
Autores:

Morir en la calle: escenas de una pandemia fuera de control con decesos en Irapuato y León
Con la capacidad hospitalaria superando el 60%, el estado de Guanajuato registra 569 defunciones por COVID en la última semana en hospitales y domicilios, y ahora, en vía pública
El cuerpo inerte de un hombre de 56 años yace sobre el cemento caliente por el sol del estacionamiento de un banco entre la calle Emilio Carranza y el bulevar Lázaro Cárdenas, en Irapuato. A escasos 20 metros, su esposa lo contempla tras la cinta amarilla que marca la impactante escena.
Hacía apenas unos instantes, ambos hacían fila para ingresar a los cajeros automáticos, cuando el hombre inesperadamente se desvaneció. La gente de la fila se hizo a un lado y su único auxilio fue el de su familiar.
Dos días antes se había realizado la prueba para COVID-19 y estaban en espera de los resultados.
A más de 60 kilómetros, en las afueras del Instituto Mexicano del Seguro Social del bulevar López Mateos de León, otro hombre de 63 años de edad falleció cuando recibía atención médica.
En ambos casos, el Ministerio Público que se presentó a tomar conocimiento de estas muertes liberó los cuerpos de inmediato, mismos que fueron trasladados por el personal de las funerarias que los llevaron al crematorio donde esperarán su turno.
Con los hospitales llenos, personal médico cansado pero dando su máximo esfuerzo, un sistema de salud por colapsar por el número de hospitalizaciones, los aumentos positivos de COVID-19, las largas filas en las empresas expendedoras de oxígeno médico, las funerarias y crematorios al tope, estas dos escenas forman parte del crítico panorama que exhibe la pandemia en Guanajuato.
Ahora las personas fallecen en la calle.
Al primero de febrero, la Secretaría de Salud reportó el 62.6% de la capacidad hospitalaria con 1,519 camas ocupadas y disponibles, 907. En cuanto a los contagios, Guanajuato reportó 109 mil 719 casos confirmados y 8 mil 308 defunciones.
A la par, el personal médico que desde hace un año comenzó la lucha contra el COVID-19 se encuentra cansado y ha hecho diversos llamados a la población desde sus cuentas privadas. 12 mil 637 profesionales de la salud se han contagiado y al menos 11 han fallecido. Incluso las largas filas en las empresas expendedoras de oxígeno médico al tope y que ha obligado a los municipios a ser solidarios y están han optado por dotar del insumo a los familiares de los pacientes. Hasta que el oxígeno alcance.

De la sorpresa a la tragedia
Mientras esto pasa, en las calles se suman escenas sorpresivas. A las 11:15 horas del miércoles, el hombre fallecido en Irapuato y su esposa estaban formados en la fila para ingresar a los cajeros automáticos del banco Santander ubicado en la esquina del bulevar Lázaro Cárdenas y la calle Emilio Carranza, cuando el hombre se desvaneció, ante las miradas de las personas que se encontraban en el lugar.
Al caer en el suelo, su esposa fue su único auxilio. Algunos llamaron al 911 solicitando una ambulancia. Paramédicos de Cruz Roja confirmaron el deceso, se acordonó el área y en esta ocasión no hubo muchedumbre, las decenas de curiosos o espectadores que suelen aglomerarse en situaciones como ésta.

Policías municipales acordonaron la zona. Más tarde agentes investigadores de la Fiscalía General de Guanajuato arribaron por unos minutos, dialogaron con los policías y familiares, luego se retiraron.
La esposa se encontraba detrás de cinta. Sin dejar de mirar el cuerpo de su marido, relataba a los funcionarios que el pasado lunes él se hizo la prueba de COVID-19 tras tener varios síntomas, pero los resultados aún no los tenían. Este miércoles se sintió un poco mejor, respiraba sin mucha dificultad, pero sin esperarlo se desvaneció.
Finalmente, poco antes del mediodía, arribaron dos hombres empleados de una funeraria en una carroza fúnebre, usando cubrebocas y guantes. Bajaron de la unidad, se colocaron el traje Tyvek de color blanco, se rociaron desinfectante, bajaron un ataúd de color blanco y lo colocaron a un costado del cuerpo inerte.
Tras varios intentos por meter el cuerpo y no lograrlo, esperaron la ayuda de un tercer compañero que por las prisas no usó el traje. La escena impactó.
Los dos primeros se quitaron el traje especial, se volvieron a rociar desinfectante y partieron rumbo al crematorio donde el cuerpo tendrá que esperar para ser incinerado.

