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El León que imagina Alejandra: sin partidos, autosuficiente, incluso separatista
José Luis Palacios Blanco, autor del libro, sueña con un León sin partidos, sin Ayuntamiento y sin la presa El Zapotillo; traza los orígenes europeos del "gen leonés", pero encuentra ahí mismo el factor de su fracaso
Alejandra Gutiérrez, candidata panista a la alcaldía de León, prologó y presentó el libro León 450: Ciudad Viva, un ejercicio de futurología en el que su autor principal, José Luis Palacios Blanco, director de la Universidad Meridiano, imagina un municipio sin partidos, sin la presa de El Zapotillo, sin megaproyectos, sin crecimiento, con limitada industria curtidora y sin Ayuntamiento. Las audaces propuestas no merecieron mayor comentario de la aspirante que solo planteó: "no me voy a meter a explicar los capítulos del libro, porque ya han sido explicados de manera muy atinada".
Sin embargo, ello no fue obstáculo para considerar al libro como punto de partida para la planeación de su gobierno en caso de resultar electa el próximo 6 de junio, según expuso Alejandra el pasado jueves 27 de mayo ante personalidades políticas, sociales, empresariales y de medios de comunicación agrupados en el evento para potenciar la propuesta de la candidatura.
Soñando con un León y un Guanajuato en el 2035, Palacios Blanco—el nuevo ideólogo de la candidata—, aventura la imagen del bastión panista contra todo el discurso y deseos de su partido: "gracias a la política de no pagar sueldos fijos, sino darle apoyos por resultados, ser Servidor es una distinción", dice Palacios. Después de quince años con dicha práctica "que terminó con la corrupción del Poder", el cabildo ha desaparecido y en su lugar se conformó "El Colectivo" que "representa todas las ideas políticas", aspira.
"Al no existir ya partidos políticos tradicionales, el Alcalde es nombrado cuando hay mayoría en el Colectivo donde está representada la diversidad de los leoneses", de acuerdo con el ejercicio que el mismo académico nombra "futurología de muchos autores". Lo anterior es justificado por Palacios Blanco porque, "la partidocracia constituye una carga, un lastre, un fardo, que impide que la democracia, el poder de la sociedad, se ejerza", además de sugerir que lo mejor para León sería una candidatura independiente aunque por el momento no existan las condiciones.

Y aunque el libro consta de 320 páginas, Alejandra escribió cuatro para plasmar su propio manifiesto en las primeras hojas. Ni Palacios Blanco ni Humberto Ruiz, autores principales, hablaron durante el acto de presentación para explicarse. Solo "Ale" recibió los reflectores y solo ella dijo que el libro ya estaba entendido.
Con una economía basada en conocimiento, redes de innovación y nuevas tecnologías, Palacios Blanco ve la posibilidad de hacer de León una ciudad inteligente. Durante los primeros capítulos lamenta que se lancen "al mercado de trabajo a miles de profesionistas que administrarán la riqueza, y no se forman a profesionistas para que la generen". León debe ser distinto—dice—, "meterse al mundo de la innovación y la competitividad".
Al mismo tiempo, el autor cita el lema de izquierda “Otro mundo es posible”, nacido en el Foro Social Mundial celebrado por primera vez en Porto Alegre, Brasil en 2001, evento que agrupa al día de hoy movimientos sociales opositores al Foro Económico Mundial de Davos. El lema es bien identificado en México con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pero Blanco no escatima en proponer que, en paralelo a la acumulación de riqueza por medio de la Industria 4.0 y el capitalismo digital, son las comunas formas aceptables de organización política.
La isla azul
Con triunfalismo, Palacios Blanco celebra la memoria de la "hegemonía panista" de 30 años en el poder local, pues responden a que en esta región "no hay conflictos sociales" y una "ausencia de casos escandalosos de corrupción".
"Guanajuato es hoy la «isla azul», la «república azul»", señala Palacios a la mitad del texto. Un oasis rodeado por una "aplanadora llamada MORENA" que "vive una aparente paz social que ha sido alterada solo por agentes externos como la guerra entre cárteles de la droga".
En su manifiesto, Alejandra Gutiérrez señala que su perfil "moderado", "tolerante" y "respetuoso de la diversidad" es un antídoto frente al radicalismo provocado por el gobierno federal, único causante de las crisis que se viven en León y Guanajuato. La panista llama a la unidad de su gobierno y la ciudadanía, "el pueblo leonés", con el mismo ánimo providencial con el que su adversario en la silla presidencial llama "al pueblo de México".

