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*Morena o como dilapidar la expectativa de cambio; *Libia se divorcia de la ultraderecha panista; *El agripinismo controla la Universidad
1.- Una encuesta misteriosa y un candidato impresentable
La visita de Claudia Sheinbaum a la ciudad de Guanajuato terminó convertida en un foro para exponer las inconformidades de la militancia de ese partido con quien fue designado, mediante una decisión cupular, como candidato a la alcaldía capitalina por Morena.
La coordinadora de los comités de defensa de la transformación, es decir la candidata a la presidencia por parte de Morena, debió apechugar una protesta que por momentos se volvió anticlimática, pues en lugar de centrar la visita en las críticas al panismo gobernante en Guanajuato y su creciente deterioro, tuvo que atender una crisis interna sin tener mayor información al respecto.
“¿Y quién es ese?”, fue lo que atinó a preguntar la candidata que puntea en las encuestas no solo en el país, sino también en el feudo panista que es Guanajuato.
La candidatura del empresario repostero y televisivo Jorge Antonio Rodríguez Medrano será revisada con lupa en los próximos días y no es improbable su sustitución.
Su mayor problema no es su anti lopezobradorismo de casi todo el sexenio, ni siquiera su alianza de años con el caciquil edil panista Alejandro Navarro, quien lo construyó como un plan B ante el eventual fracaso de la candidatura de su cónyuge, Samantha Smith.
Lo que más le preocupó a Claudia Sheinbaum fue la abierta animadversión de un significativo grupo de reporteros y representantes de medios de comunicación, en un momento en que la continuadora de la 4T quiere dejar atrás el clima de confrontación con la prensa.
No deja de resultar sorprendente esta racionalidad política marcada por el oportunismo simple: el candidato sube por su posicionamiento mediático, pero puede bajar por su conflicto con el resto de los medios.
Queda fuera del análisis el hecho de que el personaje sea el vehículo de un panismo patrimonialista y corrupto que tiene secuestrada a la ciudad desde hace un sexenio. Pero también se pierde la posibilidad de que Morena muestre un rostro alternativo y fresco que oxigene los espacios políticos de una entidad asfixiada por la falta de pluralidad y alternancia.
Y la pregunta que sobresale de forma inevitable es ¿cómo está decidiendo el cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum a sus candidatos en los estados del país? O dicho de manera más sencilla: ¿quién está metiendo los autogoles en el equipo de la candidata puntera?
Estaremos atentos al desenlace de la trama.
2.- Pierde la ultraderecha a su diputada emblema en el Congreso local
Los reacomodos provocados por los convenios de coalición del PAN con PRI y PRD, dieron el pretexto para remover a la que sido una de las legisladoras más poderosas e influyentes de este sexenio en Guanajuato: Laura Cristina Márquez Alcalá, quien fue retirada de la candidatura por el VI distrito local, sin un destino claro hasta ahora.
La diputada panista, originaria de León, se encuentra en su tercer ciclo como diputada local, los dos últimos consecutivos. Por seis años ha presidido la Comisión de Justicia y forma parte destacada de las de Gobernación y Derechos Humanos.
En esas posiciones, Márquez Alcalá ha sido un dique intransitable para que avancen reformas progresistas, particularmente el avance del reconocimiento de los derechos de las mujeres en materia sexual y reproductiva, así como derechos de la comunidad de la diversidad de género.
Las diferencias de pensamiento entre la actual candidata panista a la gubernatura, Libia Dennise García Muñoz Ledo, y Cristina Márquez Alcalá no son solo anecdóticas. Ambas fueron compañeras en la LXIV Legislatura, hicieron campaña en distritos vecinos en León y sus posturas en cuanto a temas, apertura y capacidad de diálogo, fueron ampliamente contrastantes.
Libia inició su carrera ascendente poco antes de las elecciones de 2021, cuando se separó de la diputación para ocupar la Secretaría de Gobierno. Ahí fue la encargada de establecer una medida administrativa para superar el bloqueo legislativo del matrimonio para personas del mismo sexo, en el que Márquez Alcalá se empeñó usando su peso específico y su influencia en el PAN.
