Una niña de ocho años observa atenta el televisor mientras un anuncio promete "soluciones mágicas" para que regrese el ser amado y no se vuelva a ir. En otro canal, un programa asegura que "El curandero Fidencio" puede curar enfermedades graves con rituales misteriosos.

Esta escena, que podría parecer aislada, es en realidad un reflejo de un fenómeno cada vez más generalizado en la televisión mexicana: la proliferación de programas y anuncios esotéricos que vulneran los derechos de las audiencias, especialmente las infantiles.

Por programas o anuncios de servicios esotéricos se entienden aquellos que ofrecen supuestas soluciones a todo tipo de problemas personales, familiares o de salud mediante prácticas como la adivinación, los rituales mágicos o el uso de elementos sobrenaturales.

Estos servicios se consideran engañosos porque carecen de sustento científico y se aprovechan de la vulnerabilidad emocional o económica de las personas; prometen resultados que no pueden garantizar. En muchos casos, su contenido no sólo genera falsas expectativas, sino también pone en riesgo la salud física y mental de quienes confían en ellos.

Desde la aprobación de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión en 2014, la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), de la Secretaría de Gobernación, ha dejado de sancionar este tipo de contenidos.

Antes de esta reforma, había al menos un control relativo sobre los anuncios de "brujos", “santeros”, “chamanes” y "curanderos", así como de “maestros” en esos menesteres.

Ahora, estos proliferan sin regulación y ocupan franjas horarias infantiles en canales de TV Azteca, Multimedios y otros. Ahí podemos ver, entre muchos más, al ya citado curandero Fidencio, pero también al brujo Brandón, a la curandera Victoria, al exsacerdote Tilmán, a la chamana Ietzali, al maestro Diego, a la chamana Tibisay y a muchos otros personajes similares.

Entre 2002 y 2015 RTC había impuesto más de 200 infracciones, entre multas, observaciones y apercibimientos, relacionadas con publicidad esotérica en medios. La razón: engaño a las audiencias. El año en el que hubo más procedimientos administrativos fue el 2008, con 68 casos. Pocos, desde entonces, frente a la multiplicación de este tipo de anuncios o programas.

Entre los concesionarios sancionados destacan empresas de Televisa, TV Azteca y otras. Los expedientes más numerosos están en la radio, pero el impacto mayor entre las audiencias lo encontramos en la televisión por una razón evidente: la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2024, realizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), revela que dicho medio sigue siendo el más consumido en los hogares mexicanos, con un 74% de las personas que ven sus contenidos. Entre la niñez, el 72% consume contenidos de televisión abierta, donde destacan canales con mayor presencia de este tipo de anuncios, como Azteca 7.

Jorge Bravo, en un artículo publicado en Proceso (21 de octubre de 2023) denuncia que esta "publicidad mágica" es un negocio millonario. Destaca que los anuncios y programas esotéricos expone a niños y niñas a mensajes engañosos y a promesas de soluciones milagrosas para problemas graves. Esto es contrario a la función social de los medios de comunicación.

Algunas fotografías que acompañan esta columna fueron tomadas sólo la tarde del pasado lunes en la señal a más + 7.2 de TV Azteca. Otras más fueron capturadas del canal PopCorn Central (6.4) el pasado mes de diciembre, mientras se transmitía una película infantil.

Este fenómeno no es exclusivo de México. En otros países, como España, los programas esotéricos también han sido objeto de críticas por parte de los espectadores debido a la falta de regulación y responsabilidad de los medios.

El problema de la regulación no se limita a los medios tradicionales. En las plataformas digitales, como las gestionadas por Meta, también se observa una preocupación creciente por la falta de moderación sobre este tipo de contenidos y otros que podrían vulnerar derechos. Si bien estas plataformas han implementado ciertas medidas, el reciente anuncio de posibles cambios en sus políticas podría agravar el problema de la publicidad engañosa.

Esto deja entrever un paralelismo con la falta de acción de RTC en los medios tradicionales: ambos casos muestran una preocupante indiferencia hacia la protección de las audiencias.

La promesa de una solución "mágica" a problemas reales no sólo es un acto de publicidad engañosa, sino además una violación directa a los derechos de las audiencias.

RTC debe recuperar su papel como regulador efectivo de los contenidos televisivos y poner en marcha actividades de alfabetización mediática e informacional. Asimismo, la próxima reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión debe incluir medidas específicas para prohibir la transmisión de programas y anuncios esotéricos en horarios infantiles.

Garantizar los derechos de las audiencias no es opcional; es una obligación.

La libertad de expresión es un derecho, pero no debe ser utilizada como pretexto para la irresponsabilidad. Conlleva también la obligación de proteger a las audiencias más vulnerables, especialmente a la niñez, de contenidos que puedan perjudicar su desarrollo y bienestar.

NAVEGANDO POR EL ÉTER

Y ya que hablamos de moderación de contenidos y libertad de expresión, Sam Biddle, de The Intercept (9 de enero de 2025) alerta sobre lo que podría ocurrir con las nuevas políticas que adoptó Mark Zuckerberg en Facebook e Instagram: una exacerbación del discurso de odio y discriminación, junto con una permisividad de publicidad engañosa y noticias falsas. Destaca que entre los ejemplos de expresiones que ya se toleran en estas plataformas hay frases como: "Los inmigrantes son unos sucios y asquerosos pedazos de mierda", "Los gays son unos bichos raros" y "Mira esa travesti" (este último debajo de la foto de una chica de 17 años). Estas declaraciones, que anteriormente hubieran sido moderadas o eliminadas, ahora se muestran sin restricciones. La decisión de Meta pone en riesgo a millones de usuarios al relajar los estándares que buscan proteger contra contenidos perjudiciales, especialmente en un mundo digital donde las redes sociales actúan como el principal medio de comunicación para muchas personas… Y mientras en México sólo contemplamos lo que pasa con esta vulneración de derechos humanos en medios tradicionales y digitales, en otros países se toman acciones preventivas. Es el caso de Brasil, cuyo gobierno, a través de la Abogacía General de la Unión, exige que Meta explique el impacto de los cambios en la moderación de contenidos y cómo protegerá a las poblaciones vulnerables, como las niñas y los niños… Regresando a México, algunos medios públicos llevan a cabo cambios en su programación a 100 días de la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia. Es el caso de Once TV. En entrevista concedida a Artur Contreras, de Pie de Página, la directora de noticias de la televisora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Luisa Cantú, informó que se ampliará el noticiero vespertino, que hay nuevos espacios dedicados a la divulgación científica, se cambió la imagen del canal y se mejorará la integración del contenido en múltiples plataformas, especialmente en redes sociales, para una mayor interacción con la audiencia joven y digital. La directiva destacó el rol de Canal Once como medio público y subrayó su compromiso con la calidad y la rendición de cuentas.