Guanajuato, es el zafiro político asediado por males ajenos y castigado por la política de recorte presupuestario de AMLO, sugiere. Palacios califica como "reclamo legítimo" la tendencia secesionista "NORTEXIT" que apareció en Twitter en 2020 como resultado de la limitación federal a los recursos para los estados.
El nuevo ideólogo del panismo guanajuatense defiende al mismo tiempo el federalismo "origen de la Nación" y la Alianza Bajío-Occidente por sus capacidades autonomistas, “equivalentes a movimientos separatistas europeos como el que tienen los catalanes”; "reclamo legítimo" de una región castigada por subsidiar a los estados perezosos del sur del país. "Pero como está diseñado el país, solo nos queda generar riqueza y compartirla".
El "gen leonés"
Un gen recorre las venas de los leoneses —argumenta José Luis—: es el gen del trabajo, moral del esfuerzo que llegó con la migración para mejorar el pasado indígena y que puede canalizar los deseos de sus niños y niñas para ser emprendedores o leoneses "notables" que pasen a la historia del municipio, reducto del éxito de generaciones “echadas para adelante”, como las describe Alejandra frente al micrófono.
Desde el sacerdote del virreinato José Ignacio Aguado hasta el padre jesuita Jorge Vértiz, rector del Instituto Lux en los años 60; científicos, artistas, contadores, líderes y educadores, héroes históricos, como los que erigió AMLO para levantar la 4T en 2018: "León, como toda ciudad mexicana, tiene una historia rica en personajes que le dieron origen y destino. León ha tenido líderes propios que hicieron la ciudad", escribe Palacios.
Como resultado de su fe católica, ese espíritu trabajador de "el leonés" es precisamente lo que no ha dejado que, con todo y los enemigos externos, la inseguridad y el crimen organizado "se den tan fácil" en nuestra latitud. Pero su mismo ADN es el problema, pues su "gen emprendedor ha tardado mucho en desarrollarse" y es lo que entorpece su "real" camino al desarrollo.
"Los niños desean ser obreros, incluso narcotraficantes"
Si León quiere alcanzar su cénit de prosperidad —insiste el asesor de Alejandra—, debe hacer de su territorio un megaclúster industrial al estilo Silicon Valley, aprovechando su zona metropolitana, sus universidades públicas y privadas, centros de investigación, gobierno y empresas extranjeras para detonar la acumulación de capital y luego repartirla.
El desarrollo viene por derrama, siempre y cuando se le instruya a los pobres cómo salir de ella. Por eso Palacios Blanco narra cómo él ha promovido el escape de la miseria en los niños y niñas de Las Joyas, polígono de desarrollo que “abandonó ya la pobreza extrema y la de patrimonio” gracias al arduo trabajo del Gobierno del Estado de Guanajuato y las empresas.
"Escuchaba de los pequeños que ellos deseaban ser de grandes, buenos albañiles, obreros, incluso narcotraficantes, pues era lo que escuchaban en su entorno". La fórmula: repetirles "ustedes llegarán a la universidad" y acercarlos a experiencias y personas que les den la pauta de "cómo hacer el sueño realidad". Así se "superan los obstáculos económicos y familiares" para construir una sociedad "basando toda la convivencia en la meritocracia" o que cada quien gane lo que se merece según su esfuerzo.

"El trabajo todo lo vence"
"¿Por qué culturalmente unas regiones tienen en su gen el trabajo y la prosperidad y otras no?", se pregunta el autor al que Alejandra Gutiérrez entrega ciegamente la primera pincelada de lo que sería su administración. Blanco busca las pistas de la bonanza tan especial de Guanajuato y en su investigación encontró la respuesta: la sangre.
Olas migratorias han nutrido el "gen leonés" con ADN francés, de gente llegada desde los Altos de Jalisco, y español, que, gracias a sus "prácticas endogámicas", "evitaron el mestizaje" sobre una base genética de la cultura Chupícuaro y chichimeca en el pasado lejano de esta región de México. "El trabajo todo lo vence", es el lema que refleja el "gen" —aclara.
Para probar su genética, Palacios Blanco cita la Ética protestante y el espíritu del capitalismo de Max Weber, sociólogo y economista del siglo XIX quien encontró en la religión protestante el germen de los valores capitalistas como la entrega al trabajo. "¿Cómo explicar entonces la prosperidad de los alteños católicos de Jalisco, gen que tenemos los leoneses por su migración?", se pregunta.
Comer guacamayas: origen de nuestro fracaso
"Las «guacamayas» son un platillo típico leonés —señala el también columnista del Periódico A.M. y conductor del programa Diálogos en Televisa Bajío—. La comemos relativamente felices cuando no conocemos lo que sucede en otras partes del mundo".
Y es que José Luis Palacios Blanco explica que mientras países asiáticos como China, Japón, Singapur, Hong Kong y Taiwán crecen económicamente a ritmos sin precedentes, en León comemos botana y en México estamos "postrados en la mediocridad". "Si tuviéramos datos sobre los avances de las economías orientales, sobre todo cuando ellas dominarán el mercado mundial el resto del siglo, quizá nos comenzaríamos a preocupar", añade.
Para alcanzarlos, los futuros profesionistas de León deben dejar de estudiar administración y ciencias sociales y las universidades deberían invertir en carreras tecnológicas que activen el "gen emprendedor", un gen en potencia, aletargado, no plenamente desarrollado como en las economías asiáticas, a donde él mismo ha viajado. O como en Monterrey y Guadalajara, regiones prósperas que sostienen a México en sus hombros.
Pero el sueño es posible, una “utopía realizable” según la expresión del multipremiado docente e investigador. Las soluciones están puestas sobre la mesa: a la par que se industrializa la región y se espabilan los talentos intelectuales, León deberá reforestar la Sierra de Lobos, recargar los acuíferos, construir automóviles eléctricos, aprovechar la energía solar, producir energía eólica, conservar la biodiversidad, comer orgánico y abatir la desigualdad. Todo ello suma al PIB, defiende.
3 de junio de 2021, 15:37
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