PopLab publicó recientemente que el PRD, aliado de Tere Jiménez, hace del sector cultural botín clientelar, para exhibir el secuestro de las dependencias de cultura en el estado de Aguascalientes por algunos personajes que con la complicidad de los gobiernos del PAN se vienen amamantando —ellos y sus familias—, de la ubre del contribuyente desde hace varios ayeres, como son casos de los Vázquez Zúñiga, Sánchez Nájera y Barrón Betancourt.

El trabajo de investigación periodística muestra el infierno moral del clan Trevi-Andrade, perdón, del clan integrado por Alejandro Vázquez Zúñiga, el director general del Instituto Cultural de Aguascalientes; Emanuelle Sánchez Nájera, diputado local y expresidente estatal del Perderé; Christian Sánchez Nájera, coordinador de las Unidades de Exploración Artística del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura; e Iván Alejandro Sánchez Nájera, presidente del PRD Aguascalientes, quien justificó que los lugares del submarino amarillo estén ocupados por su Familia Feliz.

Entrevistado por PopLab, Iván Alejandro Sánchez Nájera afirmó que el que sus familiares, directos y políticos, formen parte la nómina pública es algo “esperable”, pues son personas afines al partido y a su proyecto político. “A mí me parece que los puestos de confianza están para eso, porque se debe de guiar a un proyecto que se tiene, y para eso están creados”, argumentó.

El cinismo del dirigente del moribundo partido es tan antiguo como su corrupta actuación pública.

La historia de hoy se escribió en mayo de 2016, cuando el entonces candidato del sol azteca a gobernador decidió tropicalizar la arena electoral. Engañar a la ciudadanía. Cazar incautos. Rebasar por la derecha. Y mostrar como un camarada de la izquierda champurreada se convirtió en el pequeño burgués de la parroquia, que en nada se parecía al socialista idílico de principios del siglo pasado.

En el primer debate entre candidatos a gobernador, Sánchez Nájera se quejó amargamente, entre lagrima y lagrima, que “la mitad de las familias en Aguascalientes tienen un ingreso de seis mil pesos al mes, si hacemos un pequeño ejercicio nos daremos cuenta que tres mil los dedican a la vivienda, transporte y salud y los otros tres mil en alimento, aproximadamente cada familia cuenta con cuatro integrantes, en conclusión cada uno de ellos tiene que sobrevivir con setecientos cincuenta pesos”.

Pero nada dijo de los 762 mil 039 pesos que declaró como ingreso anual neto en 2015; menos reconoció los 862 mil 039 pesos que se fueron a los bolsillos de él y su mujer, Flor de María de la Cruz Medina, por concepto de salario anual neto de los dos durante el mismo período; la abismal diferencia entre las familias pobres que ganan $72 mil pesos al año y el ingreso de los Sánchez Nájera-Cruz Medina, es una mentada de madre a la congruencia.

El candidato perredista de hábito franciscano reconoció dos cuentas bancarias en Banorte, donde guardaba, en cada una de ellas, entre 100 y 500 mil pesos. Una tercera en MetLife, con un monto entre 100 y 500 mil pesos (los datos financieros del candidato fueron tomados de su “3de3” de 2015).

En su calidad de regidor del Ayuntamiento de Aguascalientes 2014-2016 recibió un sueldazo anual neto de $762 mil 039 pesos, que no se parece al paupérrimo chivo del profesionista con maestría contratado por Nissan en Aguascalientes.

Sánchez Nájera, de los dineros públicos, alegó sin rubor alguno en la campaña: “La honestidad es como la nieve, una vez que se mancha ya no podemos volver a recuperarla. Es un cáncer que carcome y se quiere institucionalizar en el Estado…”.

Pero los dichos son unos y los hechos son otros. En su calidad de regidor, también, dispuso de celular con cuatro líneas; ocho auxiliares y cinco asistentes que ganaban individualmente 12 mil mensuales, aproximadamente. En su hangar se localizaban dos aviadores pertenecientes a la real fuerza aérea amarilla. Los automóviles de su propiedad se abastecieron de gasolina pública. Y jamás enteró del cómo, cuándo y dónde aplicó el recurso público destinado a “gestión social” para ayudar a los menesterosos.

Todos esos millones de pesos se fueron al caño. El regidor Sánchez Nájera hizo de la weba laboral una forma de corrupción. Vegetó durante dos años y dos meses que duró en el encargo. Registró cero productividad, obvio.

Por si fuera poco, Iván Alejandro, el ahora el apóstol de la decencia, recibió dos regalitos de su hermano Emanuelle, el entonces líder estatal del Perderé: la candidatura a gobernador y la diputación de representación proporcional con el salario anual de un millón 200 mil pesotes.

Extraordinarios ingresos entregados por el contribuyente. Nepotismo. Tráfico de influencia. Se toman de la mano. Entrelazan sus dedos. Hacen de la corrupción una lúdica relación en el PRD Aguascalientes.

Porque alguien tiene que escribirlo: No está por demás recordar que en la elección estatal de 2022 para elegir Gobernadora, el PRD Aguascalientes se alió con el PRIAN y obtuvo, sólo, el 3.2% (12 mil 503 sufragios) del total registrado; es decir, promedió mil 136 votos en cada uno de los 11 municipios. El castigo fue tan grande que no tiene representación en el Cabildo de la capital.

Pero bueno, el Frente Amplio por México, con semejante lastre, pudiera meterse en serios problemas en Aguascalientes.

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