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12/5/2025
Universitarios enfrentan el desafío de continuar sus estudios sin el apoyo de su institución

Universitarios enfrentan el desafío de continuar sus estudios sin el apoyo de su institución

Aunque algunas escuelas presentan apoyos para mantener su matrícula, resultan insuficientes: la pandemia está presentando un reto para todos, especialmente para los alumnos de nivel superior

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    Son las 6:50 de la mañana, suena el despertador de Mariana, quien inmediatamente apaga la alarma, abre los ojos y tras un leve suspiro, se levanta de su cama deseando poder regresar a las clases presenciales, se lava la cara y a las 7 am se conecta a su clase en línea, con la esperanza de que el profesor dé una clase de calidad.

    Al igual que Mariana, 54 mil 862 alumnos de educación superior en la ciudad de León, Guanajuato, se levantan temprano para atender a sus clases en línea en una veintena de las ahora ciberuniversidades, que han tenido que prestar sus servicios de manera no presencial para que no se pierda el ciclo escolar 2019-2020.

    “Cada día que pasa es un día menos para volver a clases presenciales” dijo entusiasmado Oswaldo, alumno de Comunicación en una de estas instituciones. Para él la modalidad en línea no es la mejor, “Hay profesores que con suerte saben prender el proyector, mucho menos saben dar una clase en línea, la verdad tengo miedo porque entre que no aprendo mucho, estoy seguro que esto afectará a mis calificaciones de manera negativa”.

    La preocupación de Oswaldo es compartida por muchos de sus compañeros, ya que en un muestreo realizado por POPLab en el que participaron 442 alumnos de diferentes universidades públicas y privadas de la ciudad de León, arrojó que el 85.5% de los encuestados afirman que sus calificaciones se verán afectadas de manera negativa, a consecuencia de la modalidad de clases en línea.

    Otro dato alarmante es que el 35% de los encuestados se han planteado la posibilidad de abandonar sus estudios, derivado de los problemas económicos que ha generado la pandemia de COVID-19.

    Durante la pandemia, el gobierno municipal ha anunciado apoyos a estudiantes de educación media superior semestral o cuatrimestral a través de las Becas Sube-T León 2020 y Becas León 2020. Sin embargo, hasta la fecha en la que se publica este reportaje, el gobierno municipal no ha anunciado algún tipo de apoyo económico para los estudiantes universitarios.

    Al igual que el gobierno municipal de León, el gobierno estatal tampoco ha anunciado ninguna opción durante la pandemia para este sector estudiantil.

    ¿Y las universidades?

    Las principales universidades de la ciudad han ofrecido diversos apoyos como psicológico, administrativo e incluso atención médica en línea. El problema radica en que no todas las instituciones de educación superior se han solidarizado económicamente con sus alumnos. Cabe destacar que todas las universidades han mantenido sus programas de becas y préstamos estudiantiles, pero para muchos estudiantes y sus familias los apoyos económicos que se han implementado durante la pandemia están resultando insuficientes.

    Por ejemplo, la Universidad Iberoamericana León otorgó un 10% de descuento en las colegiaturas de los meses abril, mayo, junio y julio. Condonó los recargos de las mensualidades de enero a mayo, brindaron apoyo en la tramitación de becas con EDUCAFIN, ampliaron las solicitudes de becas, además de no aumentar las colegiaturas el siguiente semestre.

    Con ello, la Ibero León sería una de las pocas universidades en las que verdaderamente se está apoyando a los alumnos durante estos tiempos de pandemia.

    Por su parte, la Universidad de Guanajuato ha creado un Fondo Emergente en el que las autoridades ejecutivas y funcionarios universitarios donarán un mes de su sueldo a dicho fondo, con el fin de que el dinero recaudado se destine al apoyo a quienes realicen actividades académicas en pasantías de servicio social en el área de salud, esto en la primera etapa. Mientras que en la segunda etapa se destinará a apoyar a los estudiantes que por razones económicas su trayectoria académica se encuentre en peligro.

    Foto: Juan José Plascencia.
    Foto: Juan José Plascencia.

    Sin embargo, varios de los encuestados comentan que al ponerse en contacto con el departamento correspondiente no les han dado respuesta.

    “Tengo varios amigos que se han dado de baja de la licenciatura, ya que no todos tienen acceso a internet o una computadora para hacer los trabajos, se han acercado a pedir el apoyo económico, pero no les contestan”, menciona una alumna de la UG.

    Por su parte, la Universidad de León (UDL) ha anunciado un descuento del 20% en la colegiatura, no obstante, no han mencionado la duración de este descuento.

