La labor de colectivos de búsqueda de personas como Hasta Encontrarte y su Brigada independiente han mostrado el desolador panorama de la desaparición de personas en Guanajuato, pero es la que ha ayudado a encontrar, así sea sin vida, a aquéllos a quienes se esperaba en casa, como a Salomé.

De enero a octubre del presente año, la Brigada ha realizado 147 búsquedas; en una de ellas, efectuada en septiembre, localizaron una fosa en las inmediaciones de la comunidad El Conejo de Irapuato, donde estaban los restos de Salomé, una mujer que al momento de desaparecer tenía ocho meses de embarazo.

Salomé dejaba a su primera hija con sus familiares para después dirigirse a la Central de Abastos de Irapuato en donde trabajaba transportando mercancía en su camioneta.

El 23 de agosto, civiles armados la sustrajeron con violencia de una casa, junto con otras dos mujeres y un hombre; todos eran amigos y compañeros. Desde entonces su familia la buscaba, hasta que a finales de septiembre, la brigada independiente les informó del hallazgo.

Han pasado por lo menos siete años desde que comenzó a escalar y a conocerse la violencia en Guanajuato, la pelea entre los cárteles por este territorio al que llegaron los asesinatos y la desaparición de personas, mientras que las autoridades estatales decían que no había desaparecidos.

Después negaron la existencia de fosas clandestinas; sin embargo, este cúmulo de delitos han sido demostrados como una realidad.

Desde que inició la guerra contra el crimen organizado en 2007, los entierros ilegales se han multiplicado hasta abarcar casi una cuarta parte de los municipios del país. En el sexenio del presidente López Obrador se han localizado 2,864 fosas clandestinas.