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Arruinan donación de riñón de madre a hijo en el HRAEB, hay denuncia penal
Por insuficiencia renal se efectuó la cirugía que salvaría la calidad de vida de Julio César; 13 años después, ni médicos ni el director Juan Luis Mosqueda dan la cara a una familia que sufre graves secuelas por un daño que ya se investiga por FGR y otras instancias
La vida de Julio César y su madre Regina no volvió a ser la misma desde el 30 de noviembre de 2009. Meses atrás, Julio fue diagnosticado con insuficiencia renal, y la posibilidad de que su madre le donara un riñón abrió una puerta a la esperanza. Sin embargo, un presunto acto de negligencia médica ocurrido durante la cirugía, realizada en el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío, le arrebató al joven la oportunidad de mejorar su calidad de vida.
Tras esperar durante 13 años por noticias de un nuevo trasplante, madre e hijo comenzaron la lucha legal por el restablecimiento de su salud. Pero se han enfrentado a la indiferencia del director de HRAEB, Juan Luis Mosqueda Gómez, quien ha evitado sostener un encuentro con las víctimas para conocer su situación, pese a que además de existir una queja en el órgano interno del hospital, el caso ha escalado a la Fiscalía General de la República y a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.
De acuerdo con los testimonios de las víctimas, los médicos responsables de las cirugías -extracción y trasplante- han sido protegidos por las autoridades del HRAEB. Se trata de los urólogos Joel Máximo Soel Escalada y Rodolfo Hernández Escoto. El primero de ellos, responsable de extraer uno de los riñones de Regina Murillo, cortó de manera accidental una de las arterias del órgano, y no obstante el daño, fue trasplantado en el cuerpo de Julio César. Sin embargo, el riñón le fue retirado cuatro días después a causa de una hemorragia que le provocó fuertes dolores.

En entrevista para POPLab, las víctimas denunciaron que luego de extraer el riñón del cuerpo de Julio César, la única explicación de los médicos fue que el órgano “estaba en observación”. Ambos fueron dados de alta con la falsa promesa de una trabajadora social, identificada como Aída, de que serían puestos en el primer lugar de la lista de espera para recibir un nuevo riñón.
“Estuve yendo al hospital y me dijeron que no había noticias. Después la señorita Aída me dijo que ya no fuera y que todo iba a ser por vía telefónica. Yo llamaba y me decían que no había riñón. Pasó el tiempo, Aída me dijo que ya no llamara, que a los doctores ya los habían corrido, me dijo ella que ya no laboraban ahí porque habían encontrado los doctores que traficaban con órganos. Volví a ir al hospital pero ya tampoco la encontré a ella”, recordó Regina Murillo.
El pasado 26 de abril, el HRAEB cumplió 15 años de servicio. El actual director de la institución, Juan Luis Mosqueda Gómez, ostentó en aquel momento que a lo largo de su historia, en el hospital se habían realizado 1 mil 243 trasplantes de riñón de manera exitosa. A la fecha, los trasplantes concretados de este órgano suman 1 mil 306. Ninguno de éstos procedimientos benefició a Julio César ni a Regina Murillo, ésta última vive desde hace 13 años con un riñón.
Aunque desde noviembre de 2022 el representante legal de las víctimas, Juan De Dios Hernández, solicitó el expediente médico y el estatus de los cirujanos responsables ante el Órgano Interno, la información le fue negada en más de una ocasión.
“Solicitamos que nos apoyaran con la información lo más pronto posible, porque ya habían pasado 13 años (...) Sentimos la protección que ocurre en estos sistemas y así fue. Desde que se presentó la queja el 8 de noviembre, en más de dos ocasiones solicitamos avances en la información, nos señalaron que no tenía información de los médicos y que no sabían del expediente clínico, que probablemente ya lo había destruído y que estaba la prescripción”, declaró el abogado en entrevista para este medio.
Fue a través de la Plataforma Nacional de Transparencia donde el equipo legal localizó las declaraciones patrimoniales de los médicos Joel Máximo Soel, Rodolfo Hernández Escoto y de la trabajadora social Aída Noemí Alvarado, todas realizadas en 2022.