    En contraste tenemos a la Universidad de La Salle Bajío, la cual emitió un comunicado el día 30 de marzo, donde puso a disposición de la comunidad estudiantil un correo electrónico de atención financiera en el que los alumnos pueden manifestar su situación a la institución para que puedan llegar a una solución; en teoría suena todo bien, sin embargo en la práctica muchos alumnos argumentan que no hay respuesta por parte de la universidad. A su vez la institución pidió el pago puntual de las colegiaturas y de otros servicios, argumentando que del pago de las colegiaturas depende el ingreso económico de los colaboradores. Si bien esto es cierto, también hay servicios que la universidad está ahorrándose, como son los insumos (jabón, papel de baño, material escolar, entre otros) y a su vez los costos de agua y luz, por lo que podrían ser más solidarios con sus alumnos. Este correo electrónico de atención a las personas que presenten algún problema económico es la única alternativa de apoyo que presentan. Con ello se daría la espalda a miles de alumnos, anteponiendo los intereses económicos a los que de verdad rigen a una institución universitaria seria.

    Extracto del comunicado emitido el 30 de marzo por la Universidad de la Salle Bajío.
    Extracto del comunicado emitido el 30 de marzo por la Universidad de la Salle Bajío.

    Es importante mencionar que la máxima figura de la universidad es San Juan Bautista de la Salle, un sacerdote, teólogo y pedagogo francés que se caracterizó por ayudar a los más necesitados, ofreciendo clases gratuitas a las personas que no podían acceder a la educación. Resultaría incongruente que una institución que se jacta de ser solidaria y admirar las enseñanzas de este gran personaje, esté haciendo todo lo contrario en estos tiempos difíciles.

    Los estudiantes

    Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar: los estudiantes lasallistas despotricaron en contra de la institución por la falta de apoyo económico durante estos tiempos de contingencia. En cada publicación de la universidad hay al menos un comentario exigiendo la disminución de la colegiatura.

    “Creo que si las clases en línea que están impartiendo fueran de calidad, los alumnos y padres de familia no estaríamos en inconformidad con el pago de las colegiaturas, lamentablemente las clases son un asco, la plataforma (que no desarrollaron ustedes) así como la ‘capacitación’ (que dudo que hayan dado) a los maestros para dar clases, no son suficientes, me siento en esos cursos de ‘acaba la prepa en línea en un mes”’. Si van a exigir a los alumnos el pago de las colegiaturas mínimo tengan la cara con la cual hacerlo”, comenta la estudiante Karen M. en la publicación de Facebook en la cual la universidad anuncia las medidas que tomarán.

    “No es justo no solo para Odontología, piensa en Gastronomía, Veterinaria, Agronomía... Afortunadamente yo estoy en una carrera donde todo lo podemos hacer por internet, pero soy consciente que muchos otros no y no me parece solidario que no les importe algo más que el dinero. ‘Cordialmente te invito a que pagues y si no puedes pagar voy a brindarte un préstamo inflado’” dice el alumno Antonio L.

    Al igual que Karen y Antonio, hay muchos alumnos de la Universidad de la Salle Bajío preocupados por el cobro completo de un servicio “a medias”. Para ellos es es inaceptable y poco ético que una institución “seria” como lo es La Salle siga recibiendo el pago completo por un servicio deficiente e incompleto.

    Foto: Orlando Humerez.
    Foto: Orlando Humerez.

    Ante esta ola de comentarios negativos hacia la institución, esta semana los alumnos recibieron un comunicado en el que su universidad reitera el uso del correo de atención financiera a los alumnos, y a su vez menciona que ha hecho “un importante esfuerzo” para no incrementar los costos de las colegiaturas del próximo semestre. Si para La Salle el hacer las cosas bien implica un importante esfuerzo, ¿qué hay del importante esfuerzo que realizan los alumnos y los padres de familia para poder costear una mensualidad en tiempos de crisis?

    Si bien esto muchos lo considerarían un avance, un apoyo hacia los alumnos, ya que esta Universidad se ha caracterizado por callar e ignorar durante tiempos difíciles, estos apoyos aún resultan insuficientes. ¿De qué sirve mantener el costo de una colegiatura si hay personas que aun así no lo pueden pagar?, se preguntan los estudiantes consultados, esto, opinan, es simplemente un “parche” que ayuda por el momento, pero a largo plazo esta medida resulta insuficiente. El problema de raíz persiste: pagas completo por un servicio dado a medias.

    Como se puede observar, el gobierno municipal y estatal habría abandonado a sus estudiantes universitarios, priorizando otros proyectos como la remodelación de la feria, anteponiendo a los empresarios en lugar de apostar por los estudiantes, que son la futura fuerza laboral de la ciudad y el estado. Si bien algunas instituciones y el gobierno federal parecen ser los únicos que han apoyado a la comunidad universitaria, estos apoyos por sí solos resultan ser pírricos, y no logran aminorar el impacto económico a los alumnos y sus familias.

