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MIAA la batalla más importante o la guerra equivocada en el lugar equivocado
Bonito discurso (informe) del alcalde Aguascalientes, dice que la MIAA es la mayor batalla ha dado, sin embargo, ¿Cuál es o debe ser la auténtica batalla por el agua?
Estimados lectores continuamos con la temática relativa a la problemática que se vive en la región y por supuesto Aguascalientes no es la excepción. Antes de continuar vienen a mi mente las palabras que pronunció quien fue secretario de Defensa de los Estados Unidos de América en el periodo 1961 a 1968, y podría decirse el cerebro o arquitecto de la estrategia aplicada en la Guerra de Vietnam, me refiero al General Robert Mc Namara, quien llegó a decir al darse cuenta del fracaso que: “Vietnam fue la guerra equivocada en el lugar equivocado”, sabemos que el descalabro para los Estados Unidos fue fatal.
Bien, ¿A qué viene mi comentario? el pasado viernes 17 de noviembre en su informe de gobierno el alcalde de Aguascalientes Leonardo Montañez dijo: “MIAA es la mayor batalla que hemos dado”, lo mejor de ese evento, es decir el informe fue lo sobrio de la organización como debe ser un informe de gobierno lejos de la parafernalia, no fue fiesta de luces, ni arlequines, fue un informe; sin embargo, la visión de la cultura política no les da para más, pues se continua con el acarreo de llevar personas de las colonias con cartulinas, más que evento político es un evento electoral cargado del culto a la imagen. Pero la sencillez es para reconocerse a diferencia del Informe de la gobernadora que fue un esperpéntico derroche.
Prácticamente este informe fue a un mes de arrancar con la forma en que se presta ahora el servicio público de agua a través de un organismo público (dice el decreto) descentralizado pero que en los hechos es y desde su nacimiento un centralizado, y digo previo al nacimiento porque al director general lo nombró el alcalde, así como la designación de consejeros y todo el proceso de diseño fue con secrecía, ausente de transparencia alguna.
El alcalde en su informe habló de la infraestructura y sus tanques vidriados, que como lo he comentado son de poca utilidad si continúan las fugas y la problemática en redes, amable lector no porque lo diga yo, utilicen el sentido común, de qué sirve almacenar y generar presión cuando las redes tienen problemas, eso se traduce en mayores fugas. Pueden practicar con un globo perforado para ver empíricamente lo que sucede, además un estudio serio lo demostraría. La física no falla, la hidráulica tampoco, a diferencia de la simulación y el discurso de la clase que ostenta el poder. (recuerden me resisto a denominarles clase política, simplemente llegaron al cargo por mecanismos electorales imperfectos con cantidades de dinero que les permite operar lo que denominan maquinaria electoral, no porque sean los mejores, no la aristocracia a la que se refería Aristóteles).
En su informe habló de infraestructura, lo cual deja ver que el sector agua en Aguascalientes como en la mayor parte del país sigue maniatada por los ingenieros de la construcción, no por administradores de agua, pues la primera genera grandes ganancias y por consiguiente se presta a mayores desvíos.
Llama la atención el manejo impreciso del lenguaje en llamar a las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales PTAR´s como plantas tratadoras, ya les diré en otra entrega que son plantas de tratamiento no tratadoras, así como insisten en el anglicismo “reusar”, siendo correcto decirles reutilización de agua residual, bueno ya les explicaré en otra ocasión este detalle, que deja como improvisados a quienes tienen el control.
El alcalde mencionó que esa batalla duró mucho tiempo (me imaginé a la doncella de Orleans mejor conocida como Juana de Arco en la guerra denominada “Guerra de los cien años” que de hecho fueron 116 años 1337-1453 entre Francia e Inglaterra) pero no fue así, me atrevo a decir que la lucha por un servicio deficiente de agua comenzó con las severas omisiones durante la gubernatura de Alejandro Vázquez del Mercado gobernador de la última década del siglo XIX y primera del siglo XX apodado “Don Porfirito”, no sólo por que fue su contemporáneo y ser gobernador con el consentimiento del presidente Díaz, sino también por su longevidad en el poder. En la primera década del siglo XX el gobernador ordenó construir un tanque elevado que resultó un fiasco con una deuda enorme para el estado de Aguascalientes que posteriormente se negó a pagar el gobernador de origen maderista Alberto Fuentes Dávila, pero además al pretender ubicar a Aguascalientes en la vanguardia como las ciudades europeas con una red que abasteciera ya no las fuentes sino los domicilios, resulta que estas redes subterráneas fueron defectuosas y la fugas comenzaron desde que nació el servicio de agua a cada domicilio en Aguascalientes y a la fecha siguen siendo.