De acuerdo con la plantilla de personal de HRAEB, publicada en enero de 2022, el médico Joel Máximo Soel Encalada tiene la función de “cirujano con adiestramiento en extracción multiorgánica”; Rodolfo Hernández Escoto es cirujano de trasplante renal, mientras que Aída Noemí es “supervisora general de trabajo social”.
“Él presume en sus redes sociales que es un hombre humanista, es una persona que apoya a la ciudadanía de manera general y en el caso de Julio y Regina ha hecho caso omiso. Él está metiendo las manos al fuego por algo que no ocurrió en su administración, por médicos que conoció hasta que él llegó”, declaró el abogado Juan de Dios Hernández.
“Un tema de percepción”: Mosqueda
Este medio solicitó una postura del director del HRAEB, Juan Luis Mosqueda, quien afirmó “conocer bien el tema” y aseguró que han revisado el caso “que ocurrió hace muchos años y realmente no corresponde a lo que ellos (Julio y Regina) consideran que ocurrió”.
El médico infectólogo declaró en entrevista para este medio que no considera apropiado dar mayores declaraciones respecto al tema, y comentó que responderán a la demanda para que las instancias correspondientes evalúen el caso. El funcionario aseguró que en los próximos días sostendría una reunión con las víctimas.
“Me parece un poco inadecuado, la gente tiene su percepción, su preocupación, su incomodidad, nosotros estar discutiendo públicamente no está bien. Sí ameritan toda la explicación que nosotros les tengamos que dar, ya me reuniré yo con ellos para explicarles”. declaró.

Juan Luis Mosqueda agregó que tanto Julio como Regina “tienen derecho” a estar en lista de espera por un riñón, pero que al ser pacientes del IMSS, el hospital que dirige no puede responder a su solicitud.
“La gente tiene derecho a creer y a pensar lo que sea, no todo el mundo entiende de medicina, si no entiende está bien. Las instancias correspondientes lo van a valorar”, sostuvo el médico.
Este martes 21 de marzo, Regina y Julio César, acompañados de amigos y familiares, se manifestaron en las instalaciones del HRAEB para exigir la atención del director Juan Luis Mosqueda. Luego de una hora de peticiones y consignas, las víctimas fueron atendidas por el funcionario, quien negó que se haya resistido a reunirse previamente con ambos pacientes y su asesor legal.
En la reunión, y con la negativa del del director del hospital, no estuvieron presentes los ciruganos responsables del trasplante fallido.
Abandonados a su suerte
Sin acompañamiento del HRAEB ni seguro social, Julio César y Regina han afrontado las complicaciones médicas derivadas de la presunta negligencia. Luego de tres años de diálisis y una hernia que le provocó una infección, Julio comenzó con un tratamiento de hemodiálisis. Hace diez años y con apoyo de su familia paterna y materna, el joven logró cumplir con un tratamiento que semanalmente tenía un costo aproximado de 3 mil pesos.
Para poder llevar a cabo el tratamiento de hemodiálisis, la familia González Murillo optó por cubrir un seguro facultativo para Julio César en el Instituto Mexicano del Seguro Social, cuyo costo anual es de 7 mil 650 pesos.

Para Regina Murillo, madre de Julio César, nada ha sido igual desde aquella cirugía. A sus 50 años, el deterioro de su salud le ha impedido continuar laborando como trabajadora del hogar. Hipertensa y con poca energía, Regina depende completamente de los ingresos generados por su esposo.
“Me cambió la vida por completo. Yo antes estaba bien, me sentía bien, ahorita me siento muy cansada, me duelen mucho los pies, ya soy hipertensa. Ya a veces me levanto sólo porque me tengo que levantar, todo esto que vivimos fue muy fuerte, tan solo para César, porque yo lo veo y me da mucho pesar, porque es mi hijo, yo por eso le doné el riñón para que él estuviera bien”.
El asesor legal de la familia advirtió que en el Órgano Interno del HRAEB se han deslindado de dar cualquier apoyo médico a Julio César, debido a que éste actualmente cuenta con el seguro médico facultativo.
Al día de hoy, la única instancia en la que han encontrado soporte es la Fiscalía General de la República, cuyo trabajo ha movilizado la respuesta de los directivos del HRAEB, quienes en respuesta a la denuncia, presentada el pasado 8 de enero, han optado por deslindarse de cualquier irregularidad cometida durante la cirugía. “En su respuesta a la FRG, Mosqueda informa que los médicos sí se encuentran laborando y que (durante la cirugía) se hicieron los protocolos debidos”, mencionó Juan de Dios Hernández.
Además de la FGR, las víctimas presentaron su caso ante la Conamed, donde solicitaron una audiencia con los médicos involucrados en el trasplante con el fin de restablecer la salud de Julio César y Regina. De acuerdo con su asesor legal, ésto implicaría recibir una indemnización y ser pacientes prioritarios en la lista de espera para recibir un trasplante de riñón.

22 de marzo de 2023, 15:00
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