proyectos, acciones, objetivos, estrategias, y políticas emprendidas fracasan, ¿Cómo resolver? ¿Cómo diseñar el esquema de control y corrección de riesgos? De ello les hablaré la siguiente semana.

Como vincular la ciudad con la Aciudad, es decir lo que está afuera de la ciudad. Y como lograr calidad de vida en la ciudad en su interior, que la ciudad mire a su interior, centrípeta y centrifuga la visión, no sólo el crecimiento lineal, sino la visión, antes de hacer la ciudad. Sin olvidar sus componentes, entre ellos el agua y los servicios públicos de agua, de que sirven tomas domiciliarias, sino hay agua, o en su defecto existen tandeos prolongados.

Nos vemos la próxima semana. No olviden la importancia de emprender políticas y acciones que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.

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