    Se manifiestan en la UNITEC campus León

    “¿Sí conocen su filosofía o es pura publicidad?”, se lee en uno de los carteles que una alumna aparece pegando afuera de la institución, según una fotografía que circuló en redes sociales.

    El pasado 21 de mayo alumnos de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC) campus León, colocaron cartulinas afuera del centro educativo en señal de protesta, ante la negativa por parte de las autoridades escolares de ofrecer algún tipo de apoyo económico a los alumnos durante estos tiempos de pandemia.

    Alumna coloca un cartel en acción de protesta afuera de la UNITEC. Foto: Facebook
    Alumna coloca un cartel en acción de protesta afuera de la UNITEC. Foto: Facebook

    “#CienciaytecnolgíaSinHumanismo, #IndiferenciaUnitec, ¿Conocen la empatía?”, se puede leer en otro de los carteles colocados afuera de dicha escuela.

    “Le mandamos un pliego petitorio al rector en el que exigíamos una reducción al cobro de colegiatura, ya que no estamos usando las instalaciones, el rector estuvo de acuerdo con nuestro punto, sin embargo, nos dieron largas hasta que de plano ya no obtuvimos respuesta de ellos, por lo que decidimos manifestarnos pacíficamente afuera de las instalaciones de la universidad. Estamos también convocando a alumnos de otros campus para exigir la reducción de la colegiatura”, comentó uno de los líderes de la protesta a POPLab.

    En pleno confinamiento, estos alumnos salieron a las calles, arriesgando su salud, para que su voz sea escuchada.

    El universitario mexicano y los foráneos

    El ser un estudiante universitario en México es complicado, dejando de lado las cuestiones académicas, el contexto que envuelve al país es lamentable, se vive en un clima de inseguridad, desempleo, crisis económica y acoso por parte de docentes y alumnos. El poder costear una carrera universitaria se podría considerar un lujo. En un estudio elaborado por el banco HSBC, cursar una carrera universitaria en México ya sea en una institución pública o privada, en promedio cuesta alrededor de 251 mil pesos, al monto hay que agregarle costos de útiles escolares, traslados y en el caso de los estudiantes foráneos, la manutención.

    El coronavirus ha afectado a todos, tanto a maestros como alumnos, sin embargo, hay un sector de la población estudiantil que se verá más afectado: los foráneos. De acuerdo con el estudio más reciente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior en México, actualmente se encuentran matriculados 4 millones 344 mil 133 alumnos, de los cuáles 1 de cada 6 son estudiantes foráneos, por lo que la población de estudiantes de educación superior representa el 16.6% del total de alumnos.

    Estudiantes foráneos regresando a sus hogares. Foto: Ángel Flores
    Estudiantes foráneos regresando a sus hogares. Foto: Ángel Flores

    Hoy día, los estudiantes foráneos viven en la incertidumbre si podrán seguir estudiando el semestre entrante, ya que el cobro de las rentas sigue de manera regular, mientras que los ingresos económicos van a la baja.

    Carlos, alumno foráneo de la Universidad Iberoamericana León, se encuentra preocupado ya que “De las residencias de la Ibero León nada más nos dijeron que siguiéramos pagando normal, pero nos hicieron un descuento del 20% en la renta del mes de abril y mayo, todavía seguimos a la espera de saber qué va a pasar en los siguientes meses, esperemos que el descuento suba o ya de perdida que se mantenga.”

    “Amigos foráneos que viven en residencias en la universidad se preguntan por el pago de estas, ya que si fuera un contrato externo se entiende que los renteros ocupan el dinero, pero la institución tal vez debería devolver ese dinero o guardárselos para el pago de semestres posteriores de residencias”, menciona uno de los encuestados.

    Con base en los resultados del reporte realizado por HSBC, el 92% de los alumnos trabaja para financiar sus estudios universitarios. La situación actual del mundo y la evidente crisis económica acercándose, las carreras universitarias de muchos alumnos se verán truncadas, ya que tanto padres de familia como estudiantes han sido despedidos o los han mandado a “descansar” en sus trabajos, por lo tanto, no están recibiendo un ingreso, clave para el financiamiento de su educación superior. Las instituciones educativas tienen que seguir con el ciclo escolar, por lo que para continuar operando precisan de recursos económicos, es decir, los gastos educativos no paran, pero sí los ingresos.

