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Necesaria la igualdad sustantiva
En ese mundo que deseamos con igualdad sustantiva, las políticas diseñadas por el gobierno mantendrían una perspectiva de género, las mujeres tendrían igual acceso a la educación en todos los campos del conocimiento, lograrían sus aspiraciones profesionales y, si así lo desearan, también las familiares y no serían penalizadas salarialmente
Por: Beatriz Rosas Rodríguez
En 2003 se estrenó La Sonrisa de Mona Lisa. En esta película Julia Roberts, una profesora de los años 50, transforma la vida de sus alumnas al hacerlas repensar su papel en la sociedad y animarlas a seguir sus sueños educativos y profesionales en un entorno donde el camino disponible para las mujeres era, casi exclusivamente, optar por el matrimonio.
A propósito de las actuales opciones de las mujeres, al final de 2024 el tema de la igualdad sustantiva despertó el interés y la opinión de muchos. Con los decretos firmados quedó por fin manifestado por escrito en la Constitución de México y en otras leyes, la igualdad sustantiva, el derecho a una vida libre de violencia y la perspectiva de género en seguridad pública, junto a otros conceptos como la paridad de género y la igualdad salarial.
Para comprender la importancia que tienen las medidas de igualdad sustantiva firmadas, es importante saber que un primer paso para lograr la igualdad de resultados entre hombres y mujeres es la igualdad formal, que dicta que, a pesar de nuestras diferencias, todos debemos de ser tratados iguales. Este primer paso suena bastante bien, pero no es suficiente para lograr la igualdad de género.
Imagina que una mujer va al banco a solicitar un crédito. Como en la actualidad existe igualdad de oportunidades en el acceso a créditos, la mujer obtendrá el crédito que solicita, en tanto cumpla con los requisitos. Sin embargo, debido a las diferencias físicas, biológicas y aquellas creadas socialmente es posible que esta mujer no cuente con lo que generalmente los bancos solicitan comprobar: un historial crediticio y laboral estable. Aun cuando eso no signifique necesariamente que no sea una buena pagadora. En consecuencia, bajo estas condiciones desiguales, aunque se cumple el principio de igualdad formal, el resultado sigue siendo que hay desigualdad y una brecha de género en el acceso a financiamiento. Como en este ejemplo, históricamente las mujeres han corrido sobre una pista repleta de baches donde, aunque hay igualdad de oportunidades, no hay igualdad de resultados.
Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
México, al ser uno de los 197 estados parte de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas, está comprometido a incluir en las leyes la igualdad sustantiva y conceptos relacionados a ésta, tal como ocurrió a finales del 2024. El segundo paso para lograr la igualdad sustantiva es el principio de responsabilidad estatal, en el que los gobiernos se comprometen a proponer medidas encaminadas a tener igualdad y crear medidas para corregir las desigualdades a través de leyes o políticas (CEDAW, artículo 2).
La igualdad sustantiva se basa en que deben considerarse tanto las diferencias físicas, como las diferencias creadas por la sociedad para lograr la igualdad de género. En el ejemplo anterior sobre el acceso a un préstamo, si lo que causa la diferencia en el resultado -ser sujeto de préstamo- es la trayectoria laboral, debemos comprender que el historial laboral entre hombres y mujeres puede ser diferente y, por lo tanto, se necesitan requisitos diferenciados para que el mismo número de mujeres también acceda a créditos. El banco podría ampliar sus requisitos de préstamo con nuevas formas en las que se pueda asegurar que la mujer que solicita el préstamo le podrá pagar. Como parte de la responsabilidad estatal, el gobierno debería crear programas para otorgar financiamiento a mujeres con requisitos más accesibles.
Así como en La Sonrisa de Mona Lisa, la televisión retrata las realidades pasadas o presentes de las mujeres. Por ejemplo, Peggy Olson en Mad Men, situada en la década de los 60s, Robin Scherbatsky en Como conocí a tu madre (2005-2013) y Shiv Roy en Succession en la época actual. Pensemos, por ejemplo, en Peggy Olson, ella rompe el techo de cristal en una industria dominada por hombres –implícito en el título de la serie– y a pesar de su talento y esfuerzo, igual o mayor que el de sus homólogos masculinos, debe esforzarse más. Por el contexto de la época, había dos opciones a elegir y era difícil que ocurrieran juntas: tener una carrera profesional y tener una vida familiar; a lo largo de la serie se observa que Peggy elige su carrera. De haber elegido la vida familiar, los obstáculos para lograr también su objetivo profesional hubieran sido tan grandes que posiblemente no lo habría conseguido, dando como resultado desigualdad.
