Para organizaciones sociales que participan en el programa Tocando Corazones, sustituto del Fidesseg, aún persisten deficiencias sobre todo en materia de transparencia para asignar recursos. No obstante,reconocen avances que han hecho menos burocrático el registro de proyectos

Desde ambigüedades en las reglas de operación hasta incertidumbre en la conformación del Grupo Especializado de Evaluación, compuesto por académicos, representantes de la sociedad civil, iniciativa privada y gobierno, son algunos de las controversias que plantean voceros de la sociedad civil organizada, como Belém Calderón, directora de Comunidad Loyola, y David Herrerías, director de Autogestión y Educación Comunitaria (Auge). 

“Parece que en algunos casos, los proyectos se siguen evaluando a partir del desconocimiento de lo que está sucediendo realmente en las organizaciones y el trabajo en los contextos y realidades que acompañamos”, sentenció Belem Calderón, quien además encabeza la Coordinadora de Organizaciones de la Sociedad Civil (Cosoc).  

A esta crítica se suman los señalamientos de colectivos feministas como Verde Aquelarre, que a través de redes sociales cuestionó la asignación de recursos a Vida y Familia AC (Vifac), organización creada en Guanajuato, pero con presencia a nivel nacional, cuya labor, ampliamente documentada por periodistas y personas defensoras de derechos humanos, es hacer desistir mediante engaños y amenazas a las mujeres y personas gestantes de tomar una decisión informada respecto a la continuidad o interrupción de sus embarazos.

Apenas a dos días de darse a conocer los resultados de la convocatoria, este lunes 22 de septiembre la organización Educación Integral para la Transformación Social, conocida como Editras, denunció públicamente el supuesto reparto inequitativo de los recursos de Tocando Corazones. En su primera entrega, el programa social contempla una bolsa de 1 mil 167 millones de pesos para ser distribuidos entre al menos 250 proyectos sociales. 

En una rueda de prensa al exterior de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato (Prodheg), Érika Flores Terrones, directora y fundadora de la asociación, hizo pública su inconformidad y señaló haber recibido sólo una cuarta parte de los recursos solicitados para ejecutar un proyecto relacionado con la construcción de entornos protectores para niñas, niños y adolescentes en contextos de violencia. 

De los 4.2 millones de pesos solicitados por Editras para la adquisición de dos camionetas y el pago de servicios profesionales de terceras personas, entre otros gastos, el Comité Especializado de Evaluación del programa determinó darle 1.3 millones de pesos.

Ante los medios de comunicación, Erika Flores denunció que las prácticas de acumulación de recursos por parte de pocas organizaciones civiles que fue criticada durante el funcionamiento del Fidesseg se mantiene vigente con el programa operado por la Secretaría del Nuevo Comienzo (Senco). 

La activista puso como ejemplo a la Fundación Teletón, que obtuvo más de 38 millones de pesos por concepto de “proyecto de continuidad”, que incluye adquisición de equipamiento e insumos; mantenimiento, ampliación y remodelación de inmuebles, así como el pago de servicios profesionales.

“Desde la convocatoria se deben plantear las problemáticas que se van a atender con ese recurso y priorizar las que son más urgentes para nuestro estado, por ejemplo, niñas, niños y adolescentes. Sin embargo al abrir una convocatoria a todas las asociaciones, entra por ejemplo Cruz Roja, a la cual consideramos que no le corresponde este tipo de participación. Ellos también necesitan cosas, pero entra en un tema de salud, este recurso es para abonar a las causas más importantes de la sociedad. No podemos empezar con las mismas situaciones de antes”, expresó Flores Terrones. 

Luego de nueve meses de enfrentamientos que pasaron de los posicionamientos a los tribunales, en julio pasado, los empresarios que habían manifestado su desacuerdo con la extinción de Fidesseg lograron recuperar su influencia en las decisiones sobre el manejo del fondo, al alcanzar un acuerdo con la gobernadora Libia Dennise García. Recuperada la sinergia entre gobierno e iniciativa privada, la Secretaría del Nuevo Comienzo tuvo luz verde para lanzar convocatoria del programa Tocando Corazones el pasado 6 de agosto.

 “Me parece que las reglas de operación no estaban lo suficientemente claras, había muchas ambigüedades y esas ambigüedades me parece que permitieron a muchas asociaciones imaginar que podían solicitar muchas cosas. A la hora de la verdad me parece que tuvieron que cerrar la llave y eso genera muchísimas inconformidades”, agregó al respecto David Herrerías, director de Auge, en entrevista para POPLab.

“Eran las reglas del juego”: SENCO

Cuestionada por medios de comunicación, la secretaria del Nuevo Comienzo, Rosario Corona Amador, refirió que en el caso de Editras, la organización no justificó debidamente el uso de los vehículos para los cuales solicitó recursos públicos, por lo que el monto otorgado fue ajustado a las especificidades del proyecto que la persona evaluadora detectó debían cubrirse. La funcionaria afirmó “categóricamente”, que además de esta asociación, no han recibido más solicitudes de audiencia por inconformidades. 

