
Autores:

En Aguascalientes, ciudadanía se manifiesta en defensa de rana de madriguera; no existen programas de protección
El municipio capital asegura que es facultad de la Federación y defiende nuevo programa ecológico que elimina miles de hectáreas de conservación
Poco más de cien personas se manifestaron en la plaza principal de la capital aguascalentense el jueves 16 para exigir la preservación del ecosistema donde habita la rana de madriguera, una especie endémica amenazada con desaparecer cuya conservación está en riesgo frente a la apertura para construir desarrollos inmobiliarios e industriales cerca de su hábitat. Esta es una política que forma parte de los cambios aprobados en el nuevo Programa de Ordenamiento Ecológico municipal (POEL).
Al grito de “¡No al gobierno que destruye, sí a la vida que construye!” y “Tere, entiende, la tierra no se vende” —en alusión a la gobernadora panista Teresa Jiménez— las personas congregadas exigieron al municipio capital, gobernado por el también panista Leonardo Montañez Castro, echar atrás los cambios, crear programas de protección para la especie y juntaron firmas para la presentación de un amparo. También lanzaron una petición en Change.org que acumula casi 10 mil firmas de apoyo.
La protesta es una de diversas acciones, algunas de ellas legales, que organizaciones civiles y ciudadanía impulsan contra la eliminación de 3,500 hectáreas de conservación natural, la falta de participación ciudadana en la actualización del ordenamiento ecológico, la reducción de 200 a 20 metros entre construcciones urbanas y Áreas Naturales Protegidas (ANP), y la apertura para actividades industriales en zonas ambientales críticas, como el Tanque de Las Pedrosas —un cambio que fue solicitado por una dependencia del propio gobierno estatal cuyo nombre las autoridades no han transparentado— así como en algunas zonas del Ejido Buenavista de Peñuelas, el hogar de la rana de madriguera.
El municipio, por su parte, ha negado los daños y defendido la actualización del POEL. Y aunque acepta que no existen programas específicos de protección o conservación para la especie, asegura que esa es una facultad exclusiva del Gobierno Federal, con quien no ha logrado trabajar en conjunto sobre el tema.

“La protesta surgió por el revuelo que vimos en redes sociales y porque el movimiento estaba siendo silenciado (por el gobierno de Aguascalientes), borrando nuestros comentarios como si no existiéramos. Modificaron para beneficio económico, fue negocio. Dicen que hubo consulta ciudadana, pero su consulta fue sólo con un grupo de interés, todos lo sabemos, los empresarios no representan al pueblo. Saben del impacto, pero decidieron ignorarlo por los pesos”, dijeron Valeria López y Jimena Martínez, dos jóvenes recién egresadas de la carrera de veterinaria en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), que organizaron la manifestación y que no pertenecen a ninguna organización civil.

“No es que estemos en contra del desarrollo, pero queremos un desarrollo realmente sostenible, más áreas verdes dentro de la ciudad y áreas naturales protegidas, son muy pocas y las que tenemos no están debidamente protegidas. La rana de madriguera ha quedado en el olvido por las autoridades y ahora está siendo amenazada”, agregó Alejandro Larios, integrante de la Alianza de organizaciones civiles ADN-A, promoventes de un amparo contra el nuevo POEL.

La rana de madriguera: una especie sin protección
Entre 2008 y 2009, la rana de madriguera experimentó su mayor boom en términos de conocimiento de la especie y políticas de protección. Impulsada por académicos y con el trabajo conjunto del Gobierno estatal, municipal y la federación, se crearon programas de protección, se certificó al humedal “El Jagüey”, zona de reproducción de la rana, como un sitio RAMSAR (una certificación internacional que protege a los humedales del mundo), se publicó un libro con información inédita sobre la especie y se tomaron medidas para proteger su hábitat y su reproducción.
Más de una década después, esos programas y medidas desaparecieron.

