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Sin supervisión oficial mayoría de asilos en León; víctimas de maltrato cuentan su experiencia
El Jardín de la Vida es uno de ellos, en el establecimiento se han documentado violaciones a derechos humanos de personas adultas mayores; DIF municipal reporta supervisión de 10 instituciones de por lo menos 28 existentes en la ciudad
Aunque el gobierno de León insiste en que los adultos mayores son grupos vulnerables de la mayor prioridad, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal carece de un registro claro y no mantiene rutinas de inspección de los asilos privados en la ciudad. De veintiocho instituciones existentes, la paramunicipal solo reporta supervisión de diez.
El Jardín de la Vida es uno de esos sitios que actúa ajeno a la normatividad oficial. En ese lugar se registraron al menos 4 contagios de COVID-19, tres del personal y un interno, y se ha incurrido en graves maltratos hacia adultos mayores dentro de sus instalaciones que han obligado a los familiares de los residentes a retirarlos del asilo. Denuncian desnutrición, deshidratación, picaduras de insectos y descompensaciones graves en signos vitales.
Alma Cristina Rodríguez Vallejo, Directora del DIF León, dijo, durante la Semana del Adulto Mayor celebrada del 24 al 29 de agosto, que los adultos mayores "son un gran motor para el DIF, son un ejemplo para todas las generaciones que vamos siguiendo sus pasos. Esta semana está dedicada principalmente al reconocimiento por la contribución que han hecho a lo largo de su vida a nuestra sociedad”.
Y si bien el DIF activó protocolos de seguridad sanitaria en los Centros Gerontológicos (centros públicos), no puso especial atención en residencias privadas durante la pandemia, puesto que ya se han registrado contagios al interior de otras residencias como Nuestros Años Felices, A.C. Pese a las denuncias directas de los afectados, el DIF León o el DIF Estatal no han ordenado hasta el momento las visitas de verificación inmediata de dichos establecimientos.

Maltrato institucional en asilos
Una denuncia en redes sociales señaló que la residencia para adultos mayores El Jardín de la Vida, ubicado en la colonia León Moderno de León, Guanajuato, había incumplido con la calidad del servicio ofrecido a sus residentes y familias, faltando al profesionalismo que exige dirigir un establecimiento como estos.
Solo en El Jardín de la Vida había hasta hace dos semanas 12 residentes internados, cuando el DIF reporta únicamente 15 en resguardo para toda la ciudad. Rosa y Esther* decidieron sacar a sus papás del asilo debido a los múltiples maltratos que recibieron dentro."Es mixto, hombres y mujeres. Habían tres hombres y el resto puras mujeres". Ninguna de las dos confía en que El Jardín de la Vida cumpla con los requerimientos de ley.
"Yo recomendé a Esther, a mí me recomendó otra persona y te voy a decir por qué o cómo llegamos nosotros ahí. Mi papá tiene Alzheimer y estaba anteriormente en otro lugar. En ese otro lugar que también, sinceramente, hay deficiencias pero graves, graves. Esa otra casa de reposo se llama Renacer".

Esther cuenta que de su experiencia en ambas residencias puede afirmar que los dueños de estos establecimientos ven el proceso de deterioro de los adultos como algo sobre lo que no puede hacerse nada, dejándolos a muchos de ellas y ellos sin realmente una mejor calidad de vida. "En un año que mi papá estuvo ahí, no sé cuántas personas vi morir. Así, una tras otra, una tras otra".
Residencias como El Jardín de la Vida en León Moderno no tienen señalización visible, pasando desapercibidas entre el resto de casas-habitación de la zona. De acuerdo con Esther y Rosa, una residencia como esta puede cobrar entre 10 mil y más de 20 mil pesos mensuales, aunado a una inscripción de 3 mil pesos, por cada adulto mayor que es internado.
Los costos mensuales no cubren gastos de pañales, enseres de higiene, medicamentos o estudios médicos, siendo los familiares quienes asumen ese sobrecosto de la atención a sus mayores que ronda alrededor de los mil 100 pesos en promedio al mes. Además, residencias como El Jardín de la Vida no hacen un seguimiento dietético puntual de los adultos, a pesar de que la gran mayoría de ellos requiere alimentos especiales por padecer diabetes, hipertensión y otro sinfín de enfermedades.

"Las personas que dirigen el lugar, todas las que yo conozco, los han puesto estos lugares por una experiencia personal. Su abuelita se les murió, entonces ellos vieron que en tal lugar no los atendían bien y se les ocurrió abrir este otro espacio. Eso es completamente falso. ¿Ellos qué vieron? Que es un negociazo. Que es una forma de recibir dinero muy fácil".
Cuando los familiares se acercan a internar a sus adultos mayores, les ofrecen atención profesional mediante geriatras, nutriólogos, médicos y enfermeras. Sin embargo, Esther y Rosa explican que conforme pasa el tiempo y se gana la confianza de las familias, el seguimiento de los residentes se relaja. "A todos les ponen nombres bien bonitos: Renacer, El Jardín de la Vida, Ángeles Guardianes, etc.", comentan.
Los padres de ambas, así como de otros adultos que conocen dentro, tuvieron desequilibrios en sus niveles de glucosa, nutrición, hidratación y signos vitales, tales como episodios de presión baja y alta; algunos de ellos requieren que se les atienda especializadamente de manera urgente. Comúnmente —explican— los dueños justifican los desequilibrios de salud con la enfermedad, medicamentos y edad de los adultos.