“El dictamen y el proyecto es público, no hay nada qué esconder. De acuerdo a las reglas de operación, la convocatoria te da las reglas del juego y tú decides si quieres participar con esas reglas”, sostuvo en entrevista el pasado martes, durante el primer informe de gobierno de la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez. 

Respecto a la asignación de recursos y ajustes en los montos para algunos proyectos, Corona Amador explicó que, de los 212 proyectos aprobados, 132 tuvieron ajustes presupuestales por el Comité Especializado de Evaluación. Sólo 80 proyectos recibieron el cien por ciento del recurso solicitado. 

“Estamos muy tranquilos con el proceso porque fue muy transparente, fue a la vista de todos ustedes y en todos los momentos aparte de especialistas, estuvo el comité de selección de proyectos, ya vamos a avanzar en el siguiente paso que es la firma de asignación de recursos”, declaró la titular del Nuevo Comienzo. 

Al ser cuestionada por los señalamientos de colectivas feministas por otorgar recursos a Vifac, Rosario Corona respondió que “no identificaba la situación en concreto”. Sin embargo, reconoció que el presupuesto solicitado por la organización fue ajustado por considerar que el monto de los salarios presentados en el proyecto eran elevados respecto a los tabuladores comerciales. 

Aciertos y áreas de oportunidad 

Más allá de los avances que trajo consigo la centralización del fondo que hasta 2024 fue operado por la figura de un fideicomiso, para Belén Mercado Calderón, directora del Centro Loyola, el proceso del programa Tocando Corazones “muestra que urge legislar o reformar el modelo”.  

Entre los aciertos, se encuentra el uso de una plataforma virtual para la postulación de proyectos de la sociedad civil, así como para su evaluación por parte del Comité Especializado. 

De acuerdo con la defensora, desde la COSOC existe una percepción positiva del diálogo entre las organizaciones y el gobierno del estado, luego del distanciamiento que trajo consigo la extinción del fideicomiso. Durante el mes de septiembre, representantes de la sociedad civil han participado en mesas de trabajo en el Congreso del estado para discutir la iniciativa de la gobernadora Libia García que pretende establecer en la ley la operación del programa Tocando Corazones. 

Sin embargo, en la primera ejecución del programa social, la ambigüedad de la convocatoria y la poca claridad de los criterios de selección de quienes integraron el Comité de Evaluación, ha sido motivo de cuestionamientos entre las organizaciones.

“Algo que nos parece importante es saber cuál fue el proceso para elegir a las personas que evaluaron como representantes de la organizaciones de la sociedad civil, porque este proceso no fue transparente. Lamentablemente no sabemos cómo se asignaron estos lugares de representación y creemos que tiene que ser mucho más representativo y participativo en estos procesos”, señaló. Belem Calderón.

Aunque afirmó que las organizaciones inconformes con los montos aprobados o proyectos rechazados deberán pedir cuentas a la Secretaría del Nuevo Comienzo, la defensora puntualizó la falta de perfiles idóneos para la evaluación de los proyectos. 

“Parece que en algunos casos siguen evaluando personas que no tienen ni los conocimientos ni la sensibilidad de los proyectos que son muy específicos”, reprochó.

De acuerdo con la defensora, las organizaciones aún no tienen certeza de cuándo podrán recibir el recurso que les fue aprobado, ante lo cual, desde la Secretaría del Nuevo Comienzo, les han pedido “ser pacientes”. Sin embargo, aseguró que en la Cosoc realizarán un diagnóstico para conocer la percepción y experiencias de las asociaciones en la primera entrega de Tocando Corazones.  

Para David Herrerías, la acumulación de recursos por parte de pocas organizaciones de la sociedad civil es algo que deberá regularse desde las reglas de operación. Pese a que calificó la integración del Comité de Evaluación como un acierto en aras de tener un proceso sostenido en opiniones técnicas, reiteró que sus bases de la convocatoria no fueron “lo suficientemente claras”.  

“Más allá de que pueda haber algunas asociaciones que otra vez recibieron muchísimo, habría que revisar si en las reglas de operación se puede regular éso, para que sea una repartición más equitativa, por un lado, pero también tenemos que cuidar que las asociaciones civiles tampoco abusemos”, expresó. 

En un ejercicio de autocrítica, Herrerías sostuvo que las organizaciones deben evitar que el recurso de Tocando Corazones se convierta en el único ingreso de las organizaciones, e hizo un llamado a no descuidar otras fuentes de ingreso. 

“Este fondo público lo que quiere es multiplicar o facilitar que siga fluyendo la participación del dinero privado para obras sociales, más no sustituirla”, concluyó.