    El pasado 15 de mayo la coordinadora del programa federal Jóvenes Escribiendo el Futuro (beca de 2,400 pesos al mes que se le otorga a los estudiantes de educación superior) Leticia Ánimas, declaró que hay 309 mil becarios inscritos en el programa, esta cifra representa a tan solo el 7.11% de la población estudiantil, estos apoyos resultarán insuficientes, ya que al término de la pandemia aumentará la demanda.

    Aprendizaje a medias

    No es un secreto que la calidad de las clases en línea es inversamente proporcional al cobro del servicio adquirido. La gran mayoría de los profesores tenía problemas para dar una clase presencial usando tecnología como lo es el proyector, las bocinas, entre otros recursos. Ahora un profesor de un día al otro, sin una capacitación previa, debe aprender a usar herramientas más avanzadas para dar una clase.

    Es evidente que nuestro sistema educativo no está preparado ni mucho menos capacitado para ofertar esta modalidad de estudio, solamente pocas universidades poseen los recursos y las herramientas para capacitar a los docentes. Una vez más la mala preparación de un sistema educativo ya de por sí malo, va a formar a peores profesionistas, incapaces de competir en el campo laboral frente a profesionistas de otros países.

    Seamos sinceros, No obstante, hay que reconocer que existen profesores que supieron sortear las dificultades y lograron mantener la esencia de una clase presencial al trasladarla a una modalidad en línea. Por el otro lado, tenemos a los docentes que solamente se limitaron a mandar lecturas y videos, con el fin de que los estudiantes manden resúmenes o aprendan de ellos, sin dar retroalimentación alguna, limitándose a cuantificar el esfuerzo del alumno mediante una calificación, en lugar de verdaderamente dar clase y complementarla con la lectura o visualización de videos.

    Mientras miles de alumnos se encuentran confinados en sus casas, las universidades lucen desoladas. Foto: Juan José Plascencia.
    Mientras miles de alumnos se encuentran confinados en sus casas, las universidades lucen desoladas. Foto: Juan José Plascencia.

    “Tengo un profesor que nos mandó un cuestionario que teníamos que contestar, pero con bibliografía, también nos dejó leer un libro y hacer un reporte de lectura de 5 a 8 cuartillas y ya. Ese es el único trabajo que me han dejado de esa materia. He intentado contactar a mi profesor por diversos medios para que me resuelva algunas dudas y no he tenido respuesta alguna, esa materia es el tronco común de mi carrera y la verdad no sé qué será de mí en las siguientes materias, que necesite el conocimiento de esta materia”, menciona una alumna de la licenciatura en Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato.

    No todo es culpa del docente, ya que hay materias que precisan de laboratorios especializados, como lo son Odontología, Química, Fisioterapia, Gastronomía, entre otras.

    “En mi caso estudio gastronomía, mi carrera debe tener un mayor peso por la práctica presencial, corrección de sabor, técnicas, presentación, etc. No estoy teniendo esa retroalimentación, al contrario, mis platillos los evalúan por medio de un vídeo o presentación de Power Point, cosa que en mi opinión es cero objetivo pues evalúan las fotografías o producto final por medio de una toma de video. Además de que es triple trabajo, cocinar, tomar evidencia y luego juntarla en video o similar, a diferencia de si solo cocino en el laboratorio y evalúan dichos criterios”, comenta una encuestada que prefirió el anonimato.

    Es cierto, Por otro lado, la tarea del docente es compleja: ¿Cómo enseñas a suturar o soldar a un alumno con videos de YouTube? ¿Cómo das una clase de circuitos en línea si el material de trabajo se encuentra en la universidad? Parece imposible, los alumnos precisan de este conocimiento práctico para poder avanzar en su plan de estudios.

    Lo peor está por venir

    La pandemia ha sacado lo peor de las instituciones educativas, la indiferencia y hasta negligencia de las autoridades educativas ante una situación tan grave, solo han logrado abonar más a la crisis que está azotando a nuestro país. Personas con sueños y vocación son ignorados y desplazados por las instituciones en las que confiaron.

    Vivimos en un país en el que para muchos, docentes e instituciones, un alumno es sinónimo de dinero. Si bien algunas instituciones privadas y el gobierno federal han dado apoyos para que los alumnos puedan sobrellevar la pandemia, la realidad es que estos apoyos resultan insuficientes, ya que no cubren a la mayoría, por lo que si en breve no surgen más y mejores soluciones, muchos estudiantes tendrán que interrumpir e incluso truncar sus estudios por problemas económicos.

    Una vez instaurada la “nueva normalidad”, los alumnos que tendrán el privilegio de seguir en la Universidad se tendrán que enfrentar al desafío de aprender sin un conocimiento previo de las cosas. Esto tendrá fuertes repercusiones en el nivel académico de los alumnos y futuros profesionistas de nuestro país.

    24 de mayo de 2020, 15:06

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