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TelevisaUnivisión y los Olímpicos: exclusividad vs. preponderancia
TelevisaUnivisión informó que obtuvo los derechos exclusivos de los Juegos Olímpicos hasta 2032
El contrato cubre los XXV Juegos Olímpicos de Invierno Milano Cortina 2026, los Juegos de la XXXIV Olimpiada Los Ángeles 2028, los XXVI Juegos Olímpicos de Invierno Alpes Franceses 2030 y los Juegos de la XXXV Olimpiada Brisbane 2032, así como los Juegos Olímpicos de la Juventud. Uff.
Además, por si fuera poco, el acuerdo contempla que la compañía pueda transmitir los Juegos por televisión abierta (con un mínimo de 200 horas de cobertura), de paga, plataformas digitales como ViX, así como poder sublicenciar la transmisión de las competencias deportivas.
“Gracias a este acuerdo cubriremos en todas las plataformas los Juegos Olímpicos de Verano, Invierno y de la Juventud los siguientes ocho años, para todo México. Nuestra cobertura de París 2024, vista por millones, fue clave para ser seleccionados por el COI como socios y titulares de sus transmisiones en todas las plataformas en México”, dijo uno de los directivos de la empresa.
Es un logro importante para Emilio Azcárraga Jean y su equipo, pero no debe olvidarse que sus movimientos están sujetos a medidas asimétricas por ser agente económico preponderante en radiodifusión al tener más del 50 por ciento del mercado en este sector.
Esto significa que, en teoría, está impedida para adquirir en exclusiva “contenidos audiovisuales relevantes”, como, son justo, los juegos olímpicos, para limitar prácticas anticompetitivas y garantizar la pluralidad en contenidos.
De acuerdo con la resolución más reciente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), de 2024, sobre preponderancia en radiodifusión (con medidas muy light, por cierto), esta restricción aplicaría exclusivamente “a las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de Verano, organizados por el Comité Olímpico Internacional”.
Lo demás, sí podría ser en exclusiva.
Así que TelevisaUnivisión debe sublicenciar dichos derechos en condiciones no discriminatorias, para lo cual el IFT deberá supervisar que ello se cumpla y que el contrato o acuerdo al que se haya llegado con las autoridades que organizan los juegos olímpicos se ajuste a las obligaciones establecidas en su resolución de preponderancia.
La operación se presenta justo en el momento en el que el IFT está a pocos meses de desaparecer.
¿Qué tan efectiva puede resultar esta medida ante un escenario en el que el órgano regulador independiente pasará la batuta al gobierno y su aún no creado órgano de competencia económica?
Sin un regulador fuerte e independiente, el riesgo de simulación de competencia es alto.
Es decir, TelevisaUnivisión podría “cumplir” formalmente con las reglas, pero en la práctica imponer condiciones poco atractivas para los posibles sublicenciatarios, lo que inhibiría la entrada de competidores para asegurar un dominio de la audiencia y la pauta publicitaria.
El verdadero riesgo es que, sin una supervisión efectiva, las audiencias terminen con opciones limitadas o prácticamente nulas para ver los Juegos Olímpicos fuera de las señales y plataformas de TelevisaUnivisión.
Esto replicaría un viejo patrón de concentración y dependencia de una sola empresa para el acceso a contenidos de relevancia nacional e internacional.
Reorganización y turbulencias
Mientras tanto, en la propia casa de TelevisaUnivisión se viven reacomodos y tensiones. Según información publicada por medios nacionales, la empresa ha cerrado noticiarios locales y filiales en al menos ocho estados de la República, derivado de la fusión con Univision.
De acuerdo con El Sol de México, estos cierres se enmarcan en la búsqueda de eficiencias operativas y se han presentado en entidades donde la compañía considera poco rentables o duplicadas sus operaciones.
Este ajuste responde a la estrategia de la firma de enfocarse en contenidos de mayor rentabilidad y proyección comercial, especialmente a través de su plataforma de streaming.
Sin embargo, el cierre de filiales y noticiarios locales impacta el pluralismo informativo y deja un vacío en la cobertura de temas regionales, lo que aleja al público de información cercana y directa.
Pero a la vez es también una valiosa oportunidad de los medios públicos para cubrir esos espacios.
La firma, además, ha enfrentado períodos de volatilidad en sus acciones. El año pasado, por ejemplo, el valor bursátil de Grupo Televisa se vio afectado por investigaciones sobre presuntos sobornos a directivos de la FIFA para obtener los derechos de transmisión de los mundiales de fútbol de 2018, 2022, 2026 y 2030 y por la solicitud de licencia de Emilio Azcárraga Jean en su rol operativo.
Frente al crecimiento de plataformas digitales como Netflix, la disminución de sus ingresos, audiencias y credibilidad, Televisa ha perdido poder económico e influencia.
También poder político ante el cambio del régimen político y de las nuevas relaciones entre el gobierno federal y los medios de comunicación con la llegada del movimiento que encabezó Andrés Manuel López Obrador, pero la empresa continúa siendo fuerte, muy fuerte, y prueba de ello es el acuerdo alcanzado con el COI y paradójicamente por mantenerse como agente económico preponderante.
NAVEGANDO POR EL ÉTER
Carlos Slim dio muchas “notas” ayer en la conferencia que ofreció a medios de comunicación nacionales y extranjeros. Es lógico. Sus palabras resuenan, tienen impacto. Es el hombre más rico de México y uno de los más acaudalados en el mundo. El mensaje político es que, así como apoyó al presidente Andrés Manuel López Obrador, está con la presidenta Claudia Sheinbaum. Y coincide en sus decisiones clave, como las que se han tomado en cuanto a la relación con el presidente Donald Trump y la construcción del tren Ciudad de México-Querétaro. También dejó en claro su postura sobre la desaparición del IFT y la experiencia con el órgano “autónomo” (así entrecomillado, si nos basamos en sus palabras). “Lo que sí puedo decir es que no era tan autónomo… Resulta que al presidente del IFT lo puso el director jurídico de la Presidencia, ¿a quién obedecía? Al director jurídico de la Presidencia, y él ¿a quién obedecía?, a un intermedio…”, contó sin precisar a qué presidente del Instituto se refería ni al intermediario, pero podemos entender que se trataba de un personero de Televisa. Por esto, reprochó: “El IFT nunca nos dio la televisión de prepago, y los presidentes tampoco. Es un servicio que no tenemos”. Las preguntas clave ahora son ¿y lo tendrán en la nueva etapa regulatoria? ¿Televisa seguirá influyendo para que eso no ocurra? ¿de qué manera? ¿es lógico mantener esa restricción en beneficio de los consumidores o de quiénes? ¿le interesará a Slim que se le quite esa limitante, a pesar de los cambios en el consumo de contenidos audiovisuales, en los que la TV de paga pierde relevancia en este mercado? También Slim dijo sobre el IFT: El instituto “nos quitaba cosas… está bien, se aceptaba, para darle a los otros apoyo para que se desarrollaran. No creíamos que necesitara mucho apoyo AT&T o Movistar… pero bueno”. ¿Y qué decir ante esta afirmación? Que así como Televisa, América Móvil continúa siendo agente económico preponderante, en este caso en telecomunicaciones. El IFT tampoco logró reducir sustancialmente su dominio en el sector, sobre todo en el mercado de la telefonía móvil (con un 70%). Esta es otra de las razones por las que se tomó la decisión de aniquilar al órgano regulador. ¿Con la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones y el nuevo órgano de competencia económica el panorama cambiará en estos sectores y en los de la llamada economía digital, donde también ya hay fenómenos de concentración en México?
12 de febrero de 2025, 04:33
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