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Ahí donde acaba la información, comienza la imaginación
“La Caída de Tenochtitlán”, la primera novela gráfica de José Luis Pescador, es tan amplia como la siguiente charla
Un fragmento de esta charla, la puedes encontrar en el número 112 de Revista Cultural Alternativas.
No puedo negar que tengo una amistad de muchos años con José Luis Pescador (Tenochtitlán, 1979), y gracias a esa amistad, viví a distancia el proceso y los avances de “La Caída de Tenochtitlán”, novela gráfica en 4 libros. La siguiente entrevista se llevó a cabo en “El Taller de Pinche Einnar”, en la ciudad de León, Guanajuato, entre cervezas y casi una cajetilla completa de cigarros. Un día después de la muerte de Miguel León Portilla.
El cómic está de la chingada en León, ¿no?
Hay mucho talento, siempre me llegan cosas bien chidas de autores leoneses, me retacan el messenger de dibujos y cosas muy cabronas, pero no le dan continuidad, entonces se desvanecen. Así que no ubico exactamente quienes son…
Eres el único creador de cómic que se ha clavado en llevar la historia de México trasladada al cómic, en casi todos los hitos. Mientras otros creadores han pasado por la historia como herramienta para hacer ficción, tú te has documentado y posteriormente, adaptado.
Los de Dictadura de Vapor, por ejemplo, están chidos. Sacaron dos tomos coordinados por Abraham Martínez, está basada en “El Porfiriato” y son historias de Steampunk. Pero los dibujantes se les nota que no les apasiona el tema, no se pusieron a investigar chido del porfiriato, podrían haber hecho algo muy chingón, pero está por “encimita” y el guión es medio flojo. Pero alguien que sí se documenta, por ejemplo, es Augusto Mora y seguro hay dos o tres más, pero de fondo, no he visto.
¿Qué genero es “La Caída de Tenochtitlán?
Es una Ficción Novelada. No me invento nada, está tal cual como están las fuentes. Tomemos en cuenta que no hay una versión oficial de ese tiempo.
¿Cuáles son las fuentes?
Miguel León Portilla, ¡sí, a huevo! Es que ese güey es obligatorio, “La visión de los vencidos” le cambió la vida a todo, porque todo se había contado desde las fuentes españolas, desde los vencedores. Entonces la reunión de todas las historias, reunidas por este güey, sistematizadas, hace que tengas la versión de todos abarcando incluso la conquista de Perú, está muy interesante. Contada por (Felipe) Guaman Poma y por otros autores indígenas pero aculturizados. Sería muy anacrónico decir que estoy contando algo que no se ha contado, solo que nunca se había dibujado.
Mi investigación es de muchos años, sobre todo iconográfica. Y precisamente por pensar que no tenía toda la información, estuve paralizado por años, porque “¿qué van a pensar los historiadores?”, “¿qué tal que me faltó leer algún libro?”, pfta… “A lo mejor esta no es la versión adecuada y así no pasó”, hasta que me quité esas trabas y dije “¡Chingue su madre! Hago la versión como sea…” porque de todos modos, todo es tan subjetivo, ¿qué importa? Lo que sí, es que es una versión lo más imparcial posible. Ni tomo la “leyenda negra” de España de “son unos hijos de la chingada que nomás vinieron a violar” porque tampoco fue así, pero tampoco está a favor de los indígenas, y menos a favor de los españoles.
Los españoles son muy importantes, pero aquí lo que más me interesaba narrar (y de esto se trata todo), la versión de por qué cayó Tenochtitlan y quitar de una vez por todas la idea de que fue por una superioridad de los españoles, y que mas bien fue por desavenencias entre las propias naciones indígenas. O sea, Texcoco se les volteó, era su aliado, pero tenían rencillas entre ellos y sucedió el Golpe de Estado en Texcoco. Uno de los hijos de Nezahualpilli se alió con los españoles, con Cortés, entonces eso fortaleció el ejército, el motivo era que los ayudaran a recuperar el trono de Texcoco. Esa ayuda fue decisiva, ¡está bien cabrón! Fueron las luchas internas las que fortalecieron a los españoles y así se convirtieron en el catalizador de todo el odio que le tenían a los Mexicas. ¡Está bien chingón!