La batalla a la que se refiere Leonardo Montañez fue la de no volver a concesionar, no lo que han dicho de” remunicipalizar” concepto mal empleado, pareciera que no le enseñaron bien en la universidad derecho constitucional ni derecho administrativo o a lo mejor no lo aprendió bien, o sus asesores también son compañeros de la misma carencia. Lo que dicen que fue batalla fue una promesa electoral que se hizo visible en la campaña de Teresa Jiménez para la presidencia municipal en el 2016, en un época en que la cercanía del grupo poblano de Rafael Moreno Valle con un grupo cercano a Luis Alberto Villareal comenzaban a diseñar “planes de negocio” partiendo desde la esfera pública, no de la privada, como lo hemos visto el actual dirigente nacional del PAN Marko Cortés ha sabido sacarle fruto, no se olviden del parque fotovoltaico, ni el tema de las luminarias y las anomalías que tuvo en su momento el “relleno sanitario”
Respecto al recién inaugurado Modelo Integral de Aguas de Aguascalientes, asegura que “ha sido la mayor batalla de su administración. Dentro de estas inversiones, se construyeron tres mega tanques de acero vidriado, y seis nuevos pozos de agua. Rehabilitación de plantas tratadoras (sic) y nuevos colectores sanitarios.”
“Una batalla que duró mucho tiempo, y que sabemos que en muchas colonias nos falta mucho por hacer. Pero créanme, que en poco tiempo verán la mejora en el servicio. Me ha dicho la gobernadora que no nos va a dejar solos. Seguirá apoyándonos. Seguiremos trabajando en este gran proyecto, en este anhelo de hace muchos años.”
Bonito discurso, eso dicen que es su batalla, sin embargo, ¿Cuál es o debe ser la auténtica batalla por el agua?, en primer lugar, considero oportuno desempolvar a un doctrinario de la escuela clásica prusiana de guerra Karl Von Klausewitz, una batalla es un combate o un enfrentamiento entre dos o más contendientes en donde cada parte tiene como objetivo derrotar al otro. Las batallas tienen lugar en el marco de una guerra o campañas militares, recuerden el libro de Julio César titulado: “La guerra de las Galias”, ahí en esa bitácora se describen las distintas batallas, las batallas se definen en el espacio, tiempo y acción durante las guerras o campañas militares, las guerras y las campañas son definidas por la estrategia mientras que las batallas son fases en las que se emplea la táctica, en si forman parte de una guerra.
También es cierto que una batalla larga y una guerra prolongada producen desgaste, como podrán ver mis amables lectores, de lo mencionado en el párrafo anterior, encontramos por que suele decirse que se puede perder una batalla, pero no la guerra, el asunto estriba en la forma en plantear una táctica y que las batallas no duren mucho tiempo, incluyendo la guerra, ¿Eso lo sabrá el alcalde? Que la concesionaria se fuera y el servicio quedará centralizado, ¿Esa fue la batalla? O aquí ¿Cuál es la guerra?
No tiene dificultad alguna saber que la problemática del agua demanda algo más que una acción determinada, dada la complejidad y las diversas facetas transversales, ya que incluso los que se denominan subsectores del agua comprenden diversas facetas, hablar del subsector hidroagrícola, del público urbano que incluye el industrial y doméstico, cada uno conlleva no una transversalidad sino diversas, por consiguiente, esas transversalidades demandan diversas estrategias o vamos a denominarles tácticas. A su vez son diversas batallas, y ya que andamos bélicos, la problemática del agua demanda una guerra no una batalla. Las fuerzas de los Estados Unidos vencieron a los vietnamitas en la batalla de Hue pero perdieron la guerra.
Vale la pena reiterar que la problemática del agua es consecuencia de una cadena de omisiones más que de acciones, el panorama actual tiene su origen en lo que se dejó de hacer, cierto que el cambio climático lo hace más visible, sin embargo, ya era visible desde hace décadas, el haber pasado de largo sobre las conclusiones de Robert Malthus, la contaminación que se denunciaba, el desperdicio de agua desde los últimos siglos, mencioné el caso de Aguascalientes, en el cual no existió esmero en construir redes sólidas, “que cada quien se conectara a la red primaria como quisiera o pudiera, esta práctica continua en algunos municipios. La explotación del suelo a través de la urbanización y vivienda que aunque digan lo contrario es anárquica, la falta de visión en el uso agrícola, sobre este apartado hago una breve pausa, dado que me sorprende que en algunos foros algunas personas con buenas intenciones, hablan de detonar el consumo local, se entiende la buena intención, pero es cuando se genera una mala interpretación entre la seguridad alimentaria y seguridad hídrica, incluso sorprende que el Secretario de Desarrollo Rural en la administración de Martin Orozco, me refiero a Manuel Alejandro, tenga esa confusión. También personas dedicadas al activismo medioambiental, la situación es más dramática porque no hay posibilidad de seguir con el ritmo de usar el agua para el desarrollo agrícola, por eso son urgentes las estrategias que permitan emigrar a otras prácticas.