Hostigamiento y ocultamiento de información personal
"En los recibos de pago no vienen datos del lugar, no viene la dirección, ni nada. Viene muy sencillo el recibo. Tampoco conocemos su razón social. Todo es muy por debajo del agua. Nunca nos quisieron facturar", explica Rosa. Ella ingresó a su papá a El Jardín de la Vida en diciembre de 2019 y lo sacó a finales de agosto del 2020 cuando percibió su mal estado de salud.
En ocho meses su papá tuvo una pérdida de peso considerable, desnutrición diagnósticada, ayunos muy largos sin razón alguna, puntos de presión en el sacro (moretones en los gluteos), celulitis infecciosa, episodios de agresividad por falta de administración de alimentos, hongos en las uñas de los pies y numerosas picaduras de chinche en cuello, pecho y brazos que recibió por una infestación en su reposet y cama.

Rosa dice que el primer mes no la dejaron ver a su papá alegando un "proceso de adaptación". Le negaron conocer el menú de su papá, pese a que sufre diabetes, hipertensión y secuelas de una embolia, por lo que requiere alimentación especial. Cuando le dijo al administrador de El Jardín de la Vida que su papá estaba bajando de peso, se volvió hostil y "hermético".
Debido al deplorable estado de salud de su papá, solicitó estudios de laboratorio en Chopo que fueron tomados en la residencia. Sin embargo, cuando fueron a realizárselos al asilo, en ausencia de Rosa y sin su autorización, el administrador pidió los resultados a su dirección de correo electrónico para recibirlos antes, pidiendo que se quitara la dirección de correo electrónica de Rosa. Posteriormente, también sin su autorización descargó de Chopo el historial de resultados de laboratorio de su papá para refutar las quejas que hizo sobre la desnutrición en la que se encontraba.

Cuando Rosa solicitaba información a los administradores sobre el estado de salud de su papá le ocultaban información. "Les pedía fotos y me las mandaban de él todos los días en el mismo reposet, aunque con distinta ropa. Yo ya empezaba a dudar de muchas cosas. Cuando le preguntaba algo, me decía: «Eso es privado de la residencia» o «Es confidencial». Eran cosas como que no me cuadraban", explica.
"Pero lo que sí me daba cuenta es que cada que íbamos, como era de sorpresa, me pedían avisar. Yo llegaba y me tardaban muchísimo en abrir la puerta y eso se me hacía raro. Ya entraba y limpiaban así de "chin, van a notar". O tendían la cama en el momento. Una vez me di cuenta que estaban tendiendo la cama porque la dejaron toda arrugada, así como de rápido. Y otro día mi hermana entró al cuarto de mi papá y olía a muchísimo a aromatizante. Les pregunté por qué y me dijeron: «Ah, es que lo acabamos de cambiar». Revisó a mi papá y estaba todo sucio del pañal. Echaron el aromatizante para disimular el olor".
Rosa nunca conoció a la nutrióloga, ni a ningún médico dentro del asilo. Solo enfermeras y enfermeros que rotaban a cada rato. La atención principal está a cargo de los dueños y la mamá de la dueña, que hace de cocinera. Cuando Esther y Rosa les llegaron a pedir información sobre sus papás a las enfermeras del turno, les decían: "Yo no puedo dar información, pregúntele a los dueños".

Sin supervisión en la pandemia
Una vez iniciada la pandemia ni a Rosa ni a Esther se les permitió ver a sus papás, debido a las recomendaciones sanitarias que se aplicaron en establecimientos de esta naturaleza para evitar brotes y contagios de las personas internas. En los hechos, ya se han registrados contagios al interior de asilos en León al que se suma ahora El Jardín de la Vida con cuatro contagios entre sus muros.
El 21 de agosto se confirmaron como positivos a COVID-19 dos pasantes de enfermería en el establecimiento, apenas unos días antes de que Rosa y Esther sacaran a sus papás del lugar y se inconformaran en Internet. De acuerdo con los testimonios, la frecuente rotación de personal médico en el asilo pudo haber desembocado también en los contagios de al menos un adulto mayor y el dueño del establecimiento, quien les afirmó haber contraído el virus.
En conversación directa con POPLab el administrador del asilo, Carlos Medina, dijo que el DIF sí había acudido a supervisar El Jardín de la Vida, pese a que la paramunicipal no lo incluye dentro de sus reportes y comunicados.
"Sí, claro. Las autoridades nos han venido a hacer revisiones. Este, seguimientos el DIF, sanitizaciones desde que comenzó lo que fue la pandemia, protocolos de seguridad e higiene y supervisiones. Sí se hizo todo el seguimiento, protocolo, observaciones, revisión, supervisión y conclusión. Sobre procesos internos, ahí sí no te puedo dar información", dijo Medina.
Las afectadas han denunciado al lugar directamente con el DIF, recibiendo acuse de recibo el 7 de septiembre. Sin embargo, ningún seguimiento o inspección se ha suscitado después de lo ocurrido. Hasta el momento, el DIF no ha respondido a las solicitudes de entrevista formal de parte de POPLab.