Los únicos que quedaron fieles a los tenochcas, fue Iztapalapa, una parte de Texcoco y Tlatelolco, todos los demás que eran cientos de pueblos se unieron a los españoles. ¡Por eso les rompieron la madre! Y cuando pierden los Tenochcas, arrasan Iztapalapa completamente para que se les quite, destruyen todos los edificios, siembran sal encima para que deje de crecer, nada… y no solo fue Tenochtitlan, con ello cayeron todas, no quedó de pie ninguna ciudad mesoamericana, fue como un efecto dominó, entonces Cortés es muy hábil, porque al construir su capital encima de Tenochtitlan, acabó con todos. Si ese güey hubiera hecho su ciudad en otro lado, en Texcoco o en Coyoacán, como era el plan, los Tenochcas hubieran, tarde o temprano, reorganizado o algunas otras ciudades se hubieran fortalecido para ir contra ellos y sobrevivir, pero como acabaron con la pirámide desde arriba, los de abajo cayeron poco a poco.
El otro gran imperio que les pudo haber hecho frente, y que tenían un chingo de gente, guerreros y estaban organizados, eran los purépechas, y esos nomás vieron (¡es que los michoacanos son cabrones!), nomás vieron que Tenochtitlán estaba hecho pedazos, llegaron a una embajada para ver esas ruinas y regresaron y dijeron “güeyes, vamos a rendirnos con los españoles”.
Entonces me interesa contar como las rencillas internas son las que destruyen a Tenochtitlan, no los españoles.
Porque güey, ¡150 españoles! O 500, cuando mejor les fue, no hubieran podido con 18,000 guerreros mexicas… y la viruela.
Entonces uso a 3 personajes que sí son posibles y que son parte del pueblo anónimo, y la epopeya de Moctezuma, de Cuitláhuac…

¿Esto es el Libro Uno?
No, en el Libro Uno es solo una gran introducción. Empieza en el final de alguna manera, o minutos antes del gran final. En el último día de la Conquista y a su vez, la fundación de Tenochtitlán. Entonces tengo estas dos narraciones paralelas.
Si tuvieras que encontrar alguna similitud con la narrativa cinematográfica, o de saga, estarías mas cercano a Francis Ford Copolla con el Padrino o a Game of Thrones de HBO?
Es como un microcosmos, hay unos personajes base que son a los que les pasan las cosas. Y todo el gran teatro qué pasó alrededor, ahí si involucra a un montón de personajes. Y ahora que mencionas a Game of Thrones, justamente me chuté todo GoT y a la mitad fue que pensé “¡Claro! La caída es como Game of Thrones…” y eso fue un parteaguas para crear esto. Me dio el impulso, porque estos güeyes están haciendo todo un planteamiento de todos los mundos que están en guerra. ¡Esto es lo mismo! Y la historia da para eso.
Justo por esa razón no hubo necesidad de “ficcionarla”, lo que hay, cómo sucedieron las cosas, es una épica a nivel de epopeya Gilgamesh o lo que quieras. O la Batalla de las Termópilas. Tiene todos los elementos trágicos y heróicos. Así como darle una visión con perspectiva de género, ¡porque lo hay! Hubieron actos heroicos de mujeres, ¡impresionantes!
En el último tramo de la Batalla por Tenochtitlán, las “Tlatelolcas” se pusieron los cascos y dijeron “nuestros hombres ya valieron verga, nosotros nomás los estamos cuidando. ¡Vamos a romperles la madre a estos cabrones! Ni se van a dar cuenta que somos mujeres…” Se pusieron los trajes y fueron “¡Ahhhhhh!” Enfermas y todo, de viruela, ¿eh? Las que habían sobrevivido y las que todavía estaban sanas. Incluso fueron mas violentas que los españoles. Las registran todos los historiadores: Bernal Díaz del Castillo, todos. Cortés no, porque solo existe Cortés para sí mismo.