Gustavo Ernesto Quintero-Díaz, biólogo catedrático en la UAA y co-escritor, junto con Joel Vázquez Díaz, del libro “Historia natural de una rana muy mexicana”, editado y publicado por la Universidad, el municipio capital y la Semarnat, entre otros, dice que el interés del gobierno por conservar a esa especie endémica y amenazada con desaparecer empezó a menguar tras el arribo y expansión de empresas extranjeras. Eso ocurrió durante los años del gobierno de Carlos Lozano de la Torre (2010-2016), el exmandatario priista conocido por impulsar la inversión extranjera en la entidad y por haber operado la negociación para que la automotriz nipona Nissan instalara su segunda planta de producción, bajo un esquema que incluyó actos de corrupción.
"Hubo varios pequeños programas que en ese momento tuvieron impacto, colocamos barreras y medidas de protección en su zona de reproducción, entre ellas cambiar el sistema de luz que había en el bulevar del aeropuerto para disminuir los atropellamientos de la especie. Hubo muchos proyectos pero al final, al llegar todas estas empresas que querían otro tipo de infraestructura, se acabaron los proyectos", dijo Quintero-Díaz en entrevista con PopLab.
La instalación en 2013 de la Planta A2 de Nissan en el Ejido Buenavista de Peñuelas, el sitio de mayor reproducción de la rana de madriguera, significó, por ejemplo, una de las mayores afrentas contra la especie. La operación inició en 2011, cuando el gobierno comenzó a presionar a los ejidatarios a vender sus terrenos. Desde entonces, el número de individuos observados por los académicos ha disminuído drásticamente.
| Año | Ranas de madriguera observadas |
|---|---|
| 2005 | 597 |
| 2006 | 246 |
| 2007 | 330 |
| 2008 | 516 |
| 2009 | 741 |
| 2010 | 1,400 |
| 2011 | 1,070 |
| 2012 | 334 |
| 2013 | 163 |
| 2014 | 128 |
| 2015 | 98 |
| 2016 | 35 |
| 2017 | 79 |
| 2018 | 66 |
| 2019 | 59 |
| 2020 | 61 |
Elaboración propia con datos proporcionados por el biólogo Gustavo Ernesto Quintero-Díaz.
Quintero-Díaz cuenta que, aunque en 2011 lograron la certificación de “El Jagüey” como sitio RAMSAR —que obliga al Estado Mexicano a tomar medidas para su conservación—, en 2013, bajo el gobierno de Lozano de la Torre y de la priista Lorena Martínez en el municipio capital, se permitió la contaminación del humedal con aguas residuales provenientes de las armadoras y proveedoras automotrices instaladas en la zona, sobre todo en el Ejido Peñuelas.
"Nosotros hicimos el estudio técnico justificativo para poder hacer cambios de uso de suelo de forma internacional y que el humedal se convirtiera en sitio RAMSAR, esa zona era muy importante dada la cantidad de animalitos amenazados que había de esta especie. Era un estanque que de manera natural se llenaba con agua de lluvia, una zona de captación de agua increíble, pero el gobierno del estado lo conectó hacia dónde están las empresas y ahora se contamina con aguas residuales, ya para la rana es un lugar complicado (para su reproducción), pero hay otras zonas pequeñas alrededor, donde están los bordos que son para la reproducción de la especie que no se vieron afectados y es donde tiene la oportunidad de reproducirse cuando llueve fuerte".
Los anfibios, dice el libro co-escrito por Quintero-Díaz, “son considerados como bioindicadores de la calidad ambiental, pues suelen ser muy sensibles a los cambios o perturbaciones en su entorno. Por esta razón, también se les llama vigilantes del ambiente”.
La especie, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana 059 de la Semarnat, está amenazada con desaparecer “a corto o mediano plazo si siguen operando los factores que inciden negativamente en su viabilidad, al ocasionar el deterioro o modificación de su hábitat o disminuir directamente el tamaño de sus poblaciones”, señala el Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación en diciembre de 2010.

"Están obligados a la preservación del humedal y a que, en caso de que quieran hacer algún cambio uso de suelo, hacer antes un estudio técnico justificativo. Pero para los cambios que construyeron eso no se realizó, hicieron lo que quisieron y lo llenaron de aguas negras", añadió el biólogo.
Algunas de esas zonas, sostienen ahora las organizaciones ambientales, serán aún más afectadas con los cambios en el POEL que permiten la expansión de las industrias o la construcción de desarrollos inmobiliarios.
"El sitio RAMSAR aparentemente no se toca, pero hay una parte que sí llegan a tocar. Dos o tres polígonos que se liberaron se empalman con el lugar", dijo Quintero-Díaz.


