Estimados lectores la problemática hídrica que indudablemente es grave, presenta sin duda una lluvia de expresiones, ideas, opiniones, intenciones, discursos políticos, así como lo que puede denominarse populismo hídrico. Lo cual definitivamente tiene mucho de positivo, discutir lo público, eso es hacer en el sentido más puro “politizar”, tal como sucedía en la Grecia clásica, la forma de que todos participen y formulen las políticas hídricas, alejándose del “populismo hídrico” o “populismo azul” tomo la referencia al color por que es con el que se asimila al agua.

Una cosa queda clara, las decisiones de quienes dirigen a las instituciones no pueden seguir siendo unilaterales, por muy “especialistas” que se digan, incluyendo a los propios “académicos”, el haber dejado que se tomen las decisiones unilaterales nos permite ver sus resultados, y estos son los que vivimos en la actualidad. Es importante que no me malinterpreten pensando que descalifico a personas que cuentan con experiencia técnica y operativa, al contrario, es importante considerarlos, pues suelen ser ignorados.

El haber permitido que las cosas hayan seguido ese rumbo es el que nos encontremos en los últimos años con una mayúscula escasez de agua que se hace presente en casi el 70% del territorio nacional. También el haber dejado en los operadores legislativos el tema de las reformas o elaboración de instrumentos legislativos, nos ha llevado a discusiones y percepciones estériles, que sólo confrontan y no concluyen, esto lo tenemos en que desde el 2012, desde hace 13 años que se reformó el artículo 4º Constitucional en lo que referente al derecho humano al agua, no se concluye y lo más absurdo es que en la diversidad de opiniones o verborrea no se tiene en claro aun que es el “derecho humano al agua” propiciando confusiones.

Por un lado, personajes extraviados que dicen que la Ley General de Aguas debe abordar todo y eliminar la Ley de Aguas Nacionales, ignorando que cada ley debe tener un ámbito de competencia, el desconocimiento del régimen jurídico del agua partiendo del orden constitucional no ha sido comprendido, por otro lado, también es cierto, que la ausencia de esa Ley General de Aguas, y la versión desfasada por adolecer de las reformas pertinentes de la Ley de Aguas Nacionales ha generado una anarquía, que propicia la rapiña, dicho popularmente “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Aquí los beneficiados siguen siendo los intocables desde desarrolladores urbanos, industriales amantes del clandestinaje y personajes voraces que trafican con derechos de agua.

Se demanda ir más allá del Acuerdo suscrito hace algunos meses, tener claridad per evitar caer en el radicalismo y exclusión, desde los gobiernos de Fox, Calderón y Peña, fueron excluidos de las discusiones grupos legítimos con demandas legítimas, pero con el cambio de gobierno los excluidos ahora excluyen, siendo un cuento de nunca acabar, la inteligencia sería no excluir, sino incluir, pero dejar reglas claras de participación y acción. Y aquí es dónde entra el sector ciudadano.

Pero hablar de participación e involucramiento de la ciudadanía implica tomar en cuenta algo que hace algunas décadas encontré en un libro Catalán, referente a la participación ciudadana en el desarrollo urbano, destaco este aspecto, por que es sabido las ventajas que ofrece el modelo de desarrollo urbano de Barcelona en específico. Bueno este texto subraya que es importante en el rubro de la participación determinar el quién participa en qué, para qué, los cuándo y los dónde.

Y esto no significa excluir, si aprovechar las ventajas de sector ciudadano, y no dejar del todo las decisiones en los funcionarios gubernamentales, que en la realidad muchos de ellos adolecen de experiencia en el sector agua, pero más que un paso por una dependencia, adolecen de resultados destacables, de aportaciones a su paso de las instituciones.

Estas reflexiones las he abordado en ocasiones anteriores, la gestión y administración del agua, el resolver la problemática va más allá de elaborar “rosarios de cifras”, como suelen hacer consultores que son todólogos , inundan de cifras y con eso pretenden justificar su trabajo, cobran y bueno son parte de empresas o grupos de exfuncionarios o políticos en retiro, dichos estudios adolecen de propuestas inéditas, subrayo lo inédito por que generalmente repiten lo mismo que otros instrumentos que consultaron, y amable lector vea los resultados, vean en dónde nos encontramos.

Tampoco los académicos han sido valorados, suele invitárseles a participar y se les deja solos convirtiendo sus trabajos en documentos estériles que nadie lee y sólo se usan para citas o referencias bibliográficas.

Algunos de mis lectores recordarán que he mencionado en repetidas ocasiones que es importante diseñar y armar algo que he denominado: “puzzle hídrico”, el rompecabezas del agua, son varias piezas, todas ellas importantes, todas deben estar presentes y ocupar su lugar que es único, pero también se necesita el que conozca y sepa armar las piezas, de lo contrario se tendrá un cuadro amorfo, como el que vivimos en estos días.

Pero ese “puzzle hídrico” requiere no sólo nuevos actores, sino una pertinente gobernanza, así como la incorporación de nuevos conceptos y otra visión principalmente una despojada del “antropocentrismo hídrico”, el derecho humano al agua esta sin resolver, pero debemos formular una “obligación hídrica”, la “inclusión hídrica”, pero la articulación va considerando algo de la que ya mencioné las semanas anteriores, y es el diseño de un subsistema financiero y otro de información del agua, sino contamos con información real y actual, no ese rosario de cifras desfasado, lo de ayer ya no es lo de hoy, y si además no se cuentan con estrategias financieras, todo será un castillo en el aire.

Nos vemos la próxima semana, no olviden la importancia de emprender políticas y acciones que permitan que en México el agua nos alcance.

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