Los nuevos historiadores son los que dan pistas, ven las cosas en conjunto. José Luis Martínez tiene una biografía de Hernán Cortés, gruesa, chingona, y lo mejor documentada que pudo. Te reconstruye toda la vida de Cortés. Los antiguos historiadores lo hacían para quedar bien con alguien más por otros intereses, menos la historia. Eran parciales. Y este güey (José Luis Martinez), le quita toda la paja.
Otro libro, de Camilla Townsend, hace una biografía sobre Malintzin y también, documentada, arroja luz de cómo era el mundo mesoamericano en ese tiempo y la situación de esa mujer, y de todas.
Pfta… Con todo esto, podría preguntar: ¿eres un arqueólogo frustrado?
¡Para nada! Me coloco como “Arqueólogo Aficionado”, porque la frustración te impide hacer las cosas, como el tiempo que dudé de lo que ya sabía. Y en la otra forma, todo lo leo con entusiasmo, no soy académico, no me interesa ser académico. Porque ademas el Libro no pretende serlo, si a los académicos les gusta o no, es su pedo. Esto no lo creo didáctico o de difusión cultural. Es contar una historia con los elementos que ya estaban ahí.
Cuando escucho acerca de la discusión de la Reforma Educativa, no trata del contenido de los libros de texto, sino del tiraje gratuito, la cantidad que le llega a lxs morrxs. Pocas veces alcanzo a escuchar algo del contenido. ¿No te gustaría ser parte de eso con “La Caída” aunque no sea tu intención serlo?
Sí creo que dé para más, al menos visualmente. Todo lo que ha habido antes… “México: Historia de un Pueblo” trataba de hacer una recreación genuina del cómic. Todo lo demás han sido superhéroes aztecas, mamados, dioses con una visión totalmente colonialista…
¡Error que tuviste al principio, hace veinte años con esta historia!
¡Claro! Era una telenovela. Mis personajes ni parecían indígenas. Y la historia se limitaba a una historia de amor, entre “una chava y un chavo”… Ademas heterosexual. Y la Conquista era algo en el fondo. De hecho le cambié el nombre, inicialmente se llamaba “La Conquista de México” a “La Caída de Tenochtitlan” porque insisto, no fue una conquista, fue una ocupación militar por varios factores internos. Historia que se repite en México y otros lados. Cuando pasó la Invasión Francesa, los que trajeron a Maximiliano fueron los Polkos, una elite criolla que se avergonzaba de cómo estaba retrasado México, entonces trajeron a otros güeyes. Se aliaron con extranjeros. Y eso estuvo a punto de costarle al país su existencia, cabrón… por suerte hubo una resistencia genuina de la gente, ¡luego se olvidó de nuevo! En cuanto ganaron la batalla se olvidaron de los indios y de otros que participaron también. Igualito que la Segunda Guerra Mundial, cuando ganaron los aliados, mandaron a todos los soldados negros a la chingada y en las fotos nada más vemos a los soldados blancos…
Aquí pasa lo mismo, no es una conquista de los españoles, fue una conquista de los Tlaxcaltecas y tuvieron su recompensa… o sea, Tlaxcala era un país completo, incluso tenían una embajada (que ahora es un restaurante) a un lado del Palacio Nacional está la Embajada de la República de Tlaxcala. El rey los reconoció, esos güeyes conservaron su territorio, que no es la madrecita de hoy que es Tlaxcala, era un territorio que llegaba hasta el mar. ¡Chingón! Ellos contaron su historia también a su manera, aunque se perdieron mucho de sus re-cuentos… Entonces en la Independencia, cuando ya la ganan los criollos, a la República de Tlaxcala la hacen completamente a un lado y solamente queda México.
Y no nomás Tlaxcala, Querétaro fue fundada por indígenas, con la venia del rey de España. Las Leyes de Indias, eran un reconocimiento a los “Indios Aliados” y luego la Independencia los vuelve a todos mestizos. ¡Es una tragedia cultural! ¡No podía ser una telenovela de amor como al principio!
