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Brote de 11 casos en Psiquiátrico de Guanajuato, después de 7 meses de pandemia
Virus se filtra al hospital por medio de una persona asintomática; el primer caso registrado fue una enfermera; Dirección afirma tener todo bajo control
Once pacientes psiquiátricos del Centro Integral de Atención a la Salud Mental (CAISAME) en León fueron diagnosticados con COVID-19 desde el 02 de septiembre. El primer caso registrado fue una enfermera, de dos que llevan su proceso de recuperación en casa. Se presume que el vector de contagio fue un caso asintomático no detectado en el triaje de ingreso a las instalaciones.
Durante siete meses el CAISAME, que al día de hoy atiende a 66 pacientes pisquiátricos, libró sin contagios el periodo más duro de pandemia. Pese a todas las medidas que se implementaron desde marzo, el virus se coló por el cerco sanitario y contagió a sus pacientes de edad más avanzada.

En una entrevista exclusiva con Ana Bertha Meza Pérez, directora del nosocomio, José Luis Veiga Paredes, subdirector médico, y Juan Carlos Hernández Montoya, asesor jurídico, se aseguró que los primeros tres pacientes que dieron positivo a SARS-CoV-2 están por cumplir su periodo de recuperación, por lo que el día de hoy serán dados de alta; dos días después saldrá el resto.
El Centro de Atención Integral para la Salud Mental forma parte de la Red de Salud Mental y de la Red de Salud Hospitalaria de la Jurisdicción 7 del Estado de Guanajuato. Es asistida, además, por el Sistema de Urgencias del Estado de Guanajuato y reciben pacientes de estados vecinos, como Aguascalientes y Querétaro.

Primer caso: 02 de septiembre
Desde que comenzó la pandemia en marzo, el CAISAME León incorporó protocolos de bioseguridad al funcionamiento cotidiano del hospital, además de aplicar muestreos rutinarios a pacientes y personal a modo de prevención. De acuerdo con la directora del hospital psiquiátrico, Ana Bertha Meza, las medidas sanitarias que se siguieron fueron las mismas que en el resto de instituciones médicas del país. Sin embargo, después de siete meses de transcurrida la contingencia sanitaria por el virus SARS-CoV-2, el nosocomio registró su primer caso de COVID-9 el 02 de septiembre.
Como efecto en cadena se llegó a los 11 pacientes psiquiátricos positivos a coronavirus. Después del primer caso, el hospital instaló el cerco sanitario y aprovechó el área de reconversión hospitalaria para atenderlos, aislando el área COVID del resto del Centro para evitar la diseminación de los contagios.

"Después del primer caso nos hacemos un muestreo inmediatamente nosotros, nos avisan: salen 3 positivos. Esos 3 positivos a área de reconversión. Seguimos muestreando, nos dan 8 positivos, se pasan al área de reconversión", explica Meza.
Según la información que presenta Ana Bertha los once pacientes positivos se encuentran estables y en un estado no grave de tratamiento ambulatorio, pese a que en su mayoría son personas vulnerables por su edad avanzada, que oscilan entre los 53 y los 88-90 años de edad.
Todos son varones y no tienen familiares ni hogar, por lo que el CAISAME los tiene bajo su resguardo desde muchos años atrás. Solo uno de los pacientes con COVID-19 presenta "algo de tos", pero el resto no presenta síntomas que despierten señales de alarma.

Un caso asintomático, el vector de contagio
Ana Bertha Meza explica que el Psiquiátrico no es un hospital aislado y que si bien se restringió el movimiento de pacientes, familiares y personal, nunca se limitó por completo. El hospital funciona todo el año, las 24 horas, con áreas de hospitalización, terapia, psicología, consulta externa y urgencias. Un caso asintomático fue lo que posiblemente cruzó el triaje sin haberlo advertido.
"Nosotros hemos trabajado de manera regular. Se bajó el número de personas que se movieron hasta acá, sí. Una de las medidas que pusimos fue: no puede venir toda la familia acompañando a uno a la consulta. Va a venir solo una persona a acompañar a la persona que viene a consulta y si puede entrar solito, entra solito. ¿Para qué? Pues para restringir el movimiento. Pero el movimiento del hospital está igual que siempre", explicó la directora del CAISAME.

