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12/14/2025
Combate a la obesidad, hay voluntad pero no recursos

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Combate a la obesidad, hay voluntad pero no recursos

El combate a la obesidad sería, tanto por su estrategia basada en la información científica como por sus posibles resultados, la iniciativa más prometedora de este gobierno; sin embargo, no parece que se quiera invertir en ella

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    Por: Manuel Lino / losintangibles.com

    México es el caso más grave de obesidad a nivel poblacional de los 36 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Así lo revela el estudio La pesada carga de la obesidad (Heavy burden of Obesity) realizado por este organismo, en el que México aparece en el peor lugar en varios indicadores.

    José Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, presentó el estudio el miércoles 8 de enero en la Secretaría de Economía y dio algunos parámetros que permiten afirmar que la batalla contra la obesidad no solo se está perdiendo, se está perdiendo estrepitosamente.

    Por ejemplo, Gurría destacó que en “solo una generación” pasamos de que alrededor del 20% de la población padecía (en 1996) sobrepeso u obesidad a que actualmente sea el 73 por ciento. “Lo más trágico”, dijo Gurría es que en ese mismo tiempo la tasa de obesidad infantil se ha duplicado, del 7.5% al 15 por ciento.

    Según el estudio, en los próximos 30 años, la obesidad, el sobrepeso, la diabetes y las enfermedades no transmisibles asociadas causarán una reducción de poco más de cuatro años en la expectativa de vida de los mexicanos.

    “Se trata de la mayor reducción proyectada entre los países de la OCDE; es una medalla de oro que obviamente no queremos”, dijo Gurría.

    Este problema “también afecta el desarrollo económico de México. Nuestro análisis estima que el sobrepeso y las enfermedades relacionadas con él, reducirán la fuerza laboral mexicana en el equivalente a 2.4 millones de trabajadores por año, debido a que las personas con estos problemas tienen menos posibilidades de estar empleados y en caso de estarlo son menos productivas”.

    Entre eso y factores como el enorme gasto en salud (que en el caso de México será de 8.9% del total) se estima que en los próximos 30 años los problemas del sobrepeso le costarán anualmente a los países de la OCDE una disminución del 3.3% del Producto Interno Bruto, en promedio.

    México se vuelve a llevar el oro que nadie querría, pues se estima que en nuestro país la pérdida del PIB debido a este problema ascenderá al 5.3 por ciento.

    Esta cifra fue dimensionada por Ernesto Acevedo, subsecretario de Industria, Comercio y Competitividad: “Déjenme decirles que 5.3% del PIB equivale, en pesos corrientes, a 1.3 billones de pesos. Esta cifra es superior al presupuesto que tienen todos los ramos de la administración en el Presupuesto de Egresos de la Federación; es superior al presupuesto total del ISSSTE y del IMSS juntos; es 10 veces superior al presupuesto de la Secretaría de la Salud”.

    Sin embargo, a pesar de la gravedad y el alto costo del problema para las personas y el país en general y de que abundaron palabras como “urgencia” y “emergencia”, en el Seminario Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, Efectos sobre la Competitividad del País llevado a cabo en la sede de la Secretaría de Economía, no se habló ni una palabra del dinero que se piensa invertir para solucionarlo.

    Incluso entre los “mensajes clave” de La pesada carga de la obesidad se específica que “Por cada dólar que se invierte en la prevención de la obesidad se obtendrá un retorno de 5.6 dólares en beneficios económicos”.

    La pérdida del PIB nacional debido a los problemas de obesidad ascenderá al 5.3 por ciento, que equivale a 1.3 billones de pesos, 10 veces superior al presupuesto de la Secretaría de la Salud. Foto: Facebook de Zoé Robledo.
    La pérdida del PIB nacional debido a los problemas de obesidad ascenderá al 5.3 por ciento, que equivale a 1.3 billones de pesos, 10 veces superior al presupuesto de la Secretaría de la Salud. Foto: Facebook de Zoé Robledo.

    Pero incluso con esta cita y a pregunta expresa de POPLab, el subsecretario Acevedo evitó hablar de una posible inversión: “Creo que tenemos que hacer esfuerzos en la inversión preventiva. Tenemos que orientar los esfuerzos que hace el gobierno federal para la inversión en prevención”.

    “¿Pero no tienen una cifra aproximada de lo que hay que invertir?”, insistió POPLab.

    “Esas son las medidas, las acciones que tenemos que evaluar y, repito, implementar de una manera general, porque no es un tema exclusivamente de la Secretaría de Salud, es una responsabilidad de toda la sociedad mexicana”.

    Es una guerra... y salta la palabra fracaso

    “De inmediato salta la palabra fracaso”, dijo, al inicio de su intervención, el titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer. Se refería al sentimiento de fracaso que da al saber que “estamos perdiendo la batalla”.

    El uso de la terminología bélica fue enfatizado por Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS): “Al hablar de sobrepeso, al hablar de obesidad, al hablar de diabetes, el estado sí está librando una guerra diaria y hoy, hay que reconocerlo, es una guerra que vamos perdiendo... Hablo de guerra porque los enemigos son mortales”.

    Sin decirlo específicamente, en un ejercicio admirable de autocrítica, Robledo dio detalles importantes sobre la necesidad de recursos para librar las distintas batallas de esta “guerra”.