Recuerdo cuando salió la película de Wonder Woman tu comentario de la película fue “¿qué pedo? ¿Por qué las amazonas no salieron con un solo seno? ¡Eso habría sido más verosímil!” Y algo dije como “güey, no se están basando en las amazonas, sino en el personaje de Wonder Woman… No te lo tomes tan en serio”. Creo que ya te había caído el veinte de alejarte de la narrativa de adaptación al estilo gringo. ¿Qué tanto influyó la política actual con esto? ¿Qué tanto depuraste y adoptaste una postura verosímil en “La Caída”? Con toda la información que tenías, pudiste deconstruir y hacer lo que quisieras…
Sí hay un cambio, porque ademas entre eso, entre empezar “La Conquista” y terminarla ahora como “La Caída”, hice “Pariah Missouri”, que es un libro de 300 páginas. Ahí me di cuenta que podía hacer un libro de 300 páginas sin pedos. También hice mucho trabajo de comic periodismo, y noté que no era un hecho aislado, sino parte de un todo. Hice la “Independencia” y “Revolución de México” en el 2009 y Pariah empecé al mismo tiempo y terminé en 2017. Mi documentación no la abandoné. “La Caída/Conquista” la comienzo en 1999 y la abandoné en el 2001, porque los compas de “Es Cómic” se burlaban de mí, “¿por qué haces aztecas? Todos hacen aztecas…” No te diré quién. Primero me apoyaban por encimita, porque trabajaba con ellos. Desde el 98… Cuando llegué a León del Distrito Federal, entré en contacto directo con ellos. Me dan una beca a los 3 meses de mi llegada y todo 98 chambeé con ellos. Se terminó mi beca y me apoyaron para hacer una exposición, incluso se molestaron un poco porque puse el logo de “EsCómic” en la expo, y me reclamaron fuertemente porque no les pedí permiso. Pero es que me sentía parte del grupo y con eso me di cuenta que no. Que sí, pero no podía tomar decisiones, entonces eso es “no”. Me di cuenta que teníamos visiones distintas. Me apoyaron para escanear unas imágenes, yo no tenía escaner, no sabía cómo usarlo, ¡ni la computadora! Y ya empezaron a ser como medio hostiles y se burlaron de que cualquiera hacía aztecas, ¡pero en ese momento no había nada de aztecas! Me creí eso, que a nadie le interesaba, me agüité un poco y lo abandoné.

¿Lo que te aleja del cómic es la industria “del cómic” que estaba en León?
Sí, porque con ellos colaboré en un montón de cosas. “Los vigilantes del Agua”, algunas animaciones, pero era una pieza más del rompecabezas. Cuando rompo con ellos, sabía que no tenía nada que ofrecer, ellos estaban trabajando ficción y cosas… sociales no, porque nunca le entraron a lo social, pero sí cosas comerciales y superhéroes. Eso sí les encantaba. Yo me separo y empiezo a hacer pintura mural, 10 años. Y en el 2009 de alguna manera retomé el comic, pero ya con todas las tablas del dibujo. ¡Los murales te educan bien cabrón! No es lo mismo. Aprendí que la chamba se debía terminar, en específico haciendo murales para restaurantes, si no acababa, pues no había pago.
Entonces me pongo a hacer “La Independencia”, investigar, y entendí el otro eslabón, al entender ese hecho, entendí cómo estaba el país de “La Conquista” a ese hecho.
Me salto al 2012 cuando hice “El Viaje al Guanajuato Prehispánico”, ahí fue retomar totalmente el tema que me apasionaba que era la arqueología. Me dio la oportunidad de hablar con arqueólogos y entender la cosmovisión de los antiguos mexicanos.
¿Hasta qué momento la investigación ayuda o detiene?
A veces parece que es muy fácil. Crees que puedes armar la historia con poco, pero cuando te adentras, te agobia, ves que es demasiado, crees que no lo vas a poder narrar. Entra un bloqueo creativo muy cabrón... No se lo recomiendo a nadie.
El Libro Uno de "La Caída de Tenochtitlan" con el sello editorial de Grijalbo/Penguin Random House, está actualmente a la venta, practicamente en todas las librerÍas.
11 de diciembre de 2019, 19:08
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