El pequeño escenario conocido como El Fresno, testigo durante años de la representación de la batalla de los Tejocoteros, una de las tradiciones más antiguas de la Sierra de Santa Rosa, ahora presenció la unión de vecinos de las comunidades serranas, quienes consiguieron echar del lugar al diputado federal panista Sergio Ascencio Barba, propietario del desarrollo inmobiliario que atenta contra uno de los pocos pulmones que tiene Guanajuato, y además se organizaron para promover amparos que frenen de manera definitiva la construcción conocida como La Cucursola.

Ante la amenaza ambiental que representa el fraccionamiento de Sergio Fernando Ascencio Barba, decenas de vecinos se unieron por la defensa de la sierra y el agua de la Presa de Peralillo.

Vecinos de Santa Rosa fueron convocados a una reunión informativa que corrió a cargo de activistas que integran organizaciones en defensa del medio ambiente: Acción Colectiva y Colibríes.

Aunque el conflicto surgió por la dotación de agua de la Presa de Peralillo al proyecto de Ascencio, el desarrollo inmobiliario en el pulmón de Guanajuato representa daños ambientales que afectan no solo a los habitantes de las comunidades serranas, sino al resto de los habitantes de la capital del estado.

Después de conocer el impacto negativo que tendría para el ecosistema y para la sociedad un desarrollo como el planeado por el empresario y político irapuatense, habitantes de la comunidad acordaron promover amparos ante la justicia federal en contra de los permisos que, sin tener competencia, el gobierno municipal de Guanajuato ha otorgado a la empresa Loma de Irapuato, propiedad del legislador panista.

Imágenes de Juan José Plascencia

5 años después, Ascencio ofrece explicaciones

El proyecto para desarrollar primero un hotel, ahora un fraccionamiento, comenzó desde el año 2015; sin embargo, los detalles del desarrollo nunca fueron expuestos a los habitantes de la comunidad, incluso el diputado Ascencio consiguió permisos para extraer agua de la Presa El Peralillo sin que los vecinos estuvieran enterados.

A cinco años de distancia, después de que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausurara los trabajos en Cucursola por la falta de permisos federales en materia ambiental que avalen la construcción, el diputado se presentó ante la comunidad, solo que lo hizo durante la reunión informativa con ambientalistas que llegaron para asesorar e informar a los habitantes sobre las afectaciones al ecosistema, y las irregularidades del gobierno municipal que ha otorgado permisos sin tomar en cuenta a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

No habían pasado ni 10 minutos del arranque de la reunión sobre la calle principal, a la altura del un pequeño escenario que se conoce como El Fresno, cuando llegó el diputado panista para pedir el uso de la voz y explicar el proyecto a los vecinos.

Sin embargo, desde la primera ocasión que solicitó el uso del micrófono se le aclaró a Ascencio Barba que no habría oportunidad para que él hablara, porque tuvo cinco años para ofrecer a los habitantes las explicaciones. En esta ocasión la reunión había sido convocada para que ambientalistas hablaran con los vecinos.

Pese a la advertencia de que no habría espacio para que él presentara el proyecto a los habitantes, se mantuvo entre el público, insistiendo en hablar.

Las presentaciones que tenían ya preparadas especialistas en temas ambientales y legales de Acción Colectiva y Colibríes siguieron, mientras Ascencio escuchaba desde una esquina sobre la flora y la fauna presente en la zona, las condiciones y principios de desarrollos inmobiliarios sustentables y las omisiones a la normativa federal que terminó con la clausura de Cucursola.

¡Fuera! ¡Fuera!

La aparente tranquilidad con la que se desarrollaba la reunión, con la presencia del diputado federal panista, se rompió cuando éste comenzó a dar una entrevista frente a cámara, mientras seguía la reunión informativa.

Los vecinos exigieron respeto y pidieron al diputado que se retirara de la reunión, y si iba a dar entrevistas que se hicieran en el fraccionamiento de su propiedad.

En medio de la inconformidad, un vecino arrojó una botella de plástico que pasó por un lado del empresario y político, mientras el resto de los habitantes exigían que se retirara de la reunión.

Infiltrados del gobierno municipal y de gobierno del estado también captaban cada movimiento, cada comentario de los vecinos. Uno de los infiltrados que no se perdió detalles y grabó durante las dos horas de reunión fue el comandante Juan García Ángeles.

Las patrullas de policía que nunca se ven en Santa Rosa se hicieron presentes apenas unos minutos después de que los vecinos corrieran a Ascencio Barba.