Durante poco más de una década, el biólogo y su equipo trabajaron con recursos federales e internacionales con ayuda de la UAA y la creación de la organización “Biodiversidad, A.C.”. Con los recursos, que sumaron poco más de 2 millones de pesos, pudieron investigar a la especie y llevar a cabo proyectos para su conservación, pero en 2020 el dinero se terminó.
“Monitoreamos la especie, hicimos mapas de distribución e instalamos un laboratorio de reproducción en cautiverio que desmontamos porque no tenemos presupuesto para continuar. Durante varios años hicimos liberaciones de ejemplares que pudimos lograr reproducir, fueron miles los que regresaron a la vida silvestre, sobre todo al sitio RAMSAR, ese era el objetivo, que el sitio no desapareciera", dice el biólogo.
Y aunque ahora cuentan con mayor información para lograr, por ejemplo, convertir a una parte del Ejido Peñuelas en santuario de reproducción para esa especie amenazada, ningún gobierno ha mostrado el mismo interés para trabajar en favor de la protección de la rana de madriguera, como sucedió en la década pasada.
"(Peñuelas) debería de ser declarado como un área santuario para la rana, en aquél momento se necesitaban muchos estudios que no teníamos, y era complicado hacerlo tan rápido, pero con el presupuesto que nos dieron empezamos a trabajar para lograr tener esa información, ahora la tenemos y nadie nos la pide, no hemos logrado cabildear. Y si siguiéramos con este proyecto de reproducción en cautiverio lograríamos mantener una población sana en el lugar. Si nosotros quitamos a un animalito de la cadena alimenticia, estamos rompiendo con el funcionamiento de un ecosistema".
El gobierno se defiende: no hay daños ecológicos
Frente a las acusaciones, el gobierno municipal sostiene que los cambios en el POEL no significan un retroceso ecológico. "Es un es un programa muy noble", dice Aldo Axel Rodríguez Benitez, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable en el municipio capital, la dependencia que se encargó de aprobar los cambios en el nuevo Programa de Ordenamiento Ecológico (POEL).
Rodríguez Benítez fue nombrado como secretario apenas el 7 de enero, en un movimiento que significó la salida de Julio Medina como titular de la Secretaría. El cambio, que sucedió un día después de darse a conocer la admisión del primer amparo contra el POEL, no ha sido explicado oficialmente por el municipio, tampoco se comunicó públicamente.
"El POEL no es lo último, no es la autorización para que haya un impacto ambiental, lo único que hace el POEL es el ordenamiento. No es algo que vaya a afectar", añadió en entrevista el secretario.
La falta de programas de protección y conservación para la rana de madriguera, y de un programa de manejo para el humedal “El Jagüey”, es, afirma el funcionario, facultad únicamente de la Federación, con quien acepta no han tenido un trabajo coordinado sobre el tema. Pese a ello, asegura que ya hay acercamiento con empresas automotrices de la zona —como Nissan— para asegurar la permanencia de la especie, y añade que el nuevo ordenamiento ecológico aumenta el número de hectáreas de protección para el humedal de 34 a 192.
"Excederíamos el ámbito de nuestra competencia porque es una especie de fauna silvestre, a quien le toca actuar es directamente a Semarnat. El municipio puede impulsar pero con limitantes", agregó Ofelia Castillo, directora de Medio Ambiente en la dependencia.
Castillo también defiende la eliminación de las 3,500 hectáreas de conservación ambiental para su aprovechamiento.
“No es que se eliminen, en algunas se identificó que era necesario ajustarlas al tema de aprovechamiento sustentable y otras áreas de conservación pasaron directamente a protección, nunca fueron eliminadas. Hubo esos ajustes porque era necesario actualizarlo, no nos sirve de nada tener un área de conservación si son áreas abandonadas y erosionadas, sería engañarnos a nosotros mismos si ya están totalmente devastadas (sic)", dijo la funcionaria, que antes fue titular de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa).
Sobre la reducción de 200 a 20 metros entre las Áreas Naturales Protegidas y proyectos inmobiliarios e industriales, José Iván Jiménez Govea, arquitecto de la dependencia, dijo que obedeció a una “política de conciliación” con grupos empresariales.
"No se necesita muchísimo razonamiento para pensar que si antes había 200 metros y ahora nada más son 20, obviamente que va a afectar, pero la situación es que en aras de conciliar, en aras de reconciliación es que se viene empezando a trabajar en la posibilidad de reducir esas restricciones, no significa que a partir de ahorita ya tengan manga ancha".
"Hay que entender los intereses económicos, el proceso del desarrollo urbano es dinámico y tienes que oír todas las voces. (Los ambientalistas) a veces se sienten agredidos porque quisieran la rebanada más grande del pastel en términos de proteger más, los desarrolladores quieren la mayor parte del pastel y la cobija es la misma, entonces se tienen que ver las potencialidades del uso de suelo", añadió el funcionario.
La dependencia, señaló Aldo Axel Rodríguez Benítez, fue notificada sobre la admisión del amparo contra el POEL el 24 de diciembre pasado.
17 de enero de 2025, 14:01
Explora más contenido de este autor
Descubre más artículos y perspectivas únicas