A la medida no fue ajeno el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, quien la avaló pero evitó desgastarse personalmente y confrontar a los grupos de ultraderecha dentro de su partido. La secretaria de Gobierno no solo evitó el costo político, sino que el hecho afianzó su imagen de innovadora dentro de un panismo anquilosado de 30 años en el poder.
A la vuelta de los meses, acciones como esa y otras donde la funcionaria le regresó una imagen de importancia a una secretaría que se había convertido en una oficina intrascendente con titulares como Antonio Salvador García, Gustavo Rodríguez Junquera y Luis Ernesto Ayala, le permitieron convertirse en el relevo natural del primer precandidato ungido por Sinhue para su relevo en el poder, Jesús Oviedo, quien por cierto ya regresó la secretaría de gobierno a un papel menos que anecdótico.
Hoy, en el manotazo del CEN panista para realinear las candidaturas locales y federales bajo criterios de género y compatibilidad con los términos de la alianza, podría encontrarse el pretexto perfecto para liberar al Congreso de Guanajuato y, sobre todo, a la bancada panista, del dominio ultraderechista y antiderechos.
En los mítines de Libia García han aparecido con gran visibilidad banderas arcoíris de la diversidad sexual. Si se quiere ir más allá de lo meramente escenográfico e intentar una puesta al día de las políticas públicas en el estado, así sea como mera promesa electoral, mantener a personajes como Laura Cristina Márquez en la ruta hacia posiciones de poder, sería un contrasentido absoluto.
Por cierto, lo que denota que detrás del cambio de Márquez no hay otras razones que la conveniencia política, es el dato de quien la relevará: la secretaria de medio ambiente del estado María Isabel Ortiz, una política poblana que convirtió a la nueva Secretaría de Medio Ambiente en un simple adorno.
3.- Primera rectora, últimas políticas
En la Universidad de Guanajuato se rompió el techo de cristal pero no la barrera de los usos y costumbres. La primera rectora mujer, la doctora Claudia Susana Gómez, está planteando decisiones en el arranque de su administración que evidencian la prolongación de una etapa de oscurantismo en la máxima casa de estudios de carácter público en el estado.
La decisión de cerrar el edificio central, donde se encuentran las dependencias de la rectoría general, al libre acceso a los medios de comunicación para tratar de controlarlo mediante listas y gafetes, suena a muchas cosas, pero no al espíritu de apertura que cabría esperar de una institución educativa de alto nivel.
Habría que recordar que en uno de sus últimos actos como rector, Luis Felipe Guerrero Agripino allanó las instalaciones de un medio de comunicación encabezando una turba de funcionarios bajo sus órdenes, para exigir un derecho de réplica de la forma más incivil de que se tenga registro en Guanajuato.
No es lo único. En esta semana se renovó la Junta Directiva de la institución con 6 nuevos integrantes y la reelección de uno más que había concluido su periodo. Los once miembros de este órgano serán los encargados de elegir a los nuevos rectores de campus en procesos que se celebran este año y que restringen la participación de la comunidad de estudiantes, profesores y trabajadores, a ser meros opinantes, mientras se reservan las designaciones en un ámbito cerrado y carente de transparencia.
Ese método de elección de autoridades ya fue cuestionado en el proceso del que emergió la rectora general, en una protesta que incluyó la toma del edificio central, ese que hoy se quiere cerrar al libre escrutinio de la opinión pública.
En el proceso posterior a su toma de posesión, Claudia Susana Gómez ofreció apertura para una posible reforma del proceso de elección de autoridades. La promesa ha quedado solo en eso y se ve difícil que pueda concretarse, pues sus promoventes se ven hoy desmovilizados.
En medio de todo este panorama, queda clara la presencia ominosa del ex rector Luis Felipe Guerrero Agripino, quien pese a haberse jubilado con su mismo sueldo de rector, ha regresado a la cátedra, mantiene privilegios administrativos y logró colocar a la mayor parte de sus colaboradores en la nueva administración.
Quizá la orden de Claudia Susana Gómez a través de su director de comunicación, para restringir el acceso a los medios a la sede universitaria, tiene que ver con encubrir la preeminencia que conservan el ex rector y sus allegados en la nueva etapa de la vida universitaria.
3 de febrero de 2024, 14:28
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