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12/14/2025
Once TV, el inicio del sexenio y los cambios en los medios

Once TV, el inicio del sexenio y los cambios en los medios

Celebro la postura de Once TV de informar a las audiencias de los cambios que hace y hará. En una época donde la transparencia y la rendición de cuentas son valores esenciales en la gestión pública y privada, los medios de comunicación no pueden quedarse atrás.

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    En su legendario libro “Los medios de difusión masiva en México”, Fátima Fernández Christlieb afirma que los cambios en los medios suelen ocurrir en momentos de coyuntura política o ante la necesidad de los grupos empresariales para expandirse o adquirir más poder. Si bien la connotada investigadora se refería a la prensa diaria, el planteamiento aplica también para los medios electrónicos y ahora los medios digitales.

    Medios comerciales y públicos viven reacomodos ante la llegada del nuevo gobierno. Es lógico. Se trata de una oportunidad de oro para renovar programación o replantear líneas editoriales porque México ha cambiado políticamente en los últimos años de forma importante y hay nuevos consensos sociales que también deberían reflejarse en los contenidos que producen.

    La mayoría de los medios comerciales no supieron ni quisieron entender la transformación del país desde los inicios de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador y se enfrascaron en todo el sexenio en una guerra permanente en contra de su gobierno y su persona, por razones ideológico-políticas y empresariales (la disminución en la publicidad gubernamental fue un factor, por ejemplo).

    Apostaron todo a una fuerza política y fracasaron. Ejercieron, como nunca, su derecho de libertad de expresión, pero en muchas ocasiones sin los matices ni equilibrios necesarios para que las audiencias y los lectores conocieran la otra parte de la película. De ahí “la mañanera” con sus réplicas y desmentidos, así como la política editorial de los medios públicos y de los medios independientes de presentar paralelamente el otro México borrado por los medios afines a la oposición. ¿Resultado? El desprestigio y la disminución de la confianza al periodismo controlado por el puñado de familias que poseen la mayoría de los medios impresos y electrónicos en nuestro país.

    Un poco tarde, ya en los últimos meses del sexenio de López Obrador, diversos medios tomaron la decisión de prescindir de varios de sus analistas, conductores y columnistas. Por ejemplo, Héctor Aguilar Camín, Denise Dresser y Jorge G. Castañeda se despidieron de “La hora de opinar”, de Televisa; Jorge Ramos, de Univisión; María Amparo Casar, de Excélsior y Radio Fórmula, Carlos Alazraky, también de Radio Fórmula, entre otros.

    Como era de esperarse, estos despidos han sido interpretados como actos de censura del gobierno de López Obrador. El presidente aclaró una y otra vez que él ni nadie de su equipo tuvo algo que ver con esos cambios. Ningún propietario ni directivo de esos medios transparentó su decisión, lo que abonó a la percepción de que hubo una mordaza y ha sido argumento de la oposición para reiterar lo mal que está México en ese y otros terrenos.

    Sin embargo, como decíamos, algunos medios no sólo intentan recuperar parte del terreno perdido ante las audiencias y sus lectores, sino también refrescar contenidos y llevar a las pantallas, estaciones de radio y periódicos nuevas voces, con claros objetivos políticos, comerciales y, esperamos, para abonar a la información veraz y la pluralidad.

    HASTA PRONTO “PRIMER PLANO”

    En el caso de Once TV, el pasado lunes, último día del sexenio, la televisora pública informó que “hará una pausa en la transmisión de ciertas producciones”, lo cual coincide con el término de los contratos de los participantes en programas de opinión. También precisó que “dicha interrupción dará pie a un periodo de análisis y rediseño de la barra de opinión, la cual seguirá plenamente apegada a la libertad de expresión”.

    De esta manera, uno de los programas emblemáticos “Primer plano” saldrá del aire hasta nuevo aviso. Algunos de sus participantes, como Sergio Aguayo, Leonardo Curzio y José Antonio Crespo, al igual que varios de sus seguidores, se han dado a la tarea de generar la idea, como en los casos antes citados, que son víctimas de la censura por su visión crítica sobre el movimiento de transformación y desacreditar así a los gobiernos entrante y saliente.

    Me parece una postura irresponsable y poco ética. Once TV les abrió las puertas por muchos años y con salarios que muchos reporteros, redactores o analistas, que trabajan de tiempo completo para sus respectivos medios, ya quisieran. Y obvio, muchos mexicanos. Además, con rumores, pretenden minar el prestigio de una espléndida televisora pública, que con sus vaivenes, como todo medio público, ha logrado incrementar sustancialmente sus audiencias con programas de calidad. Pero no lo lograrán.

