A las 14:30 de la tarde, cuando fue avisado de que personal armado trataba de entrar a la zona privada del rancho San Cristóbal, Fox tenía todas las razones del mundo para alarmarse. Más si había estado viendo las noticias de portales y páginas de Facebook en Guanajuato, pues a esa ahora se contabilizaban ya 16 víctimas mortales de ataques y enfrentamientos vinculados a actividad del crimen organizado en la entidad. Por la noche, las bajas superarían las 20, incluídos varios menores de edad.

Ubicado a 20 kilómetros de la ciudad de León, el Centro Fox, como se le conoce ahora a la residencia familiar del ex presidente, abarca un espacio de convenciones, un hotel boutique y restaurante y un área para eventos sociales con capilla incluida. Vicente Fox no se encontraba en el lugar, y al parecer solo personal doméstico y de seguridad resguardaba el área privada.

Quizá por ello, el expresidente no estaba al tanto de que en uno de los patios de la finca, remodelada después de que dejara la residencia de Los Pinos en 2006, estaba programada una boda a la que estaba invitado el gobernador Diego Sinhue Rodríguez y varios personajes de la vida política de la entidad.

Las versiones recabadas este domingo entre los asistentes a la boda de los jóvenes Alejandro y Fernanda confirman la presencia del gobernador Rodríguez Vallejo, quien habría arribado al lugar a las 9 de la noche, después de la ceremonia religiosa.

La visita de dos elementos de la ayudantía del gobernador, quienes normalmente portan armas, sería parte normal de los protocolos, cuando se acude a actividades privadas. La seguridad de los funcionarios estatales se ha fortalecido, además, con el incremento de la violencia que vive la entidad desde el año pasado pero que recrudeció a partir de la guerra declarada al delito del robo de combustibles, en enero de este año.

Versiones recabadas por diversos medios con el personal del Centro Fox dejaron ya en claro que el personal de seguridad que arribó a mediodía se dirigía a una boda, pero que aparentemente se habrían equivocado. Hubo boda, en efecto, más tarde, aunque los novios no disponían de seguridad ni tampoco sus familias.

El único personaje de los asistentes que cuenta con un aparato de seguridad es el gobernador Diego Sinhue Rodríguez y sería un procedimiento perfectamente normal que su avanzada acudiera a revisar las instalaciones donde horas más tarde el gobernador acudiría a departir como invitado a un evento privado.

Personal de la Coordinación de Estrategia para la Seguridad Ciudadana, la vocería instaurada en este gobierno para abordar los temas de la seguridad, respondió a las preguntas de POPLab asegurando que los elementos de seguridad estaban contratados por los celebrantes de la boda.

Interrrogados sobre los protocolos de la escolta del gobernador y si estos incluyen avanzadas, el mismo funcionario aseguró desconocer todo sobre los procedimientos.

Al menos tres de los invitados al festejo aseguraron que en la boda no se apreciaba ningún tipo de seguridad para los contrayentes y sus familias, y que fue una celebración de lo más normal.

Lo que ha quedado suficientemetne claro es que no hubo nunca tal comando, como lo externó en su cuenta de Twitter el ex presidente y sí dos elementos de seguridad, un hombre y una mujer, que no parecían representar amenaza alguna y que se despistaron al tratar de ingresar a la zona privada del Centro Fox.

La alerta de Fox logró ser respondida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asignó ocho guardias a su resguardo. También logró adhesiones, como la que hizo el presidente de Acción Nacional, Marko Cortés, en su cuenta de Twitter.

Sin embargo, nadie en su sano juicio en Guanajuato, puede culpar a Fox de exagerado. Naturalmente, no todos pueden conseguir con un tuit la asignación de ocho militares para que los cuiden.

La noche de este domingo, el ex presidente reiteró su versión del intento de asalto de un "comando", al publicar en Twitter que fueron "dos eventos": la boda y la irrupción. De esta última aseguró que ya presentó denuncia ante el Ministerio Público.

Además de los 22 muertos contabilizados hasta la medianoche de ese sábado de balaceras, muerte y confusión, una toma clandestina de combustible hizo explosión al mismo tiempo que se celebraba la fiesta en San Cristóbal, a solo 10 kiómetros de allí.

Llamas a 15 metros de altura en toma clandestina de huachicol en San Juan de Abajo. Foto: @Seguridad_Leon

Varios de los invitados, incluyendo el propio gobernador, seguramente pudieron ver el resplandor de las llamas que se alzaban a 15 metros de altura en la zona de San Juan de Abajo, dejando claro que la guerra contra el huachicol, la misma que ha ensangrentado Guanajuato, no se ha terminado.