DIF sin registro completo de asilos
El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en León reporta hasta el momento solo diez asilos que cuentan con razón social, representante legal y dirección formal. Estos asilos se encuentran en las colonias León Moderno, León I, Bellavista, Anaya, Andrade, Los Fresnos y Barrio de Santiago. Sin embargo, existen otros como El Jardín de la Vida que no figuran en el informe que DIF entregó a POPLab o en sus boletines oficiales de enero a septiembre de 2020.

El 06 de abril, apenas a unos días de declarada la emergencia sanitaria por la pandemia, el DIF León "visitó 34 asociaciones civiles para brindar kits de limpieza y charlas informativas para prevenir el contagio del coronavirus". Entre estas asociaciones destacan casas hogar para niños, niñas y adolescentes como Casa Hogar Loyola y el Albergue Infantil Martín del Campo. No obstante, la paramunicipal misma menciona otras casas de reposo para adultos mayores que no están en su registro: San Charbel, Asilo Pablo de Anda, Renacer, Irekani. En el boletín del DIF no nombra qué otras residencias para adultos mayores visitó.
De acuerdo con ese único boletín de supervisión de asociaciones, DIF junto con la Dirección de Salud Municipal, solo entregaron kits de limpieza, gráficos de prevención y ofrecieron charlas informativas. Siguiendo los reportes municipales, DIF no ha visitado nuevamente las residencias de adultos mayores en cinco meses, pese a que la pandemia representa un riesgo mayor para este sector de la población.
Las siguientes son residencias para adultos mayores, asilos casa de reposo a las que DIF no ha supervisado durante la pandemia, puesto que no mantiene convenios de colaboración. Todas han sido identificadas mediante Google Maps y Facebook a falta de información oficial.

Ni supervisión, ni respuestas
El DIF León reporta que durante la pandemia suspendieron actividades presenciales en sus cuatro Centros Gerontológicos, llevando a cabo actividades de recración y terapia a distancia. Además, según explica Gela Franco, coordinadora de Atención a Adultos Mayores, han mantenido relación estrecha con asociaciones civiles ofreciendo despensas y supervisión, sin especificar cuáles.
Las diez organizaciones que aparecen en el listado —dice Comunicación Social del DIF— son "las asociaciones con quién tenemos convenio de colaboración y a quienes les damos seguimiento. En pandemia, con las donaciones de empresas de la Central de Abasto se entregaron apoyos de productos perecederos y no perecederos, así como productos de limpieza como cloro y gel antibacterial. Y personal médico acude a atender pacientes en los centros de asistencia".
Gela Franco aseveró ella no es responsable de dar información sobre asilos privados en la ciudad, señalando que cualquier consulta debería hacerse con Luz del Carmen Rivera López, directora de Atención a Grupos Vulnerables, quien tampoco ha contestado a la solicitud de entrevista.
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
PARA EL ESTADO DE GUANAJUATO
Artículo 7. Son derechos de las personas adultas mayores todos los conferidos
por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los Tratados Internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, la Constitución Política para el Estado de Guanajuato y los demás ordenamientos aplicables.
Sin perjuicio de lo establecido en el párrafo anterior, las personas adultas mayores cuentan con los siguientes derechos:
a) A tener una vida de calidad. Es obligación de la familia, así como de los
órganos estatales y municipales de gobierno y de la sociedad, garantizar a las
personas adultas mayores el acceso a los mecanismos que permitan el
ejercicio de este derecho;
[...]
g) A recibir protección por parte de la familia, la comunidad y la sociedad, así
como de las instituciones federales, estatales y municipales;

Se incumple con leyes
Durante la pandemia el DIF León llevó a cabo proyectos como "Canastas de Vida" para entregar despensas, productos de higiene en colonias vulnerables, brindando dichos recursos también a adultos mayores. Pero no figura en sus comunicaciones una fiscalización de protocolos sanitarios o supervisión básica de acuerdo a la NOM-031-SSA3-2012 para prestación de servicios a adultos mayores en situación de vulnerabilidad.
Hasta el momento tampoco existen visitas de verificación de acuerdo a la Ley de Organizaciones de Asistencia Social para el Estado de Guanajuato. El DIF León incumple su propio reglamento donde estipula que dentro de sus obligaciones se encuentra: Artículo 43, fracción XIV: "Supervisar los centros de asistencia social de conformidad a la normativa aplicable" sin importar si estos son públicos o privados.
El caso de El Jardín de la Vida pone de manifiesto que, a falta de un cumplimiento estricto de la normativa en materia de protección de la personas adultas mayores y de una supervisión constante de parte de las autoridades, las denuncias ciudadanas contribuyen a visibilizar los casos de maltrato y violaciones a derechos humanos que afectan la calidad de vida y dignidad de este sector de la población.
*Los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de la víctimas.
20 de septiembre de 2020, 07:07
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