    Once TV decide los cambios con base en sus facultades legales. Sus directivos sabían que tendría un costo político, pero lo hacen en aras de fortalecer aún más sus contenidos. Es un hecho que debemos reconocer y dar un voto de confianza a Renata Turrent, nueva directora de la televisora del IPN, y a su equipo de trabajo.

    Cuando tuve la oportunidad de dirigir Radio Educación, también hicimos modificaciones a la barra de programación con el propósito de cumplir de una mejor manera con los principios de los medios públicos (pluralidad, diversidad, inclusión). Nos costó mucho trabajo concretar los cambios y también fuimos señalados de censura política, pero no fue así. Por el contrario, logramos ampliar las temáticas y las visiones sobre el país y el mundo.

    Desafortunadamente, hay quienes piensan que los espacios que se ocupan en los medios son permanentes e inamovibles. Grave error. Por eso, cuando se notifica que terminó un ciclo o bien se recomienda hacer cambios en los contenidos del programa o en determina participación, el fantasma de la censura gubernamental o empresarial aparece. En algunos casos, sí puede deberse a esas razones (como ocurrió con Carmen Aristegui en MVS Radio o con el mismo Leonardo Curzio en NRM Comunicaciones), pero en muchas otras no.

    “Primer plano”, así como el programa “Dinero y poder”, con Ezra Shabot, son una herencia de acuerdos políticos de sexenios anteriores. Lo sé. ¿Por qué mantener esos acuerdos? ¿en beneficio de quién? ¿de las audiencias? Por eso es necesaria su valoración y en la cual el Consejo Ciudadano de Once TV puede hacer un buen aporte.

    Para quienes extrañarán a dichos analistas en Once TV, los podrán seguir viendo, escuchando y leyendo en otros espacios mediáticos, con su agenda y su visión. ¿Cuál censura? También en sus redes sociales, cuyo alcance es importante gracias al empuje de los medios de comunicación en los que han trabajado durante muchos años.

    Celebro la postura de Once TV de informar a las audiencias de los cambios que hace y hará. En una época donde la transparencia y la rendición de cuentas son valores esenciales en la gestión pública y privada, los medios de comunicación no pueden quedarse atrás.

    Los medios públicos, especialmente, deben respetar los derechos de las audiencias. Como se sabe, estos medios se financian con recursos de la ciudadanía, y es lógico que la audiencia exija saber qué motiva los cambios en la programación. Si un programa desaparece, como es el caso; si se cambia de horario o si se le da un nuevo enfoque, las razones detrás de estas decisiones deben ser conocidas por radioescuchas y televidentes.

    Esta práctica no debe limitarse a los medios públicos. Como se ha dicho, televisoras comerciales como Televisa, TV Azteca o Imagen Televisión, también podrían contribuir a un clima mediático más abierto y confiable. Al final del día, las audiencias también sostienen a los medios comerciales mediante su consumo, lealtad y la publicidad de los entes públicos. Si desean conservar la confianza de esas audiencias, harían bien en entender que los rumores deben ser superados con transparencia. En eso también radicaría su propia transformación.

    NAVEGANDO POR EL ÉTER

    Emocionante lo ocurrido ayer durante la toma de protesta de la doctora Claudia Sheinbaum como presidenta de México. La transmisión en vivo en cadena nacional de radio y televisión es una muestra contundente de la relevancia de los medios tradicionales en actos como estos. Los medios públicos, coordinados por el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), hicieron una labor fundamental para llevar los detalles del momento histórico que vivimos desde muy temprano. El poderoso mensaje de la nueva titular del Poder Ejecutivo llegó así a millones de hogares del país. Es tiempo de las mujeres y de su empoderamiento. Los medios también deberán reflejar en las pantallas, en las cabinas de radio, en las páginas de los periódicos y las revistas, esta paridad y erradicar plenamente la violencia o la discriminación hacia ellas. La presidenta también refrendó su compromiso con la libertad de expresión y el objetivo de tener un México cada vez más conectado a través de Internet… Los días 7 y 8 de octubre Radio Universidad de Oaxaca celebrará sus primeros 60 años de vida. Para ello organizará el foro “La comunicación pública, indígena y afromexicana: retos y oportunidades”, al que han sido convocados representantes de las radios indígenas y afromexicanas de la entidad. El proyecto radiofónico de la Universidad Autónoma Benito Juárez se ha caracterizado por su estrecha colaboración con las comunidades a las que sirve, su independencia y su visión crítica. Muchas felicidades a esta destacada radio universitaria, de las más antiguas del país.

    1 de octubre de 2024, 18:31

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