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12/14/2025
¿Qué hacer con los libros malditos?

¿Qué hacer con los libros malditos?

La guerra por despojar de ideología a la educación está perdida, pero lo que sí podemos hacer, es reconocer cuáles son nuestros valores, el origen ideológico de ellos y desde la escucha, la empatía y el análisis crítico de los argumentos propios

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    Inicio esta columna citando la siguiente frase polémica: “Ahora soy niña. Soy mujer, cuando sea grande seguiré siendo mujer, seré una mujer siempre”. En este momento estoy seguro de que los lectores se han dividido en dos grupos, en una esquina los que se han indignado por lo falso del argumento y en la otra los que se han indignado por definir como polémica una verdad tan obvia. Pero antes de que me dejen de leer por irreverente les pido un poco de paciencia y solicito me den dos o tres párrafos más para amarrar un poco más la soga que me acabo de poner al cuello.

    Primero respondamos esta pregunta, ¿una persona que nació físicamente mujer puede dejar de ser mujer? Si partimos de la genética y definimos a una mujer como una persona cuyos cromosomas son XX, quien nace mujer siempre será mujer (punto para quienes consideran la frase como verdadera). Sin embargo, si para definir lo que es mujer partimos de la psicología, los caracteres físicos externos, y los consensos sociales y jurídicos; sí es posible que una persona que nace físicamente mujer pueda dejar de serlo (punto para quienes consideran la frase como falsa).

    Así que podemos decir que esta afirmación es al mismo tiempo verdadera y falsa. Entonces, ¿qué hacemos ante esta afirmación de Schrödinger?

    Para desenmarañar este embrollo, y no quedarnos en un agree to desagree, primero necesitamos definir qué se entiende por mujer, y para lograr eso hay que pasar por el tortuoso y despreciado proceso de diálogo, que nos obliga a utilizar y agudizar nuestras capacidades de escucha, empatía y análisis crítico.

    La frase citada al inicio pertenece a un libro repartido en las escuelas por el gobierno de Chihuahua, y que sirvió de ejemplo para que Marx Arriaga, director general de Materiales Educativos de la SEP, expusiera cómo los poderes hegemónicos utilizan los libros de texto para socializar sus prejuicios, distribuyéndolos en las escuelas sin antes pasar por el proceso de aprobación de la SEP y que, por lo tanto, deberían considerarse ilegales, de acuerdo con el artículo 170 de la ley General de Educación.

    ¿Quién puede oponerse a que se consideren ilegales? Se trata de proteger las mentes de nuestros niños.

    En el mismo tenor, pero en Florida, Estados Unidos, la ley HB 1467 promulgada por el gobernador republicano Ron DeSantis, permite a los ciudadanos objetar la presencia de libros en las escuelas, que a su juicio sean inadecuados. Bajo esta ley, ha sido retirado de los estantes, entre muchos otros, el libro “Y con tango somos tres”. Cuento que narra la historia verídica de una pareja de pingüinos homosexuales del zoológico de Central Park en Nueva York a los que se le dio un polluelo para su crianza. Siguiendo la lógica de Marx Arriaga, este libro podría ser un ejemplo de los poderes hegemónicos tratando de socializar su ideología de género.

    ¿Quién puede oponerse a que retiren los libros? Se trata de proteger las mentes de nuestros niños.

    Y es que, tal parce que la bonita costumbre de quemar y prohibir libros, que normalmente asociamos con las prácticas de la inquisición y gobiernos dictatoriales, se justifica cuando se trata de evitar que se discutan cuestionen que atenten contra nuestras posiciones ideológicas, posiciones, dicho sea de paso, que tienden a radicalizarse cuando nos sentimos amenazados por los otros.

    Lamentablemente, no existen libros carentes de ideología, no existen programas académicos libres de ideología, y aquí ni las matemáticas se salvan, porque no es lo mismo decir, si María tienen 3 manzanas y Juan le quita 2 ¿cuántas manzanas le quedan?
    A decir, si María tiene 3 manzanas y le vende 2 a Juan…
    A decir, si María tiene 3 manzanas y le regala 2 a Juan…
    A decir, si Juan tiene 3 manzanas y le comparte 2 a María…
    Imagino que ya entendieron el punto.

    La guerra por despojar de ideología a la educación está perdida, pero lo que sí podemos hacer, es reconocer cuáles son nuestros valores, el origen ideológico de ellos y desde la escucha, la empatía y el análisis crítico de los argumentos propios y de los otros, llegar a entendimientos. En lo personal, creo que practicar esta estrategia en las escuelas protegerá mejor la mente de nuestros niños, en lugar de dedicarnos a declarar ilegales o inmorales a libros cuya ideología de fondo es distinta a la nuestra, o por lo menos ese es mi muy personal e ideologizado punto de vista, ahora que, si usted no está de acuerdo, este es el momento de tirar de la soga.

    18 de marzo de 2023, 09:37

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