Manifiesto lo anterior porque Aguascalientes no lo olviden no puede cerrar la brecha, lo más que puede lograrse es reducir la brecha, por ello se demandan estrategias, librar varias batallas, tener cuadros preparados y no se diga estrategas, pues lo único que cuentan son algunos que dicen llamarse estrategas y sólo sirven para maquillar productos y hacerlos bonitos, son estrategas de lo superfluo, se requiere líderes, oficiales de alto rango que dirijan cada batalla con acierto, no que se guíen por si son populares y caen bien y adornen sus eventos con espectáculos, los altos oficiales deben tener experiencia y aquí es donde se falla, sólo están capacitados para contender en urnas no para enfrentar problemas.
La batalla que dice el alcalde tiene su origen en una declaración de guerra de la entonces candidata a la alcaldía y como alcaldesa Teresa Jiménez, no tuvo dialogo, rompió lanzas y ocultaron información respecto a los motivos y procesos para fortalecer o definir estrategias. Tuvo aliados a los regidores o diputados de otros partidos políticos cuyo desempeño como oposición fue mediocre, demostrando que fueron seducidos por prebendas.
Esa fue su batalla, cambiar de contrincante, no atacar el problema que es la carencia de agua, omitieron la verdadera guerra, por una guerra mediática y una batalla absurda, ¿Cuál será el resultado? Perder la batalla, la alargaron y pretendieron acortar una guerra, así que la guerra perdida no será para ellos sólo en lo electoral, será para toda una ciudadanía. Esta mala decisión deben tomarla como ejemplo las candidatas a la presidencia quienes hasta el momento sólo se han manifestado por las propuestas que hacen relamerse los bigotes a los ingenieros constructores y pega tubos, no a los administradores de agua no a una visión integral que gestione y diseñe nuevas reglas y opte por infraestructura pertinente en materia hídrica. Ni Sheinbaum, ni Gálvez han propuesto algo serio de Samuel ya lo vimos en la crisis de Monterrey, de él no esperamos sorpresas en materia hídrica. Obras lo prometen todos y lo han hecho, y ya vemos las consecuencias. Los problemas hídricos continúan al alza.
Una batalla demanda planeación, tropas preparadas y pertrechos oportunos, logística, suministro de insumos, claridad en los líderes y no ser sujetos a la corrupción, ni al protagonismo, como ejemplo tenemos a los generales mexicanos que ávidos de protagonismo y de celos, propiciaron la desorganización de las tropas mexicanas facilitando al ejército invasor en la intervención norteamericana del 1847 vencer. Nuestra clase política, tiene ingenieros no ávidos de contar con agua, sino de tener contratos jugosos y lo demás ya es un tema superficial.
La batalla no se dirigió en el terreno ni con el rival adecuado, así que el resultado será sin duda una derrota, que tan estrepitosa, no lo sé, pero esta derrota dejará secuelas en Aguascalientes y en la región. La guerra contra la problemática hídrica con los actuales dirigentes está perdida, pero ¿Cuánto tiempo durará la derrota? El centro bajío padece el sesgo del fanatismo religioso, utiliza las técnicas de Goebbels, en el caso Aguascalientes, no se preocupó en solucionar el problema de agua, matizo su discurso en crear un villano en este caso la concesionaria, o de modo aparentemente discreto ataca a grupos feministas, diversidad sexual, se apoya en pseudointelectuales, así como una guardia de corps al servicio de la corriente retrograda por consiguiente decadente y obsoleta de la iglesia católica, el caso más reciente, el manejo del asesinato del magistrade y su pareja, aunado al silencio de la gobernadora que se dedicó a otras actividades y no comunicó por lo menos un pésame o postura oficial a pesar del cargo público del magistrade. Así que sus batallas no serán por contar con agua, sino en una batalla en la que no les importa el agua, pero sí el agua bendita.
Estimados lectores, no olviden la importancia de emprender políticas y acciones que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.
Comentarios: saalflo@yahoo.com
23 de noviembre de 2023, 19:09
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