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Con reclamos terminó la Feria de San Marcos
El evento de este año, primero de la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel, no fue la excepción, salvo que el presidente del Ladronato, José Ángel González Serna, decidió minimizar los resultados
Como todos los años, al concluir la Feria de San Marcos, el presidente del Patronato rinde el informe adornado con flores, pájaros, mariposas, boato, el elogio lírico y un arbolado bosque de millonarias cifras, para presumir, sin un ápice de rubor, que es la “mejor feria de la historia”.
El evento de este año, primero de la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel, no fue la excepción, salvo que el presidente del Ladronato, José Ángel González Serna (alias Paquín), decidió minimizar los resultados obtenidos para dejarle todo el escenario a los fuegos artificiales de alta gama, al reconocer, en un dejo de simulada humildad y extraña transparencia, que “la Feria de San Marcos necesita, requiere, le urge una plena y profunda reestructuración. Modernizar su organización, replantear las áreas comerciales de exposiciones y de diversión, un proyecto integral de seguridad, un programa de comunicación y difusión con fuertes bases tecnológicas, y así poder otorgarle a nuestra verbena orden, mayor y mejor reglamentación, erradicando privilegios e influyentismo”.
El exdiputado local y federal panista decide aventar los pecados y esconder a los pecadores, quizás para blindar su permanencia en la nómina gubernamental, aunque con el arrebato firma su sentencia de muerte.
Al generalizar le abre la puerta al sabroso chisme, a la jacarandosa especulación y a la socorrida rumorología: ¿De qué talla y peso fueron los “privilegios e influyentismo”? ¿Se refería acaso al marido de la Gobernadora, el polémico guanajuatense Luis Alberto Villarreal García, de oscuros antecedentes en la Cámara de Diputados y en la alcaldía de San Miguel Allende; o al Primo incómodo, Alfonso Ruvalcaba Jiménez? ¿Qué funcionarios estatales o municipales le impidieron ordenar la verbena? ¿Por qué no urgió al Cabildo de Aguascalientes a modificar el andamiaje jurídico a fin de tener una “mayor y mejor reglamentación” durante la feria?
Para apuntalar los cimientos de la vieja casona de los Rincón Gallardo —hoy convertida en el Palacio de Gobierno—, tranquilizar a los asistentes ubicados en el segundo patio y diluir la frustración y el enojo de González Serna, la gobernadora Jiménez Esquivel, dijo que “estos resultados confirman que la Feria es por sí misma un motor de desarrollo económico, atracción de turismo y generación de más oportunidades para los habitantes de la entidad”.
Vale al Paraíso recordar que la amistad de Jiménez Esquivel, Villarreal García y González Serna se afianzó en la Cámara de Diputados, al formar parte de aquella tristemente celebre LXII Legislatura, la Legislatura de los Moches, puesta al descubierto por Reforma en su edición del 18 de marzo de 2014.
Pero además, Paquín González tiene otra historia que narré el lejano 18 de abril de 2018: Mientras el entonces presidente del Patronato de la Feria desayunaba muy quitado de la pena en el céntrico restaurante del búho, Reforma digital publicaba a las 09:34 horas del viernes 6 de ese mes, el crujiente “Acusa EU a promotor musical del narco”.
El escándalo, de proporciones mayúsculas, ya formaba parte de las fiestas del santo patrono, que atónito leía el encabezado de la nota de Milenio: “‘Narco’ infiltró la Feria de San Marcos”.
Con los pantalones a media asta, el PFNSM decidió torpemente esconder el rostro y circular el texto aclaratorio para mañosamente deslindarse del Zar del palenque (Jesús Pérez Alvear, alias Chucho Pérez), y endosarle la responsabilidad al concesionario Roberto Muñoz González, titular de “administrar, operar y poner en funcionamiento” los dos santuarios de Birján.
El médico veterinario Paquín González, empresario metido a funcionario, abandonó la salvaguarda del inmueble de los aguascalentenses; a la firma del contrato celebrado con el concesionario, el 8 de febrero de 2018, se desentendió de lo que estaba ocurriendo al interior del casino y el palenque, como si éstos fueran extensiones del convento de Las Carmelitas Descalzas y la Capilla Sixtina.
Meses después, el 11 de julio, renunció a la presidencia del Ladronato; quiso ser alcalde capitalino —en lugar de María Teresa Jiménez Esquivel— y senador, pero la nomenklatura panista se lo impidió.
¡Viva Aguascalientes!, que su impunidad es un primor.
Porque alguien tiene que escribirlo: 6 años y 8 meses de gobierno panista en Aguascalientes siguen causando destrozos, de acuerdo al Índice de Competitividad Estatal 2023 del Instituto Mexicano para la Competitividad.
Aguascalientes ha perdido competitividad y cae en la tabla nacional; retrocede en competitividad salarial y Producto Interno Bruto; y en el subíndice de “Economía” ocupa el lugar 28 por su deterioro en el acceso al crédito empresarial y familiar; a la distribución del PIB; y al dinamismo, a nivel de deuda, entre otros componentes.
El Gigante de México es un eslogan del gobierno panista, solamente.
20 de junio de 2023, 19:42
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