Por los escombros de la inmoralidad. La ambición perversa. El control parcelario de la administración pública. La visión patrimonialista de los estipendios públicos. El afán de entregar a la familia cargos burocráticos y de elección popular. Quedaron sepultados los ideales del PAN fundado el siglo pasado por el respetado Manuel Gómez Morín.

A partir de 2019, con la llegada de la mexiquense María Teresa Jiménez Esquivel a la Presidencia Municipal de Aguascalientes, los clanes familiares en el PAN se han consolidado para hacer suya la partitura del nepotismo.

La joya de la doble moral azul es Enrique de la Torre de la Paz (alias Kike), secretario de Comunicación Social y Vocería del gobierno estatal, quien a escasos 17 días de haber tomado posesión la gobernadora Jiménez Esquivel, nombra a su hermana, Sofía de la Torre de la Paz, jefa del Departamento Jurídico de la dependencia a su cargo, de acuerdo a la “Propuesta para la valoración de movimiento de personal al servicio del gobierno de estado”, firmada y tramitada por de la Torre de la Paz y Raquel Soto Orozco, secretaria de Administración, entre otros funcionarios; a Sofía se le asigna la categoría 80C de la Jefatura con un sueldo de 23 mil 793 pesos con 18 centavos.

Como puede observarse en el documento de alta, que se publica a continuación, le cambiaron el apellido paterno a Sofía por el de “Torres” en lugar de “de la Torre”: ¿Fue producto de la reiterada ineptitud de los funcionarios? ¿Fue intencional para despistar a la transparencia? ¿Fue un grave error (horror) que debió tener consecuencias jurídicas y administrativas para la beneficiada?

El bondadoso hermano le autoriza a su consentida hermana, para este año, el ascenso para ubicarla en el nivel 85C de la Jefatura con un salario de 31 mil 107 pesos con 55 centavos; a tan sólo 15 meses de asumir el cargo, la abogada egresada de la UAA ve reflejado en su tarjeta de nómina un descomunal aumento de 30 por ciento. Nada mal.

El 13 de diciembre de 2022, Sofía presenta su Declaración Patrimonial 2022, donde, bajo protesta de decir verdad, informa —no sé si con pena— que se parece a los encuerados angelitos que Dios mandó al mundo, porque no tiene bienes muebles, bienes inmuebles, vehículo automotor, inversiones, cuentas bancarias y otro tipo de valores; por otra parte, reconoce adeudos al ISSSPEA (préstamo personal de mil 500 pesos), a Banamex por 35 mil pesos (tarjeta de crédito) y, “por ser parte de su vida”, a Liverpool por 10 mil pesos (tarjeta de crédito).

Enrique de la Torre de la Paz al nombrar a su hermana Sofía jefa de Departamento, está violando lo dispuesto por la Ley General de Responsabilidades Administrativas (LGRA), que en su artículo 63 Bis señala: “Cometerá nepotismo el servidor público que, valiéndose de las atribuciones o facultades de su empleo, cargo o comisión, directa o indirectamente, designe, nombre o intervenga para que se contrate como personal de confianza, de estructura, de base o por honorarios en el ente público en que ejerza sus funciones, a personas con las que tenga lazos de parentesco por consanguinidad hasta el cuarto grado, de afinidad hasta el segundo grado, o vínculo de matrimonio o concubinato”.

En consecuencia, el funcionario público está cometiendo una “falta administrativa grave”, por lo que debería de abstenerse de realizarla, mediante cualquier acto u omisión, de acuerdo a las conductas previstas en el capítulo II de la LGRA.

El precepto 78 de la citada Ley establece como sanciones la suspensión del empleo, cargo o comisión (de treinta a noventa días laborales); destitución del empleo, cargo o comisión; sanción económica; e inhabilitación temporal para desempeñar empleos, cargos o comisiones en el servicio público y para participar en adquisiciones, arrendamientos, servicios u obras públicas.

Como es bien sabido, la gobernadora Jiménez Esquivel ordenó a la Secretaría de Administración que a partir de las jefaturas de departamento, todo nombramiento deberá autorizarlo de puño y letra.

Por lo tanto, la mexiquense es cómplice de la “falta grave administrativa” cometida por de la Torre de la Paz, que con la inmoral conducta omite la observancia de la fracción VII del artículo 14 del Código de Ética de la Administración Centralizada del Estado de Aguascalientes, al seleccionar, contratar y designar a su hermana Sofía en la dependencia a su cargo.

El propio Código, en el precepto 25, señala que a la Contraloría del Estado “le corresponde sancionar cualquier acto u omisión que quebrante la disciplina y respeto que, en apego a este Código, deben observar los Servidores Públicos, esto de conformidad con los artículos 109, fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como 10 párrafo segundo y 49 fracción I de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, artículo 2 párrafo primero y cuarto y artículo 36 fracción I de la Ley de Responsabilidades Administrativas del Estado de Aguascalientes”.

Manuel Gómez Morín, aquel 7 de enero de 1940 en Tampico, Tamps., dejaba en claro que “la acción política es eminentemente ética; la moral rige a la política y al político más que al individuo privado y que a la conducta individual”. El fundador del PAN debe estarse revolcando en su tumba, pero eso es lo de menos para los corruptos azules de Aguascalientes.

Para ser torero hay que parecerlo; para ser honesto hay que serlo.

Porque alguien tiene que escribirlo: El oficio profesional de Jennifer González destaca a nivel internacional. Es la primera periodista nacida en Aguascalientes en recibir el premio Ortega y Gasset a la mejor cobertura multimedia, por el trabajo Ciudad sin agua, un pueblo contra el gigante de Concreto, publicado por N+Focus, en coautoría con Alejandro Melgoza.

La conozco desde que empezó hacer camino al andar, como reportera seria, rigurosa, incisiva y honrada en la aldea; después salió de Aguascalientes para dedicarse al periodismo de investigación laureado recientemente.

Entre sus diversos trabajos destaca de sobremanera La caja negra de Aguascalientes, publicado por Mexicanos contra la Corrupción y la impunidad, el 1 de junio de 2021, en coautoría con otra periodista aguascalentense, Mónica Cerbón, estrella de PopLab.

El éxito se forja día a día, como es el caso de Jenny González, que viajó hasta Barcelona, donde le fue entregado el premio Ortega y Gasset a la mejor cobertura multimedia. Enhorabuena.

marigra1954@gmail.com