1.- Pesan las marcas no las candidatas

Al terminar el periodo de las precampañas electorales, atravesado por los festejos decembrinos, queda la clara impresión de que la actividad de las tres precandidatas que buscan la gubernatura de Guanajuato no fue más allá de lo que representa el peso respectivo de sus partidos.

La puntera Libia García, que batalla para imponer el conocimiento de su nombre más allá de la esfera gubernamental y partidista, se aplicó con las estructuras panistas; la sorpresiva candidata de Morena, Alma Alcaraz optó por la baja intensidad en el terreno, pero no se quedó atrás en espectaculares; finalmente, la disruptiva neo emecista Yulma Rocha, fue la más agresiva en redes sociales, pero también quien se encuentra más lejos de la competencia real que se da entre las dos primeras.

Si este fue un primer round de tanteo, mucho tendrán que mejorar las estrategias de los consultores de cada una de las tres campañas, para convencer a los guanajuatenses de salir con entusiasmo a las urnas el próximo domingo 2 de junio.

A la candidata oficial le viene pesando cada vez más el inacabable tema de la violencia homicida, la inseguridad y los crímenes atroces. El beneficio de la duda de que gozó el candidato Diego Sinhue Rodríguez en 2018, para prometer un vago y a la postre incumplido “golpe de timón”, no funcionará más. Si Libia y su equipo quieren ampliar el estrecho margen de ventaja que reportan las encuestas al día de hoy, algo muy drástico deberá ocurrir.

Quizá por eso al deslizamiento de la información sobre la no repetición de Alvar Cabeza de Vaca como Secretario de Seguridad, algo de lo que hablábamos aquí la semana pasada, empieza a sumarse el análisis de una cuestión que significaría un verdadero terremoto: la conclusión anticipada del mandato de 9 años otorgado a Carlos Zamarripa como fiscal general autónomo, mediante la figura de una jubilación anticipada.

En el análisis de los estrategas más concienzudos de la campaña que representa la continuidad panista, el agudizamiento de la crisis de seguridad, aunado al escaso margen que arrojan las encuestas a favor de Libia, está constituyendo un verdadero foco rojo.

El tema, desde luego preocupa a Libia García, la primera mujer candidata a gobernadora en la historia del PAN guanajuatense, pero preocupa considerablemente más a Diego Sinhue, quien se encontraría ante el eventual escenario de una alternancia política que lo convertiría en un exgobernador bajo la mira de una administración de Morena.

Retirar al casi inamovible y poderoso fiscal, en una negociación que probablemente no le venga mal personalmente, dado su desgaste personal y el agotamiento del modelo que encabeza, de entrada le quitaría a las oposiciones un 60 por ciento de su discurso de campaña y cambiaría radicalmente los escenarios.

Doblegar en el tablero la pieza del fiscal quitaría también un candente tema de discordia con el gobierno federal y, particularmente, con el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que podría ayudar incluso a encaminar una solución a graves problemas de la entidad, como el de la escasez de agua, con un plan más realista que la descomunal ocurrencia de traer agua de la presa de Solís a las ciudades del corredor industrial.

El tema no es sencillo, pues abriría el expediente sobre el perfil del relevo, algo que podría solucionarse con un fiscal encargado del despacho, para dejar la decisión en manos de la nueva titular del Ejecutivo y del nuevo Congreso.

No deja de persistir un sabor de boca amargo por el hecho de que la posibilidad de relevar a un fiscal que a todas luces ha fracasado en su encomienda, no provenga del reclamo social y de la necesidad urgente de recuperar la paz, sino de una coyuntura: el apuro electoral en el que se encuentra el partido que gobierna hace tres décadas a Guanajuato.

Para Diego Sinhue, en particular, una decisión de este calado podría ser la compra de un certificado de tranquilidad en su retiro, pues es bien sabido que el mandatario saliente no tiene ninguna intención de retornar a la política después de septiembre.

En un sentido o en otro, la temporada que viene nos depara algunas sorpresas que no hubiéramos imaginado meses atrás.

2.- PRI Guanajuato fuera de las listas pluris federales

La dirigencia espuria que encabeza la potosina Ruth Tiscareño en el PRI de Guanajuato, muestra otro de sus efectos en la desaparición de cuadros priistas en las listas plurinominales de ese partido para las cámaras de diputados y senadores.

Con la escuálida votación a la que descendió ese partido en 2021, resulta imposible que pudiesen reclamar espacios en las cámaras federales los desastrados dirigentes del tricolor. A duras penas les alcanza para mantener los actuales espacios locales, los que naturalmente ya reservaron para la propia Tiscareño y para el secretario general Alejandro Arias.

A su vez, ese acaparamiento lo único que producirá serán nuevos desprendimientos de cuadros hacia otros partidos y una menor expectativa de votos, en una tendencia que ya parece imposible de frenar.

Los que sufren son los candidatos a alcaldes del PRI que competirán fuera de la alianza, ya que de antemano saben que están librados a su suerte, sin estrategia estatal, sin recursos y con la enorme carga del desprestigio de la dirigencia estatal.

Y los preocupados son los candidatos panistas que sí se encuentran registrados bajo la fórmula aliancista, pues saben que el logo del PRI bajo su nombre les restará más que sumarles y no los eximirá de las exigencias de cargos y prebendas por parte de la dirigencia tricolor.

3.- Morena opta por el descrédito en la capital del estado

Bajo la guía del semiretirado priista Francisco Arroyo Vieyra, el empresario televisivo Jorge Rodríguez Medrano logró la postulación de Morena para buscar la alcaldía de la capital del estado, provocando inconformidad en las filas de ese partido y una enorme desazón en ciudadanos urgidos de una alternancia tras los seis años del incompetente y desaseado gobierno del panista Alejandro Navarro.

Las encuestas registradas ante el IEEG sobre preferencias electorales en la capital del estado, marcan una ligera ventaja de Morena como marca y de la regidora Paloma Robles, sobre otros candidatos de ese partido.

El único panista que podía haber revertido esa tendencia era Juan Carlos Romero Hicks, quien declinó la candidatura ofrecida por el propio gobernador del estado. El ex gobernador adujo razones familiares, sin embargo no le hizo el feo a una postulación al Congreso local por el distrito 8 que comprende Guanajuato y Silao.

Con la candidatura de Rodríguez Medrano, quien tuvo otro padrino en el diputado federal Emmanuel Reyes Carmona, Morena gana un candidato de innegable visibilidad, pues conduce un noticiero diario en un canal local, pero también un personaje afecto a la prepotencia y la rijosidad.

Rodríguez Medrano mantuvo una innegable complicidad con el alcalde Alejandro Navarro durante la mayor parte de su mandato, reflejada en el trato preferencial al político en sus informativos y en la caudalosa publicidad recibida por su medio.

Y aunque en tiempos recientes la relación no parece tan fluida, no se puede descartar que siga existiendo un acuerdo en profundidad entre ambos personajes, donde lo que está ocurriendo en realidad es la consolidación del grupo de poder que se ha aprovechado del municipio a lo largo de los dos últimos trienios.