    En obesidad, por ejemplo, Robledo comentó sobre cómo el IMSS ha implementado algunas estrategias, entre ellas la Cartera de alimentación correcta y actividad física.

    “Este documento, así de simple, puede ser fundamental. Se entrega hoy en 300 Unidades Médicas Familiares del IMSS. ¿Cuál es el problema? Que tenemos 1521 (UMFs) y desde el año 2008 a la fecha no hemos sido capaces de entregar en todas y cada una de las unidades este documento… tampoco lo estamos haciendo en las Unidades Médicas Rurales del Seguro Social, que atienden a la población no derechohabiente.”.

    Foto: Juan José Plascencia
    Foto: Juan José Plascencia

    Otro ejemplo notable está en el cuidado de la diabetes: En el IMSS, “la atención de este padecimiento representó el 64% de los motivos de consulta en un año. Durante 2017 se otorgaron 14.5 millones de consultas para atender a derechohabientes con diabetes en UMFs y casi 600 mil en hospitales para atender complicaciones y diversas secuelas de la enfermedad, tales como ceguera, insuficiencia renal, infarto al miocardio, accidentes cardiovascular y la amputación de extremidades inferiores, entre muchas otras”.

    Y aclaró que “el IMSS, sí, salva vidas de los diabéticos, pero no evita el deterioro de su calidad de vida, por eso no debe de sorprendernos que el 52% del gasto total del instituto destinado a la atención de enfermedades crónico degenerativas está destinado al cuidado de pacientes con diabetes”.

    También comentó que en 2014, él como parte de un grupo de senadores promovieron la implementación del impuesto de un peso por cada litro de bebidas azucaradas vendidas, “no solo con la intención de desincentivar el consumo - dijo Robledo-, también la de obtener recursos para implementar programas para reducir la brecha de acceso a las opciones; el agua potable, por ejemplo.

    “A mí, como chiapaneco, el tema me preocupaba desde entonces de sobre manera y es que la obesidad es un síntoma de pobreza... Un estudio de la UNAM indica que mi estado, el estado más pobre del país, es la región del mundo donde más se consume refresco; en promedio, las personas beben más de 2.25 litros por día.

    “Paradójicamente, en la región de los altos de Chiapas, donde se concentra el mayor número de personas pobres del país, a pesar de estar cerca de fuentes de agua dulce, las comunidades indígenas consumen más Coca Cola que agua. Se han reportado casos en los que el destete se hace directamente con Coca Cola”.

    “Esto tiene que ver con formas de vida, pero sobre todo con la escasez y contaminación del agua, tiene que ver con que el acceso al agua potable en comparación con el acceso a los refrescos”.

    De 2014 a 2018, por el impuesto a refrescos se recaudaron 98,700 millones de pesos. “La administración pasada hizo el compromiso de que harían 40 mil bebederos en escuelas y lugares públicos. La cifra, al final, fue de 11 mil. Hubo recursos, hubo tiempo pero no había quizá una verdadera voluntad. Un bebedero cuesta entre 12,000 y 40,000 pesos”.

    Tal parece que ahora hay voluntad pero no recursos.

    Chiapas es la región del mundo donde más se consume refresco; en promedio, las personas beben más de 2.25 litros por día. Foto: Facebook de Zoé Robledo
    Chiapas es la región del mundo donde más se consume refresco; en promedio, las personas beben más de 2.25 litros por día. Foto: Facebook de Zoé Robledo

    “El fracaso hace bien”

    “De inmediato salta la palabra fracaso”, dijo el secretario Alcocer. “Pero no es derrota, no estamos frustrados, no estamos en el infierno; coincido en que no debemos combatir, debemos prevenir”, agregó.

    “Apoyado en la memoria de mi amigo Mario Benedetti, quiero señalarles: el fracaso hace bien, es una alarma, nos enseña que somos vulnerables, y con esa tutela nos da fuerzas para volver de nuevo a la victoria”.

    Además de la poesía, quizá convenga citar una vez más el estudio de la OCDE, donde después de evaluar los beneficios económicos que daría como retorno cada una de las medidas propuestas para prevenir la obesidad, especifica cuánto cuesta cada una de ellas.

    Por ejemplo: “El costo de implementar restricciones de publicidad de alimentos, campañas en los medios de comunicación, etiquetado de menús y programas contra el sedentarismo en el lugar de trabajo es aproximadamente el 20% o menos del beneficio previsto para la economía”.

    Así es como en el estudio se llega a la conclusión de que “por cada dólar invertido en la prevención de la obesidad, se devolverán hasta 5.6 USD en beneficios económicos totales (es decir, PIB) cada año”.

    Entonces se puede calcular, grosso modo, que si no queremos perder anualmente 5.3% del PIB en los próximos años deberíamos invertir un poco más del 1% del mismo en prevención del sobrepeso y la obesidad; es decir, unos 230 mil millones de pesos actuales.

    Si no lo hacemos, “el fracaso hace bien”, dirían Alcocer y Benedetti, aunque podemos sospechar que el poeta estaba hablando de algo más íntimo y no un problema de salud pública que, si no se detiene, llegará a disminuir en más de cuatro años la expectativa de vida de los mexicanos, por no mencionar las muertes directas, amputaciones, ceguera y pérdida de calidad de vida de millones de personas.

    9 de enero de 2020, 14:54

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