En la actualidad, aunque el contexto laboral es más favorecedor y las mujeres no tienen que elegir rotundamente entre una de las dos opciones, cuando quieren alcanzar los puestos más altos en las empresas, se enfrentan a obstáculos. Esto ocurre porque los ascensos laborales suelen acompañarse de requerimientos menos flexibles, que no se ajustan a la trayectoria de vida de las mujeres. Por ejemplo, en México, el porcentaje de mujeres en los consejos de administración de las empresas bursátiles es apenas del 14%.
Una solución desde la igualdad sustantiva para la desigualdad de género es que el Estado proponga medidas encaminadas a tener igualdad. Estas medidas podrían ser: a) asesorar y capacitar a mujeres para adquirir las habilidades y experiencia necesarias en los puestos de alta dirección, b) promover la conciencia sobre la corresponsabilidad familiar y c) otorgar el servicio de trabajo de cuidados de infantes y adultos mayores, para que estas tareas no recaigan en el miembro femenino de las familias. Los mecanismos de los gobiernos también deben corregir las desigualdades de género con acciones afirmativas de carácter temporal que ayuden a lograr la paridad como resultado permanente (CEDAW, artículo 4), como las cuotas de género a través de leyes o políticas. A pesar de las distintas opiniones sobre las cuotas de género, varios estudios demuestran que para que estas medidas funcionen, deben ser de carácter obligatorio.
Finalmente, las reformas para la creación de fiscalías especializadas en feminicidios se basan en que estos crímenes requieren una atención y trato diferenciado, lo cual es el fundamento de la igualdad sustantiva (Sugerencia 9 de CEDAW) y es un mecanismo para garantizar la igualdad de resultados, que junto con medidas para garantizar la seguridad de la población logrará que tanto mujeres como hombres circulen con seguridad.
Las medidas de igualdad sustantiva, aunque pueden no parecer un tema nuevo, son un objetivo a largo plazo para lograr la igualdad de género. Las medidas que hoy se toman responden a las recomendaciones que paulatinamente ha hecho la CEDAW a México. Una importante diferencia es que también responden al contexto social en el que nos encontramos, donde una mirada hacia el pasado nos muestra las limitadas opciones que las mujeres tenían y lo mucho que se ha avanzado; pero una mirada en el presente, con los casos de violencia de género, la carga de trabajo de cuidados hacia las mujeres durante el confinamiento por COVID-19, y los movimientos como Time's Up y Me Too, han evidenciado que, a pesar de los esfuerzos hechos y de los grandes logros alcanzados en materia de igualdad, queda mucho por hacer.
Por lo tanto, la igualdad sustantiva proporciona un enfoque más amplio sobre la situación de las mujeres para poder contribuir a la igualdad de género. Su inclusión en las leyes y constitución marca un paso hacia la igualdad sustantiva que debe ser congruente con leyes, políticas, programas y mecanismos que garanticen su resultado. Aunque aún hay un largo camino por recorrer en términos de igualdad sustantiva, es importante reconocer que nos encontramos sobre la marcha y, que las siguientes generaciones crecerán bajo el fundamento de la construcción de la igualdad sustantiva.
En ese mundo que deseamos con igualdad sustantiva, las políticas diseñadas por el gobierno mantendrían una perspectiva de género, las mujeres tendrían igual acceso a la educación en todos los campos del conocimiento, lograrían sus aspiraciones profesionales y, si así lo desearan, también las familiares y no serían penalizadas salarialmente. Habría flexibilidad laboral en todos los niveles para que la flexibilidad no se vincule a salarios más bajos. Así, las mujeres ascenderían laboralmente y no serían cuestionadas por ello. Habría igualdad en los puestos de liderazgo en empresas y gobierno. La sociedad conocería y valoraría esta igualdad sustantiva, las tareas domésticas y de cuidado se compartirían equitativamente en el hogar y la violencia de género se eliminaría.
***Beatriz Rosas Rodríguez
Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro y Coordinadora de la Licenciatura en Economía Empresarial. Miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII).***
6 de marzo de 2025, 20:37
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