Sigamos el ejemplo de la Gran Bretaña: a partir del 1 de octubre de 2025 entrará en vigor la prohibición de transmitir anuncios de la llamada comida chatarra en televisión abierta y de paga antes de las 21:00 horas. Lo mismo se hará en las plataformas digitales (IPTV), que acaparan cada vez más tiempo de consumo entre niñas, niños y adolescentes.

Fue una medida en apariencia radical, que no contó por obvias razones con el apoyo de medios y empresas de la industria de comida ultraprocesada, pero el gobierno inglés llegó a la conclusión que es una de las estrategias correctas para combatir la obesidad infantil ante las recomendaciones generadas en diversas investigaciones sobre la salud y consultas a la misma sociedad inglesa. Según cifras oficiales, en aquel país, uno de cada cinco niñas y niños en edad de asistir a la escuela primaria tiene sobrepeso. Este número aumenta a más de un tercio al llegar a la secundaria.

En México debemos dar ese paso y fortalecer la decisión de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de no vender comida chatarra en las escuelas (básica, media superior y superior) a partir del próximo 29 de marzo de 2025. Más aún si consideramos que el problema de obesidad infantil en nuestro país es uno de los más graves en el mundo. De acuerdo con el titular de la dependencia, Mario Delgado, se calcula que alrededor de 6 millones de estudiantes de entre 5 a 11 años tienen problemas de obesidad o sobrepeso. Esa cifra sube a 10.4 millones de alumnos en el rango de entre 12 a 19 años.

Es cierto que con la entrada en vigor, el pasado 15 de julio, de los nuevos lineamientos del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad, habrá más limitaciones para este tipo de anuncios en televisión e incluso en redes sociales, pero son insuficientes. Le explico por qué.

La norma vigente establece que los comerciales de productos con alto contenido calórico no podrán transmitirse en televisión de lunes a viernes de 14:30 a 19:30 horas, mientras que los fines de semana dicha publicidad será restringida de 7:00 a 19:30 horas. Sin embargo -y aquí radica la debilidad más importante de la reforma al reglamento-, los productos no nutritivos se podrán continuar transmitiendo en las telenovelas, en programas de deportes, noticieros y series, cuya clasificación oficial o de origen no se considere apta para menores de edad, y en películas cuya clasificación oficial o de origen sea B, B15, C o D. Esto es, niñas y niños siguen y seguirán expuestos masivamente a esa publicidad, debido a que esa restricción horaria abarca la programación para todo público y no para los programas destinados a adolescentes y adultos (B, B15, C o D), y que se pueden transmitir desde las 16:00 horas.

Además, como se ha documentado ampliamente en los estudios de audiencias realizados por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), los programas que más ven niñas y niños en televisión abierta y de paga son casi los mismos que ven adolescentes y las personas adultas con excepción de las caricaturas; es decir, películas, telenovelas, noticiarios, revistas y programas unitarios (como La Rosa de Guadalupe) y en horarios sólo considerados para personas mayores de 15 años (véase el el reporte “Niveles de audiencia de niñas y niños, en televisión”, abril de 2024).

En el sexenio anterior y pese a los amparos ganados en esta materia, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) no hizo nada para revertir una abusiva imposición de la industria del sector y de las entonces poderosas televisoras al gobierno de Enrique Peña Nieto, consistente en acotar los horarios considerados en la televisión para las audiencias infantiles y ampliar los horarios destinados para programación clasificada para adolescentes y adultos (consúltese los lineamientos de clasificación de contenidos audiovisuales, publicados por SEGOB el 21 de agosto de 2018 y modificados el 14 de febrero de 2020). Todo ello con el fin, justo, de estar en posibilidades de transmitir los anuncios de alimentos no saludables en los programas supuestamente dirigidos a este último sector de la población, pero que ven millones de niñas y niños durante las tardes y las noches.

Además de ya no permitirse los anuncios de comida chatarra antes de las 21 horas, México debe avanzar en una regulación más amplia de los anuncios de comida chatarra en la calle, el transporte público y las redes sociales, donde *influencers*, medios digitales y marcas han encontrado una nueva forma de publicidad persuasiva, que viola las reglas más elementales de la ética y la obligación de diferenciar la información de la publicidad.

El Comité de los Derechos del Niño, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha señalado que los derechos de las infancias se ven afectados cuando “las prácticas manipulativas de marketing promueven un beneficio económico aprovechando las vulnerabilidades de los niños, incluidas sus emociones, y su capacidad limitada para procesar y evaluar información”. Agrega que “el uso de datos personales y las técnicas de los medios digitales permiten a las marcas influir en los niños, al mismo tiempo que aumentan las ganancias a bajo costo. Estas prácticas constituyen, por tanto, una forma de explotación económica”.

Al respecto, la colega periodista de PopLab, Kennia Velázquez, escribió el reportaje “Infancias desprotegidas frente al agresivo mercadeo de alimentos chatarra” (15 de agosto de 2023), que le invito a releer para exigir una regulación más efectiva en esta publicidad, así como la realización de más campañas para el consumo crítico y denuncia de estos anuncios, el fortalecimiento de las políticas públicas sobre el etiquetado frontal de alimentos y bebidas, la prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas y el uso de personajes infantiles, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas en las etiquetas de los productos preenvasados con sellos de advertencia o leyendas de edulcorantes.

NAVEGANDO POR EL ÉTER

Al encabezar el homenaje internacional a la maestra Beatriz Solís Leree, el rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana, José Antonio De Los Reyes, destacó que el legado de la académica ha sido esencial para fortalecer el marco legal que regula los medios de comunicación y las telecomunicaciones en el país. Desde su labor en la generación de conocimiento en la Institución, hasta su papel como defensora de las audiencias “ha sido una incansable promotora del derecho a la información y de la responsabilidad de los medios de comunicación”. Dicho homenaje lo organiza la Cátedra UAM-Canal 22-Radio Educación sobre Medios Públicos, bajo el marco de los 50 años de la UAM, los 30 años de Canal 22 y el centenario de Radio Educación… Se ha confirmado la salida de Eduardo Fernández en la dirección general del Canal del Congreso. Su puesto ya es ocupado, de manera interina, por Raúl Paz Alonso. En los próximos días la Comisión Bicamaral del Canal del Congreso aprobará su nombramiento.