Los trabajadores de las diversas funerarias se exponen a ser contagiados y a más de alguno, los contagios se han extendido a toda la familia.
Un hombre quien por más de 20 años ha trabajado vendiendo servicios funerarios en Irapuato, desde que comenzó a realizar los servicios de muertes por COVID, ha resultado negativo, sin embargo la enfermedad la ha vivido de cerca: primero se enfermó su mamá, después dos sobrinos y una hermana, le siguió su hijo y su nuera, después su esposa y su nieta, ahora solo su hijo se encuentra aislado. Recordó que cuando se enfermó su esposa fue confinada a un cuarto de la casa.
Dos horas antes, pero en el municipio de León, un hombre de 63 años de edad fue trasladado por sus familiares al Instituto Mexicano del Seguro Social ubicado sobre el bulevar López Mateos, “llegó un paciente enfermo, pero no lo quisieron atender, agonizando afuera de la clínica del Seguro Social y falleció el señor”. Ahí también arribó el Ministerio Público y liberó el cuerpo al ser muerte por COVID-19 y el personal de la funeraria fue quien trasladó el cuerpo al crematorio, informó Christian Ureña, presidente de la asociación de funerarias en León.
Se incrementan los servicios funerarios
Ureña explica que a lo largo de este año varios entre su personal ha renunciado, algunos por miedo a contagiarse y otros por exceso de trabajo, luego que en un promedio mensual el grupo Ureña realizaba entre 120 y 150 servicios, pero con la llegada de la pandemia hoy realizan un promedio de 400 servicios.
Al ver el número de muertes en el mundo y antes que se incrementaran los casos en el país y el estado, Ureña quien pertenece a un networking de carácter mundial, en diciembre de 2019 contactó a una persona en España quien les proporcionó los protocolos autorizados por la Organización Mundial de la Salud, que es el uso del traje Tyvek desde la recolección del cuerpo, caretas guantes, cubrebocas y desinfectar el vehículo. Su primer servicio de COVID fue en enero de 2020.
“Es el protocolo que hemos seguido porque el primer acercamiento que tuvimos nosotros por parte de las autoridades fue en el mes de abril, imagínate si nos hubiéramos esperado”.
En julio de 2020 en un día tuvieron hasta 21 cuerpos, ahora con esta segunda “ola” de contagios y muertes han brindado 54 servicios en un día.
Seguir protocolos para evitar contagios, pide el presidente de los funerarios, porque sigue “habiendo fiestas, reuniones, mucha gente asintomática. Hoy tuvimos el fallecimiento de una persona cercana a una colaboradora, quien decía que no creía (en el COVID) hasta que se murió su papá. Ya para qué... esto es real, ve los hospitales cómo están abarrotados, esto está fuera de control tanto de las autoridades sanitarias que no han sabido manejar la pandemia como la gente irresponsable que sigue creyendo que esto no existe”.
Para el empresario del grupo funerario no hay de otra: “se necesita una labor de todos, una pandemia se extiende con responsabilidad de todos y somos nosotros y gobierno, por eso México en cuanto al número de habitantes somos el peor país en todo, en muertes de COVID, el peor país con más enfermos, el sistema colapsado. Todo está peor".
Cifras
Esta semana, la entidad sumó 3 mil 166 nuevos contagios de COVID y 569 decesos, aunque en ese lapso se registró el récord de defunciones en 24 horas, del 29 de enero, con 184 muertes.

Mientras los casos nuevos en los últimos catorce días han bajado drásticamente, llegando a 9 mil 570, los casos activos se repitieron por segundo día consecutivo, ascienden a 4 mil 297.
Las hospitalizaciones a la fecha ascienden a 987, de las cuales, 108 son de pacientes en condición crítica.
Para más información, consulta nuestro centro de datos:
3 de febrero de 2021, 17:32
Explora más contenido de este autor
Descubre más artículos y perspectivas únicas
