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12/14/2025
Quedó rechula la Casa de Gobierno

Quedó rechula la Casa de Gobierno

El tiempo, escaso interés y marcado abandono de los gobernadores panistas Felipe González González y Luis Armando Reynoso Femat, ocasionó un enorme deterioro en la edificación, hasta que llegó el gobernador priista Carlos Lozano de la Torre, quien ordenó restauración integral en diciembre de 2010

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    En marzo los trabajadores de la construcción llegaron al fraccionamiento Los Vergeles, para darle su manita —manota, mejor dicho— al domicilio alterno donde suele despachar la Gobernadora de Aguascalientes.

    La residencia, también conocida como Casa Aguascalientes, fue construida al inicio de la administración estatal (1980-1986) del priista Rodolfo Landeros Gallegos, de acuerdo al gusto refinado de su esposa, la apreciada Azul Verdugo.

    El tiempo, escaso interés y marcado abandono de los gobernadores panistas Felipe González González y Luis Armando Reynoso Femat, ocasionó un enorme deterioro en la edificación, hasta que llegó el gobernador priista Carlos Lozano de la Torre, quien ordenó restauración integral en diciembre de 2010.

    Para tales efectos, en el Portal del Gobierno del Estado, se publicó una “operación” de Obra Pública de Licitación restringida bajo las siglas OPEIRE.010-10 Paquete 01, correspondiente a la remodelación y adecuación de un “edificio público al norte de la ciudad”. El contrato de la obra fue firmado el 10 de enero de 2011 con una inversión autorizada por 8 millones 817 mil pesos con 36 centavos. Pero el gasto no paró ahí.

    Pero, de los mundanos excesos se escribió en La Jornada Aguascalientes (ya fallecida): “Comenzaron a circular en redes sociales notas acerca las extravagancias de los últimos moradores de la residencia, quienes supuestamente pagaron entre 16 y 60 mil pesos a la servidumbre que contrataron. La publicación recuerda que la familia Lozano-Rivera Río gastó 20 millones de pesos en remodelar, comprar muebles selectos e implementar un majestuoso jardín. Se habla también de la implementación de paneles solares de 200 millones y de la compra de un terreno aledaño para la construcción de un estacionamiento, por seis millones de pesos. Todo el gasto se hizo a discreción, aprovechando que no estaban obligados a licitar” durante el sexenio de El Progreso para Todos, empezando por el de ellos.

    Con el arribo de la nueva familia la vida cotidiana de los vecinos del fraccionamiento Los Vergeles se alteró con el trajín de propios y extraños —residentes y visitantes—, de patrullas y policías apostados en la esquina de Isabel La Católica y Las Américas, y de las aparatosas llegadas del gobernador Carlos Lozano de la Torre y su interminable convoy.

    Los días de las grandes comilonas —tres veces a la semana, en promedio— que se convertían en cenas. El caos empezaba a temprana hora, con el arribo de la camioneta de la empresa que entregaba las mesas y las sillas, los tablones y demás enseres a utilizarse más tarde.

    A la hora dispuesta los invitados entraban a la residencia de gobierno. Los solícitos choferes, de enormes y lujosas camionetas, dejaban a los esponjados funcionarios públicos en la puerta de madera que da acceso al jardín, sobre Isabel La Católica, ocasionando el congestionamiento vial y la obstrucción de la entrada y salida al fraccionamiento vigilado por una caseta de seguridad; algunos guarros ingresaban indebidamente a las calles para aguardar la salida de los jefes; los prepotentes, haciendo gala de sus desalineados modales, estacionaban el vehículo oficial afuera de la Casa, en lugar prohibido, según indicaba la raya amarilla pintada en la guarnición.

    La remembranza sirve de pretexto para enterar a la aldea que la administración de El Pequeño Gigante ordenó que la Casa de Gobierno fuera remodelada desde la azotea hasta los pisos. Por dentro y por afuera. Las áreas comunes y los espacios privados. Los jardines interiores y exteriores.

    Contrario al lance legal en tiempos del priista Lozano de la Torre, el gobierno panista omitió informar de la obra en un edificio público; publicar la convocatoria para la licitación —aunque fuera restringida— de la remodelación; y el monto del gasto solventado con los impuestos pagados por los contribuyentes. El proceder forma parte de la sinfonía que suelen tocar los gobiernos panistas en los auditorios de la opacidad.

    Los vecinos esperan que el Primer Matrimonio del Estado —del guanajuatense Luis Alberto Villarreal García y la mexiquense María Teresa Jiménez Esquivel—, no sigan el ejemplo de Carlos y Blanca Esther Lozano, y las buenas maneras recomendadas en El Manual de Carreño, formen parte de la sana convivencia en Los Vergeles del municipio de Aguascalientes.

    La Casa de Gobierno quedó rechula con el dinero ajeno, por supuesto.

    Porque alguien tiene que escribirlo: Apenas concluyó la Feria de San Marcos 2023. Todavía con la resaca a cuestas. A punto de guardar en el baúl los recuerdos el PAN y circo organizado por El Pequeño Gigante. Y los datos de México ¿Cómo vamos? regresan a Aguascalientes a la negra realidad cultivada por los gobiernos panistas de Martín Orozco Sandoval y María Teresa Jiménez Esquivel.

    Mientras 20 estados lograron escalar el nivel de actividad económica que tenían previo a la pandemia, entre ellos, Tabasco (18.35%) y Oaxaca (14.1%) que se anotaron los mayores avances en el cuarto trimestre de 2022, comparado en el primer trimestre de 2020, Aguascalientes registró una variación negativa de 6.9%; del 4T de 2021 al 4T de 2022 la pobreza laboral aumentó de 34.8% a 39.9%, superior al nivel nacional de 38.5%; y la tasa de crecimiento anual está en el infierno al anotar el -1.3% al 4T de 2022.

    Pero el régimen le sigue apostando a la industria manufacturera, al PAN y circo. Al gasto populista. Al liviano proceder. Allá ellos.

    marigra1954@gmail.com

    23 de mayo de 2023, 20:07

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