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“Candil de la calle...” Logros y contradicciones en la recuperación de patrimonio del extranjero
Las políticas del gobierno mexicano por recuperar bienes culturales de otros países avanzan con éxito notable, sin embargo, la crisis laboral en el sector patrimonial y la continua comercialización ilegal de arqueología saqueada dentro de México le ponen trabas
En la mañanera del pasado martes 26 de julio las autoridades del gobierno mexicano anunciaron la recuperación de 2 mil 522 piezas arqueológicas que se encontraban en España, con lo que ascienden a 8 mil 970 los bienes recuperados del extranjero en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Este caso es la devolución voluntaria de bienes culturales más grande que se ha realizado hasta ahora. Los 2 mil 522 objetos fueron devueltos por una familia al Consulado Mexicano en Barcelona, con la única condición de permanecer en el anonimato. La colección devuelta es bastante impresionante, compuesta por objetos de tamaños pequeños elaborados por culturas precoloniales principalmente del centro de México: mexica, teotihuacana y texcocana, así como varias piezas coloniales tempranas e inclusive algunas modernas del siglo XX. Abundan las herramientas líticas, figurillas, malacates piezas de hueso tallado, joyas y diversos tipos de piezas de cerámica.

Este último caso es un logro más a las políticas que el gobierno federal está implementando para recuperar bienes patrimoniales mexicanos de colecciones en el extranjero. Da gusto especialmente que cada vez haya más devoluciones voluntarias como esta, pues parece indicar que sí se está logrando generar una mayor concientización y están habiendo ciertos cambios en las concepciones de los coleccionistas extranjeros (o sus descendientes) sobre a quién y dónde pertenecen los bienes culturales en su posesión.
Algo que también me parece muy acertado es la decisión de que un gran número de piezas se exhiban en el Museo del Templo Mayor –inicialmente de manera temporal por un mes y me parece más adelante ya integradas en la exhibición permanente– en donde el público general puede conocerlas y disfrutarlas; pues de qué sirve recuperar patrimonio si éste no se va a socializar.
Sin embargo y pese a estos notables logros, como varios hemos venido señalando, hay notables tensiones entre el fuerte énfasis que se le está poniendo en la recuperación de bienes del extranjero y la compleja situación de la gestión patrimonial en el país. La crisis en la que desde hace décadas se encuentra el sector patrimonial en México se ha agravado en los últimos años. Precariedad laboral, malas gestiones y recortes de presupuesto son males que aún plagan el INAH.

Es contradictorio que se destine tanto a regresar bienes culturales del extranjero mientras los especialistas y trabajadores encargados del cuidado y estudio del patrimonio que ya se encuentra en México no cuentan con contratos dignos, prestaciones laborales o pagos puntuales de sus sueldos. Apenas hace unos días, el 24 de julio, alrededor de 40 trabajadores de los proyectos Tlalocan y La Ventilla de la Zona Arqueológica de Teotihuacán denunciaron que llevan tres meses sin recibir el pago de su salario, exigiendo mejores condiciones laborales. Y este nada más es el último caso de una larga lista de agravios similares que sufren los trabajadores de la cultura desde hace décadas.
Otro asunto relevante es la creciente compra y venta de piezas en redes sociales como Facebook, en donde hay decenas de grupos específicamente creados para esto, en donde saqueadores, intermediarios y coleccionistas ofrecen, venden, compran e intercambian materiales arqueológicos de manera ilegal sin ninguna regulación por la red social estadounidense sin aparente sanción u obstáculos por parte de las autoridades nacionales correspondientes.
Frenar el comercio ilegal de piezas arqueológicas en internet –las cuales, de nuevo, suceden mayoritariamente en México y no el extranjero– pareciera que no es prioridad en los esfuerzos contra la comercialización de bienes patrimoniales por parte de las autoridades.

En este sentido, el daño causado por la compra-venta de piezas arqueológicas en redes sociales es más urgente, pues se trata de piezas que literalmente están siendo saqueadas ahora, en el presente, y no hace décadas como la mayoría de las que se comercializan en el extranjero. Asimismo, las ventas de bienes arqueológicos en redes sociales, que suceden generalmente sin intermediarios entre saqueadores y compradores, incentivan más directamente al saqueo en el territorio nacional que las subastas del Norte Global. Vale la pena recordar que el saqueo trae consigo la destrucción de los contextos arqueológicos, justo los datos que nos permiten conocer e interpretar mejor al pasado. Así, el saqueo arqueológico es un atentado contra la memoria.
Los esfuerzos y éxitos que el gobierno mexicano ha tenido en la recuperación de bienes culturales del extranjero son notables y merecen ser reconocidos. Todas las restituciones que se han conseguido constituyen importantes logros y deben ser celebradas. A través de las políticas implementadas en los últimos años, la restitución cultural y el combate al tráfico ilícito de bienes culturales en el extranjero han pasado de ser un tema muy secundario a uno clave dentro de las agendas culturales y diplomáticas de México a nivel nacional e internacional.

Sin embargo, hace falta atender problemas muy arraigados que suceden dentro del territorio nacional, los cuales siguen siendo un lastre para la protección del patrimonio cultural en México. Mientras continúe en redes sociales la rampante comercialización de bienes arqueológicos producto del saqueo, los atentados contra el patrimonio y la memoria de los mexicanos persistirán pese a que las autoridades logren detener una o mil subastas en Francia, Estados Unidos o Bélgica. Sin que se atienda y remedie la crisis laboral dentro del INAH y no se aseguren condiciones dignas de trabajo para todos los trabajadores del sector patrimonial en general, los éxitos conseguidos en el extranjero en materia de defensa del patrimonio cultural serán solo parciales e insuficientes, más una movida de relaciones públicas que una verdadera solución a fondo.
4 de agosto de 2022, 12:10
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