Le digo a Jis, uno de los dibujantes más talentosos de México, monero que le dicen, que ya a esta edad no vamos a poder poner en práctica alguna de nuestras fantasías sexuales.

No me lo voy a encontrar en ninguna orgía, vamos. Lo que sí es cierto que ahora también es tiempo no sólo de renunciar, sino de hacer balance sobre una carrera que jamás lo ha visto quieto, sino más bien corriendo para determinar y determinarse que él es un artista.

Presenta *Gato encerrado de JIS*: Un viaje surreal por más de cuatro décadas de arte y humor gráfico. Se trata de una antología que recopila lo mejor de su obra, incluyendo las series *Gato encerrado*, *Archivo de ideas* y su trabajo en *La Jornada semanal*. Este libro es una ventana a la mente creativa de un artista que ha sabido retratar con irreverencia y humor lo absurdo y misterioso de la existencia.

A través de tinta china y caricaturas oníricas, JIS explora temas como el amor, el sexo, la muerte, y la vida en pareja, construyendo un lenguaje gráfico que transita entre lo filosófico y lo psicodélico. Nacido en Guadalajara, José Ignacio Solórzano (JIS) es un referente en el mundo de la caricatura y el humor gráfico en México, conocido por su estilo único y su capacidad de conectar con el público.Monero, dibujante y artista, además de conductor de los programas de radio y televisión La Chora y La Chora Tv, en colaboración con Paco Navarrete y Trino, con quien ha trabajado a dúo en las historietas El Santos vs La Tetona Mendoza y La Chora Interminable. Ha publicado varios libros y sus cartones han aparecido en periódicos y revistas. Sus colaboraciones más largas han sido con La Jornada y con el grupo Milenio. Actualmente está en etapa de posproducción el documental Molusco, sobre su vida y obra.

–Discutes mucho en tu libro acerca de si sabes dibujar o no. ¿Qué es eso?

–Ya estoy ruco y ahora volteo al pasado y ver qué quedó ahí, qué quedó en los cajones, revisar. Me funciona mucho a la hora de que me proponen hacer un libro, recopilar cosas. No soy bueno haciendo así desde cero un libro, me gusta más ver lo que ya hice y ordenarlo. Entonces, es material que tiene el hilo conductor, que es historieta, algo que ya no hago actualmente. La mayoría es una sección que publicaba en La Jornada Semanal en los `90, justo la que se titula Gato Encerrado, pero hay otras historietas de la época.

Los dibujos y la vida siempre tienen un misterio para Jis. Foto: Cortesía

–Ahora, yo también estoy ruca y entonces empiezo a darme cuenta la cantidad de cosas que ya no puedo hacer. ¿Te das cuenta tú de eso?

–Ya estoy ruco y ahora volteo al pasado y ver qué quedó ahí, qué quedó en los cajones, revisar. Me funciona mucho a la hora de que me proponen hacer un libro, recopilar cosas. No soy bueno haciendo así desde cero un libro, me gusta más ver lo que ya hice y ordenarlo. Entonces, es material que tiene el hilo conductor, que es historieta, algo que ya no hago actualmente. La mayoría es una sección que publicaba en La Jornada Semanal en los `90, justo la que se titula Gato Encerrado, pero hay otras historietas de la época.

–Ahora, yo también estoy ruca y entonces empiezo a darme cuenta la cantidad de cosas que ya no puedo hacer. ¿Te das cuenta tú de eso?

–Entrar en tus dibujos es entrar a un mundo también. Siempre que veo tus dibujos pienso en Escher…

–Sí, el artista, este dibujante de los mundos laberínticos, pues qué honor, qué maravilla.

Ojalá algo tenga yo de eso, pero lo que sí, ciertamente, este pasmo que dices a la hora de ver cosas mías, lo veo ya como una característica de lo que hago. En ese sentido, creo que le queda bien el título del gato encerrado. Cuando uno entra a una situación y te das cuenta de que no está quedando claro así de entrada lo que está ocurriendo y dices, aquí hay gato encerrado, hay un misterio ahí. Hay una parte mía en que me gusta que no quede resuelto el asunto. Que se vea muy claro lo misterioso, porque yo así es como veo la vida. Sigo en un estado de pasmo ante este fantasmagórico sueño en el que estamos metidos todos.

¿Quien es Jis?

–Uno lee las tiras tuyas y se ríe al final

­–Ándale, sí. Valoro mucho el humor, es una de mis herramientas básicas, pero mi camino me ha llevado a estar muchas veces coqueteando o jugando con las zonas, los límites del humor. Es un juego, es una investigación rara.

–¿Qué te seduce publicar este libro teniendo en cuenta que hay un montón de nuevos lectores?

–Fíjate que me entusiasma mucho, porque además llevaba ya buen rato sin hacer libros, este conjunto de cosas puestas como un paquete de uno, como una especie de representante de uno que puede poner uno sobre la mesa y decir, bueno, de alguna manera mucho de lo que yo soy aquí está. Es una cosa muy bonita. Me encantaría poder ganar más dinero, eso sí, pero esta pura parte satisfactoria del trabajo que queda ahí encapsulado en este objeto precioso que es un libro, me tiene muy entusiasmado.

– ¿Cómo es tu día?

–Me autodenomino y tengo creo que muchos hermanos en el mundo, como molusco. Es decir, este estado bastante quieto, pasivo, muy poco aventurero, muy rutinario. Yo soy un oficinista, básicamente, eb lo que hago. Siempre estoy haciendo lo mismo y así es como me gusta estar. En muchos momentos de la vida me sentí culpable de ser molusco y ya a estas alturas ya estoy reconciliándome, apapachándome y diciendo, pues vuélvete a levantar, sírvete otra vez ese té que tanto te gusta, siéntate en la silla donde siempre te sientas, o sea, la vida sencilla del molusco.