Es notorio que la actual gobernadora de Aguascalientes, María Teresa Jiménez Esquivel, tiene un gusto por los escenarios ficticios. En 2020, fue llamada como #LadyNetflix por aparecer en la película “Se busca papá” transmitida por esa plataforma. Este hecho fue denunciado por Movimiento Ciudadano argumentando que afectaba la equidad de la contienda electoral ya que en ese momento era candidata del PAN por una diputación federal.

Ahora, ya como gobernadora, se ha empeñado en mostrar un Aguascalientes sacado de alguna de estas plataformas de streaming y que dista mucho de la realidad. Mientras su administración invierte en campañas publicitarias y programas para proyectar una imagen de progreso y seguridad, la verdadera situación ambiental y social queda enterrada bajo el ruido mediático. Lo preocupante de esta estrategia, es que no solo distorsiona la percepción pública, sino que también deja fuera a la sociedad de las discusiones importantes, reduciendo su poder de incidir en las decisiones que afectan su vida diaria.

Las organizaciones civiles hemos visto con frustración este interés de que se cuente otra historia, lo cual ocurrió el pasado mes de junio durante nuestra manifestación por el Día Mundial del Árbol. Mientras salíamos a las calles para defender las áreas verdes y de conservación cada vez más amenazadas o abandonadas a su suerte, el gobierno estatal, en complicidad con el gobierno municipal, optó por opacar nuestra voz a través de una campaña superficial y populista de donación de árboles, que poco beneficiarán si no está vinculado a una planeación ambiental, programas de mantenimiento y un seguimiento efectivo.

¿Estos pequeños árboles van a sustituir la devastación generada con la aprobación y fomento a nuevos fraccionamientos y parques industriales? Lo que necesitamos es un verdadero compromiso ambiental, no fotos publicitarias que venden una imagen de un gobierno “sustentable” que, en realidad, sigue expandiendo los intereses inmobiliarios sobre áreas naturales protegidas y de conservación.

El Congreso de Aguascalientes se ha sumado a esta “gran” producción de #LadyNetflix y su interés de obtener parte de los créditos ¿O regalías? Nuestra organización evidenció mediante un amparo que su reforma al Código Urbano, donde pretendían reducir las áreas verdes que se deben donar al construir un nuevo fraccionamiento, buscaba poner por encima intereses económicos sobre derechos y necesidades colectivas. En respuesta, el promovente de la reforma, el diputado Salvador Maximiliano Ramírez Hernández, declaró que era en beneficio de la ciudad, sin dar argumentos y mucho menos alguna autocrítica o apertura para reconocer el error, tan es así que el mismo diputado planteó una nueva iniciativa para insistir con el cambio.

Esta falta de profesionalismo en el trabajo legislativo se hizo evidente cuando recientemente el INEGI colocó al Congreso del Estado como el más improductivo de todo México. Si bien esto se debió a que no reportaron la información completa, hay datos en términos de transparencia y rendición de cuentas en los que efectivamente el Congreso se encuentra en los últimos lugares. En vez de aceptar las críticas y trabajar para remediarlas, nuevamente el diputado Maximiliano decidió salir a la defensiva. ¿Así es como se gobierna?

La realidad es que están más abocados en defender sus propios intereses y mantener su relación con la gobernadora que en legislar para el bienestar de la población. Pero cuando los datos salen a la luz, su respuesta no es mejorar su trabajo, sino defender su imagen a toda costa mediante “refritos”. ¿A quién le están rindiendo cuentas realmente?

La última escena recreada por #LadyNetflix con la insistencia de mantenernos en esta película se dio en el ámbito de la seguridad. Mientras la gobernadora presume que Aguascalientes es una de las ciudades más seguras del país, los datos del INEGI y así como hechos antes atípicos (p. ej. los recientes narcobloqueos), la desmienten. Aguascalientes ha sido tradicionalmente presentada como una de las ciudades más seguras del país, y la gobernadora no ha dudado en continuar esa narrativa. Mientras tanto, los índices de violencia y criminalidad van en aumento, y somos cada vez más los que sentimos que vivimos en una ciudad con más cámaras de seguridad y “blindajes”, pero menos paz.

Es momento de ponerle fin a este “churro”. El control de la narrativa por parte de este gobierno no es solo una cuestión de imagen, es una estrategia para mantener el statu quo. Ignoran los problemas reales —el deterioro del ambiente, la inseguridad, la falta de oportunidades— mientras llenan los trailers con promesas vacías. Es hora de que empecemos a cuestionar esas narrativas y exigir un gobierno que realmente responda a las necesidades de la gente. No podemos permitir que las decisiones se tomen sin nosotros, o peor aún, en contra de nosotros.