Otra servidora públicada inflitrada entre los asistentes fue Catalina Pèrez Razo, defensora pública del Gobierno del Estado.

Catalina de sudadera negra, con un teléfono blanco en mano

En un segundo intento por dar entrevista ante una cámara que lo acompañó desde que llegó, un vecino arrebató el micrófono y lo aventó, lo que provocó que ahora sí se retirara el legislador panista.

Cucursola sin beneficios sociales y daños ambientales

Durante la reunión de información, activistas en temas ambientales expusieron a los habitantes el atentado al ecosistema que representa el proyecto Cucursola, además de evidenciar los nulos beneficios sociales para las comunidades que traería el desarrollo inmobiliario.

De la información obtenida de la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (Smaot), en la Sierra de Santa Rosa habitan dos especies de peces, cinco anfibios, 15 reptiles, 170 especies de aves y 13 de mamíferos. En total son 41 especies, algunas endémicas, otras con estatus de protección.

Los animales que habitan en la zona no podrán hacerlo más por el predio La Rosita, donde se ubica el fraccionamiento, porque la barda perimetral que ya colocó el diputado impedirá el libre tránsito para la fauna.

Alejado de los proyectos amigables con el medio ambiente, Ascencio pretende extraer agua de la Presa de Peralillo, a pesar de que este tipo de desarrollos deben apostar por la captación del agua de lluvia, manifestó el ambientalista.

Aunque el diputado ha asegurado que no se talaron árboles para construir los caminos al interior de La Cucursola, las imágenes muestran un cerro con vialidades marcadas entre el arbolado.

A las afectaciones a la flora y fauna se suma el impacto visual que tendrán los habitantes de la comunidad, porque ahora desaparecerán los paisajes con el arbolado por toda la zona.

Además, uno de los grandes problemas que viven los habitantes de la sierra es el abasto de agua potable. Solo reciben el líquido dos o tres veces por semana, unas cuantas horas, mientras para el fraccionamiento del diputado habría suministro constante, según quedó establecido en un convenio que queda sin efectos por no haber tomado en cuenta a la comunidad y por la suspensión de la obra.

A todo lo anterior, se suman los nulos beneficios para el desarrollo de Santa Rosa. Durante los meses de construcción no se ha dado a los habitantes trabajo, porque la empresa Loma de Irapuato ha traído al personal, también por tratarse de un fraccionamiento de carácter residencial no se podría apostar a que mejores los servicios básicos como la seguridad para las comunidades o el transporte público.

Después de hacer una exposición sobre todas las afectaciones para las comunidades, sin beneficio para sus habitantes, vino la explicación del marco jurídico, donde se les presentó a los vecinos como alternativa para frenar el desarrollo las acciones legales que se podrían presentar.

Van habitantes de Santa Rosa contra permisos

La reunión informativa cerró con el aval para que se promuevan dos amparos contra los actos de autoridad del gobierno municipal de Guanajuato ante un juzgado federal, para que la clausura temporal que impuso Profepa se mantenga.

En los próximos días, por instrucción de los pobladores, la delegada Blanca Angélica Cabrera, como representante de Santa Rosa, promoverá un amparo para combatir los permisos que indebidamente entregó el gobierno municipal; pero además se acordó que habrá un segundo amparo firmado por los habitantes de la comunidad que estén dispuestos a demandar al gobierno municipal de Alejandro Navarro Saldaña.

Los amparos van contra los permisos que ha entregado la administración municipal de Guanajuato, sin tener las facultades legales para expedir autorizaciones validando Manifestaciones de Impacto Ambiental que debieron haber pasado por la Semarnat.

La respuesta de la comunidad fue unánime, se unieron para preservar la sierra de Santa Rosa, el agua de la Presa de Peralillo que les pertenece a los habitantes y en contra de las arbitrariedades de un gobierno municipal panista que ha otorgado los permisos al legislador federal.

Para evidenciar la influencia de Sergio Ascencio Barba, Gustavo Lozano, de Acción Colectiva, comentó que en solo seis días el gobierno de Alejandro Navarro dio el sí a las evaluaciones de impacto ambiental, trámite que no tarda menos de tres meses en cualquier otra situación.

La fila para dejar los datos y ser parte del amparo colectivo contra los permisos para Cucursola de inmediato comenzó a nutrirse por los habitantes, a quienes poco importó el frío del anochecer en la sierra y esperaron en su turno.