Más preguntas que certezas dejó la sentencia que el Poder Judicial del estado emitió el 16 de enero contra Jesús Emmanuel Quezada, “El Jordan”, a quien se responsabiliza de encabezar la peor matanza hasta hoy registrada en el estado de Guanajuato, en la que fueron asesinados 27 hombres en el centro de rehabilitación “Buscando el camino a mi recuperación” en Arandas, Irapuato.

Aunque testimonios de algunos de los sobrevivientes refieren que fueron 4 los responsables, la Fiscalía General de Justicia detuvo a tres como los presuntos multihomicidas.

Pero luego de 2 años y 6 meses de proceso judicial, Jesús Emmanuel es hasta hoy el único sentenciado, al que se le atribuyeron 25 de los 27 muertos, así como herir a 5 de los 6 hombres y mujeres que sobrevivieron el día del ataque, el 1 de julio del 2020.

Durante los dos años y seis meses que duró el juicio bajo la causa penal 1620-530, Jesús Emmanuel negó sistemáticamente haber cometido el multihomicidio. Inicialmente, argumentó que el día del ataque se encontraba en Celaya, trabajando como peluquero en la estética donde laboraba. La Fiscalía presentó datos de prueba de que se había cambiado el color del cabello. Así fue vinculado.

Tanto en el proceso judicial como en el comunicado que emitió para dar a conocer la sentencia, la Fiscalía resaltó una prueba fundamental: el cabello teñido de azul de “El Jordan”, lo que sirvió para su identificación, según las declaraciones que obtuvo la FGE de alguno de los sobrevivientes.

La Fiscalía también expuso su satisfacción por “la mayor sentencia registrada por la autoridad judicial en muchos años”, de 797 años y 6 meses de prisión, al acumular 29 años de cárcel por cada uno de los 25 asesinatos, más los 14 años y seis meses por cada uno de los 5 homicidios calificados en grado de tentativa. Aunque en realidad serán 60 años los que Jesús Emmanuel cumpla como pena de prisión, como sentencia máxima en Guanajuato.

En la carpeta de investigación, el único imputado por la masacre es Jesús Emmanuel Quezada. Los otros dos detenidos no se nombran, y aunque fuentes policiales informaron extraoficialmente que fueron procesados por otros delitos, se ignora su situación jurídica con respecto a este caso, que para la Fiscalía es ya un multihomicidio resuelto.

Quedan varias interrogantes: ¿Dónde están? ¿Siguen siendo considerados partícipes de esa matanza? ¿Qué delitos se les imputan? ¿Qué pasó con el cuarto hombre señalado por algunos de los sobrevivientes? Son dudas que no ha respondido la Fiscalía General de Guanajuato.

Mientras tanto, las familias de las víctimas han recorrido un difícil camino; muchas se desintegraron; padres, madres o hijos se enfermaron. Los familiares que todavía hablaron con POPLab dicen que sólo buscan cerrar ese devastador episodio, porque “sólo los que estuvieron ahí saben si él fue y qué fue lo qué pasó”.