El personal de salud del CAISAME trabaja también en otros hospitales como el IMSS o el ISSSTE y las familias de los pacientes llegan a visita en martes y jueves. "O sea, sí hay movimiento, —dice Meza— sí hay ingreso de personas en el hospital. Entonces, simplemente todas las personas que entran todos los días para atenderles, a pesar de todos los filtros, pueden haber sido el origen del contagio".
Juan Carlos Hernández Montoya, asesor jurídico del hospital sostiene que "es muy difícil señalar de dónde proviene" el contagio. Insiste en que fueron de los últimos hospitales en registrar una infección gracias a que "desde el mes de marzo se generaron las estrategias, los procesos para evitar el mayor número de contagio. Porque realmente no se puede evitar el contagio como tal".
Agrega que los 11 pacientes contagiados no tienen familia y tampoco casa a dónde ser enviados para un tratamiento ambulatorio. Son residentes permanentes de CAISAME, por lo que su tratamiento ha sido en el área de reconversión hospitalaria.

"Hay una alta probabilidad que este virus haya entrado al hospital como tal a través de una persona asintomática, porque todos sin excepción, tanto usuarios como trabajadores, si tenían algún síntoma, se detectaba en el triage. Entonces, es un alta probabilidad que haya sido a través de alguien asintómatico que se ingresó este contagio", aclaró Hernández Montoya.
Ana Bertha dice que es una hipótesis que la rotación del personal sea el origen del contagio, pero que en última instancia Epidemiología Estatal es a quien compete determinar el caso índice o caso cero. Agrega además que mediante el muestreo de rutina han encontrado personal con síntomas, pero que inmediatamente se les ha enviado a casa preventivamente sin importar si la prueba de COVID-19 arroja un resultado positivo o no.
"Hasta ahorita de los 11, son 10 asintomáticos. Hay uno que empezó con tosecilla, pero en general les ha ido muy bien por lo que se está viendo. O sea, son pacientes ya grandes, por eso se decidió muestrearlos a todos y aún así tenemos pacientes que están siendo negativos. Con el paso del tiempo tenemos que seguir muestreando, muestreando y muestreando", precisó José Luis Veiga Paredes, subdirector médico.

El dilema de la restricción y la atención digna
En el CAISAME el promedio de permanencia para tratamiento es de dos a tres semanas. Es el periodo necesario para estabilizar bioquímicamente a un paciente, prepararlo a él o a ella, así como a su familia, para que pueda egresar y reintegrarse a su vida cotidiana. No obstante, cuando llegó la pandemia, la atención psiquiátrica también tuvo que adaptarse mediante telemedicina, lo cual complica la terapia psicosocial recomendada.
"Generalmente los ingresos no son voluntarios. Porque tú estás mal, tú estás psicótico, y tú entras muy enojado ahí. Y es muy importante que tú puedas ver al hermano que te trajo o a tu papá o a tu mamá para volver a manejar la dinámica familiar y poder establecer esta comunicación", precisó Meza.
Es por eso que en el hospital no se han podido limitar absolutamente las visitas. La interacción entre pacientes y familiares se ha hecho también por teléfono o videollamada, pero inevitablemente, si se quiere cuidar el proceso de atención psiquiátrica, se debe permitir la interacción presencial.

"Nos ha ido bastante bien"
José Luis Veiga Paredes, quien funge como subdirector médico en el CAISAME, asegura que ya han pasado lo peor que podían pasar: que es que se contagiara la población más vulnerable del centro. Confiesa que tenían temor de abrir un área COVID por el riesgo de transmisión cruzada que esto significa, pero que ya habiendo enfrentado al virus se sienten listos para ofrecer este servicio si llegaran a surgir más casos.
"El paciente agudo, no me preocupa tanto, está con la familia, está muy al pendiente, se puede dar manejo en casa. Y hasta ahorita todos los que hemos tenido son asintomáticos o síntomas muy leves con los que hemos tenido contacto inclusive en triage. Entonces no hemos tenido por ahí ese problema. Ya no lo veo como lo difícil de lo que pudiera venir, porque esta era la población más vulnerable", dijo Veiga Paredes.

Asegura que podrían atender a pacientes psiquiátricos con coronavirus que fueran diagnosticados en cualquier hospital de la red hospitalaria del estado, pese a que la instrucción es no recibir pacientes COVID. Sin embargo, dice, "cuando tengamos alguna sospecha tendremos todas las puertas abiertas".
"Tenemos todo. Tenemos un área de choque. De hecho el área que se reconvirtió era una parte del área de Urgencias. Tenemos toda nuestra área con sus ventiladores, sus respiradores, sus aspiradores, cama, monitores, carro de paro. Todo, todo. Es algo que no usamos, generalmente, pero ahí está", explica.

Los directivos del CAISAME coinciden en que el SARS-CoV-2 llegó para quedarse; que el riesgo de infección para más pacientes psiquiátricos se mantiene latente. No hay cerco sanitario infranqueable.
24 de septiembre de 2020, 05:04
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