Estimados lectores el pasado martes 16 de enero la Conagua cumplió 25 años de ser creada, después de una historia que dejaron la SHR Secretaría de Recursos Hidráulicos, SARH Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, una etapa destacada para el mundo de los hidráulicos, sin embargo, la historia cambia y sus inercias que exigían otra visión para los retos que ya se visualizaban para la última década del siglo XX y la entrada de un siglo XXI con muchas expectativas de futuro.

A su paso la Comisión Nacional del Agua ha desempeñado un rol importante, pero no el indicado para los retos, no ha sido malo, pero si insuficiente y fuera de foco, su lastre ha sido que, a pesar de considerarse un organismo técnico, no deja de estar sujeto a los caprichos de los titulares del poder ejecutivo federal y la negociación con grupos políticos, electorales o de presión. Al igual que la totalidad de dependencias que conforman un gobierno. Si bien ha tenido técnicos a su cargo que conocen el sector, estos han servido a los vaivenes e intereses del poder. Algunos otros directivos no han tenido la trayectoria suficiente en el sector, ni conocimiento de la compleja problemática, pero el dedo elector del ejecutivo los ubicó en dicho cargo, afectando las decisiones que debieron tomarse, así como desplazar a técnicos de probada experiencia y visión. Las consecuencias ya las tenemos no en el umbral, sino en el interior de nuestro día a día.

A pesar de ser un organismo que forma parte del denominado sector paraestatal como lo dispone el artículo 90 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la propia Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la injerencia sobre la autonomía técnica ha obstruido un desempeño, y si ha esto le sumamos que la Conagua ha desempeñado también las funciones que ha omitido la legislación por que la Conagua tiene su margen de acción con base en el párrafo V del artículo 27 constitucional, no debe actuar en los campos del 115 constitucional fracción III inciso a) es decir en el denominado subsector sector agua potable, apoya y trata de ser mesurado pero ante la omisión y descuido de los gobiernos estatales y la ignorancia o incapacidad de los municipios, ahí está la Conagua solventando.

Pero también la Conagua ha centrado sus funciones en áreas de cobranza o ventanilla recaudatoria en el pago de derechos, y dedicarse a la construcción, olvidando o no ponderando áreas que son importantes en la administración y calidad del agua de una manera más amplia, desapareciendo planeación y un boquete es el desmantelamiento en su estructura de inspección, por lo que el monitoreo es una tarea desestimada y marginada, propiciando que pululen el tráfico de derechos entre otros problemas de grave impacto.

El día 17 de enero de este año se hizo la presentación de los denominados “Proyectos hídricos prioritarios”.

“El Presidente (sic) Andrés Manuel López Obrador, inició la construcción de proyectos prioritarios para garantizar el acceso de las personas a su derecho humano al agua y fortalecer la soberanía alimentaria.

· Obras de abastecimiento a centros urbanos a través de acueductos,

· Incremento de la superficie de riego en al menos 100 mil hectáreas,

· Aumento de la productividad en el campo de Sinaloa, Sonora y Nayarit, y

· Obras de protección para la población ante fenómenos meteorológicos”

Se anuncia una inversión de 96,034 MDP con ello beneficiar a 22. 2 millones de habitantes.

Los proyectos son los siguientes:

· Plan de Justicia Yaqui, Sonora.

· Zona de riego presa Picachos y acueducto Picachos - Concordia, Sin.

· Presa Santa María y zona de riego, Sin.

· Canal Centenario y zona de riego DR Alejandro G. M., Nay.

· Presa El Zapotillo, Jal.

· Parque Ecológico Lago de Texcoco, Méx.

· Planta potabilizadora Benito Juárez, Tab.

· Agua Saludable para La Laguna, Coah. – Dgo.

· Acueducto El Cuchillo II, N. L.

· Presa La Libertad, N. L.

· Plan Hídrico Tula de Allende, Hgo.

· Obras de Protección para Paso Largo, Ver.

· Acueducto López Mateos – Xpujil, Camp.

Esto no implica que estas obras se inicien en este 2024, son proyectos que ya se han emprendido y se pretende concluir o ya concluyeron, sin embargo, podrán apreciar que se sigue sujeto a una visión de infraestructura a secas, reflexione conmigo amable lector, estas obras son para responder a rezagos provocados por omisiones, por lo que se dejo de hacer en favor de la población, desde la exclusión de pueblos o grupos marginados, hasta el priorizar obras innecesarias con el afán de lucrar, o simplemente se hicieron sin tener idea de lo que se hacía, sin prever el futuro, y no es por que se necesite una bola de cristal, es porque existen diversas metodologías o “modelos dinámicos” que sean adaptativos a los diversos cambios e imprevistos.

La problemática del agua en cuanto disponibilidad (escasez) y contaminación ya es de sobra conocido desde décadas atrás, entonces ¿Por qué no se atendieron las causas? Cómo podrá darse cuenta amable lector desde tiempo atrás se pudieron haber tomado medidas de regulación en el crecimiento urbano, en las prácticas industriales y agrícolas que contravienen los principios básicos de la sustentabilidad y digo básicos, con eso ya se hubiera avanzado, los proyectos de abastecer el rezago son reactivos, reacción a los problemas que se vinieron.

La infraestructura planteada es reactiva, no malinterpreten que la estoy calificando de inútil, la estoy calificando de insuficiente y que no merece ser anunciada “con bombo y platillo” como si fuera lo más grandioso. Es valiosa sí, pero no atiende los problemas de fondo, por que las necesidades seguirán creciendo y la infraestructura siempre será insuficiente, hasta que los “famosos modelos económicos e ideológicos” lo entiendan, ni el mal llamado neoliberalismo ni las posturas que se autodefinen como sociales o socialistas o como les guste llamarlas, estas obras son además visión “antropocéntrica” ninguna atiende al rubro ambiental, sólo a la satisfacción que depreda, así como puede verse con el concepto rancio que menciona al principio de “soberanía alimentaria”, algo que es imposible y nocivo para el desarrollo sustentable sensato, es más aceptable hablar de “seguridad alimentaria” y digo más aceptable, pues tiene algunas aristas que son erráticas.

La gran deuda que tiene el gobierno federal como titular de la función de ser autoridad en cuestión de jurisdicción de aguas nacionales ha quedado a deber, es una entidad de infraestructura, no de reglas, las pocas que existen y de esas las pocas que deciden aplicar, ya sea por corrupción, negligencia o ignorancia, ya que se siente la omisión, son el tema pendiente, si no existe una autoridad real que ejerza plenamente lo que determina la Constitución en el régimen de competencias ya sea federal, estatal o municipal, los problemas y la brecha que los hace destacar seguirá creciendo.

Además, podrán notar que en estos proyectos no existe el Centro Bajío, en donde aparecen Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro ni Aguascalientes, y la otra omisión en donde queda el Valle de México con la crisis del sistema Cutzamala. A veces pareciera que esto lleva tintes electorales. Nos vemos la próxima semana, no olviden amables lectores la importancia de emprender políticas, acciones y reglas que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.

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