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12/5/2025
El PIB no muere

El PIB no muere

El 94 por ciento de las personas que fallecen por COVID-19 en México incluye también a la clase obrera y a mujeres trabajadoras del propio hogar; estos decesos no son obstáculo para el crecimiento económico, que ya comienza a repuntar

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    Somos amantes de los datos duros. Contamos, medimos, calculamos, predecimos, y a veces dejamos de ver y escuchar. Este lunes amanecimos con titulares fulminantes respecto a los impactos sociales de la COVID-19: el 94 por ciento de las y los mexicanos más susceptibles a morir por los efectos del SARS-CoV-2 incluye también a la clase obrera y a las trabajadoras domésticas no remuneradas del propio hogar, justo por su exposición ininterrumpida al virus durante la pandemia.

    Las conclusiones de l@s autor@s del artículo de revisión, Alejandro Cortés Meda y Guadalupe Ponciano Rodríguez, confirman que las múltiples desigualdades que deja a su paso el capitalismo son el factor más directamente asociado a la mortalidad por el virus.

    En nuestro país, el tercero con más muertes por esta causa en el planeta, "la probabilidad de tener atención hospitalaria de calidad se reduce notablemente para quienes residen en lugares con mayor concentración de pobreza y la mortalidad es mayor para ellos", dice el artículo. Una mención especial merecen las personas indígenas, dicen l@s autor@s, cuya marginación social, explotación y subordinación política y cultural les afecta de forma diferenciada.

    Más allá de las cifras y del artículo, puedo decir que durante meses de cobertura de la pandemia, las mayores desgracias, en efecto, se han concentrado en este sector. Personalmente he escrito sobre ello en el último año, escuchando decenas de relatos sobre cómo el virus golpeó a las almas de siempre. La historias más desgarradoras son de los pobres, no solo por su falta de ingreso o porque sus ocupaciones son imposibles de trasladar al espacio virtual, sino porque también padecen la mayor cantidad de comorbilidades. El artículo también hace alusión a ello.

    Y, sin embargo, el programa nacional de vacunación no les ha priorizado. Me refiero específicamente a la clase trabajadora (manuales y operativos) y a las mujeres que trabajan en el hogar (que aún luchan porque su labor sea reconocida como tal), quienes no figuran para una pronta vacunación; son los obreros en las líneas de ensamble y las mujeres cuyo trabajo de administración doméstica y de cuidados nadie paga.

    Se antoja difícil cumplir con todos los gustos y las necesidades frente a vacunas escasas, no solo en México, sino a nivel global. Todo mundo merece ser vacunado, cierto e incuestionable. Sin embargo, resulta irónico, al mismo tiempo que inherente a un sistema basado en la explotación, que siendo tan dependiente del trabajo humano, reniegue precisamente de esa dependencia. Y esa es la magia del capital, de hace tiempo lo sabemos: convertir todo en mercancía y deshumanizar todo rastro de subjetividad.

    Es propio de un sistema de eterno crecimiento no reparar en las condiciones naturales y humanas que le posibilitan reproducirse hasta el infinito, aunque con cada cifra añadida al PIB esas bases materiales se extingan cada vez más. Ni el medio ambiente, ni las personas cuyo trabajo aporta el sustrato más importante para la acumulación de capital, han figurado como elementos de importancia en las campañas y políticas de mitigación de la crisis.

    A más de un año de pandemia en el mundo, la naturaleza sigue en agonía mediante proyectos extractivos al tiempo que las poblaciones que la defienden con la vida son calificados por nuestro mandatario federal como "pseudoambientalistas".

    El dato que circula este lunes en los medios renueva el debate y pone en el centro de la mesa, de nuevo, dos cosas: el eterno crecimiento del capitalismo supura a los pobres, por intercambiables, y no se inmuta ante su muerte.

    Apenas el pasado 1 de mayo obreros se manifestaron en todo el país por la falta de vacunaciones, además de por las injusticias laborales y sindicales de siempre. La histórica caída del empleo en México —que aún se sufre con millones de desocupados— tampoco rasguñó la recuperación paulatina del PIB. Según datos del INEGI del último trimestre de 2021, y de acuerdo a la línea del tiempo, el crecimiento comienza su ascenso.


    Nota al pie: Dejo acá un hilo de Leonardo Toledo sobre las imprecisiones de medios de comunicación en el manejo de los datos del artículo. Leonardo es editor técnico de la revista científica Sociedad y Ambiente de El Colegio de la Frontera Sur.

    Foto de portada: France 24

    24 de mayo de 2021, 10:52

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