Confieso que la primera vez que vi los encabezados y las imágenes de aquellas mujeres vestidas de negro con pañuelos verdes y morados pensé que se trataba de alguna acción directa ejercida por inconformes feministas. Después de todo, no sería de extrañarse que existe algo que reprochar a integrantes de dichas congregaciones religiosas. Apenas me encontraba dirimiendo si era un ataque a la libertad de culto cuando preferí indagar someramente de qué se trataba. Al abrir la nota en diversos medios serios me di cuenta que me encontraba en un error de interpretación.

¿Qué sucedió?

La Diócesis de Tabasco transmitió en sus redes sociales el viacrucis organizado por feligreses de su seminario mayor. Dicha transmisión posteriormente se volvería viral. En las imágenes que causaron mayor impacto a los usuarios de redes sociales, se pueden apreciar a varias mujeres encapuchadas portando pañuelos morados propinando tremenda paliza al joven que interpretaba al Jesucristo tabasqueño**.**

En dicho video puede apreciarse la voz del relator cuestionando las protestas feministas que exigen el respeto y reconocimiento a los derechos de las mujeres.

"Hoy 2021 años después vuelve el Señor a encontrarse con mujeres muy distintas a las que consoló, mujeres atrapadas en el colectivo irracional, exigiendo sus derechos a bases de insultos, destruyendo todo a su paso, luchando por un feminismo y una dignificación de la mujer, cuando ni siquiera ellas mismas se dignifican, mujeres violentas, acompañadas de actos de vandalismo, mujeres que se introducen a los templos, profanando la eucaristía, burlándose de la Virgen María", se escucha en la transmisión.

Así mismo, el narrador aprovecha para reiterar la postura de la iglesia en contra del aborto y cuestionando a los colectivos feministas que han exigido su legalización.

"Hoy Jesús sigue contrayéndose con las mujeres, pero el Señor no dejará de repetirnos hoy sus palabras de consuelo, mujeres de Jerusalén no lloren por mí, sino por ustedes mismas y sus hijos, porque en la lucha se exija el aborto como derecho, desde el momento de la concepción toda mujer es madre y cada feto abortado son sus hijos", señaló.

Sin duda, la primera equivocación no es la de su servidora, y quizá la de millones de usuarios de internet. Ya que nos dejamos llevar por las imágenes de aquellas encapuchadas que aparentemente protestaban en contra de la iglesia. La primera equivocación, en realidad es pensar que el feminismo y la iglesia son enemigos naturales o como el agua y el aceite.

Una escena del video.

En anteriores columnas he explicado que existen ramas del feminismo como la teología feminista, que busca reinterpretar, dignificar y mejorar las relaciones de las mujeres y Dios a través de la iglesia como institución. Si bien, esta reinvención de valores y cuestionamientos de religiosas feministas hacia la iglesia causa molestias a los privilegios de muchos beneficiarios de la iglesia. No hay que perder de vista que la libertad religiosa es un derecho humano igual de valioso que los demás derechos y que también es preocupación del feminismo que las mujeres devotas puedan acceder a espacios que las dignifiquen.

Hay que reconocer que existen movimientos dentro de los diversos grupos religiosos, que cada vez más se abren a reconocer el matrimonio igualitario, igualdad de mujeres y hombres en los mandos de poder, así como otras prerrogativas en el trabajo colectivo. Y es una pugna interna necesaria.

Aunque todos los y las participantes de aquel video viralizado han reflejado la misoginia que prepondera en nuestro país, esto es algo secundario a nuestro análisis. Lo importante no es equivocarse, ya que somos humanos, pero no enmendar nuestros errores es equivocarnos doblemente. El hecho de que dicha organización aún no haya emitido un comunicado reconociendo su error es el segundo error.

En un análisis discursivo del narrador del video en cuestión puede ser apreciado un claro desconocimiento de lo que implica la lucha feminista en el mundo y que se tiene una somera interpretación de que vandalismo y feminismo son sinónimos. Un error colectivo que no sólo existe en México.

Si bien las feministas, encapuchadas o no, incomodan al narrador por el hecho de que existan mujeres dispuestas a vulnerar su identidad y arriesgarse a las arbitrariedades que conlleva salir a exigir sus derechos, tenemos que reconocer que las manifestaciones son un reflejo de las inconformidades e injusticias no resueltas por las instituciones que deberían velar para prevenirlas, o bien, para solucionarlas, es decir Iglesias y Estado.

Por lo tanto, el narrador está reflejando su frustración por una deficiencia que la iglesia a la que pertenece no ha resuelto. No obstante, nuevamente es más fácil culpar a terceros que hacerse cargo de las responsabilidades propias. Quizá la inconformidad del narrador, dice más de la deuda que tiene la iglesia con las feligresas.

El tercer error es afirmar que la virgen María también se ofendería (con las feministas), ello ocurriría más bien si supiera que ella como figura que ha sido utilizada para justificar la opresión de las mujeres y desvirtuar el reconocimiento de la dignidad de nosotras en todos los espacios.

El hecho de que el narrador del controvertido video piense que a la virgen María le molestaría que hayan más mujeres buscando la paz, el amor fraterno y bienestar para la humanidad, es reducir el protagonismo de esta virgen al únicamente al de parir.

Por último, creer dogmáticamente que las mujeres no tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos. Ello, fundamentando en una malintencionada y misógina interpretación religiosa. Sólo confirma lo que el INEGI lleva años reflejando en sus encuestas, ya que es una constante desde hace décadas que cada vez menos personas pertenezcan a la iglesia católica. La razón, entre muchas, es que si estamos hablando de las instituciones religiosas como lugares de crecimiento, al mismo tiempo no deberían coartar derechos.